Reservas, brecha e inversión: la economía argentina a cinco años del regreso del cepo

Se cumplieron cinco años desde que el Gobierno de Mauricio Macri reinstaló el cepo cambiario. Cómo evolucionaron las reservas, la brecha, la inversión extranjera directa y otras variables clave en Argentina

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Buenos Aires — La eliminación del cepo cambiario se mantiene como una de las prioridades para el Gobierno de Javier Milei. Cinco años después de aquel domingo 1° de septiembre de 2019 en el que se anunció el regreso de las restricciones para acceder a dólares en Argentina, el Ejecutivo continúa buscando generar las condiciones propicias para eliminar los controles de capitales sin que ello represente un riesgo excesivo para una economía que busca salir de su octava recesión en los últimos 30 años.

Argentina ha pasado más tiempo en recesión que cualquier otro país del mundo desde 1950, según datos del Banco Mundial. Y para la actual administración, eliminar el cepo cambiario es una de las condiciones necesarias para que la economía despegue y deje definitivamente atrás ese récord. Sin embargo, según ha reiterado el ministro de Economía, Luis Caputo, el oficialismo no está dispuesto a hacerlo si implica asumir riesgos innecesarios o un nuevo fogonazo inflacionario producto de la escases de dólares y el overhang monetario heredados.

Si bien los controles cambiarios fueron reintroducidos por el Gobierno de Mauricio Macri cinco años atrás para contener la hemorragia de reservas que se inició tras el resultado de las PASO de 2019, la evidencia demuestra que con la persistencia del cepo las arcas del Banco Central (BCRA) igual sufrieron el impacto. La evolución de otras variables económicas clave, como los depósitos en dólares, la brecha cambiaria, los múltiples tipos de cambio o la Inversión Extranjera Directa (IED), tampoco abogan en favor de la efectividad de la medida.

Reservas

Al cierre de agosto de 2019, el BCRA tenía reservas internacionales por US$54.100 millones. Venían cayendo de manera pronunciada desde los US$66.309 millones que habían alcanzado el 9 de agosto, último día hábil previo a la elección. Y si bien la medida alcanzó para ralentizar el ritmo de caída, la misma no se detuvo.

Prueba de ello puede verse en el hecho de que, cinco años después, las reservas internacionales se ubican en US$26.717 millones. Y si bien vienen recuperando terreno respecto del piso de US$20.905 millones que tocaron en noviembre pasado (desde el cambio de gestión el Central compró más de US$17.000 millones en el mercado de cambios), todavía se encuentran un 50% por debajo de los niveles del cierre de agosto de 2019 (US$27.300 millones menos).

Lo mismo ocurre cuando se observa cómo evolucionaron las reservas netas. Según datos de la consultora Outlier, cuando el Frente de Todos llegó al poder las reservas netas se ubicaba en niveles de US$12.100 millones. Al cierre de esa gestión, las reservas netas eran negativas en unos US$11.200 millones, según han declarado públicamente tanto el presidente Milei como el ministro Caputo.

Hoy las reservas netas (sin Bopreal) son negativas en US$5.100 millones según cálculos de la consultora Analytica.

Depósitos en dólares

Misma dinámica que las reservas netas mostraron los depósitos en dólares del sector privado. Tras alcanzar un máximo histórico de US$32.492 millones el 9 de agosto de 2019, la victoria de Alberto Fernández en las elecciones primarias desató una avalancha de retiros de depósitos de las cajas de ahorro de los bancos. Al cierre de aquel mes, cuando se reinstaló el cepo, los depósitos en dólares del sector privado ya habían caído a US$26.623 millones, casi US$5.900 millones menos.

Ese retroceso luego se mantuvo y -salvo por períodos puntuales- no se interrumpió hasta la llegada de Javier Milei a la Casa Rosada. Desde entonces, treparon US$5.000 millones, y si bien se alejan de la zona de mínimos de US$14.081 millones de noviembre pasado, todavía se ubican en niveles de US$19.138 millones, lejos de los máximos pre-cepo.

Brecha cambiaria

Otra consecuencia del regreso del cepo fue la reaparición de la brecha cambiaria. Hasta septiembre de 2019, dada la posibilidad de comprar dólares sin restricciones en el mercado oficial, la brecha cambiaria con los dólares paralelos era casi inexistente, dado que el grueso de la demanda podía canalizarse por la vía formal.

Pero desde inicio de septiembre de 2019, a medida que se fueron implementando más restricciones, la diferencia entre la cotización del tipo de cambio oficial y los paralelos se amplió. Según datos de Rava Burstátil, la brecha cambiaria tardó menos de una semana en alcanzar niveles de dos dígitos.

Para diciembre de 2019, la brecha promediaba el 19%. Superó el 50% en abril de 2020 y alcanzó los tres dígitos en octubre de ese año. Después, osciló entre 50% y 110% hasta julio de 2022, cuando superó por primera vez la barrera de 160%, y volvió a estabilizarse en la zona de 80% a 120% hasta octubre del año pasado, cuando testeó por primera vez en décadas el umbral de 200%.

Bajar esa brecha a los niveles actuales los Gobiernos de Alberto Fernández, primero, y de Javier Milei, ahora, no dudaron en echar mano a las reservas. Según datos del Balance Cambiario del BCRA, entre octubre de 2020 y noviembre de 2021 se destinaron unos US$2.722 millones (promedio de US$194 millones por mes) para intervenir en el precio de los dólares paralelos, vía compra y venta de títulos valores. ¿El objetivo? Mantener a raya la brecha cambiaria de cara a las elecciones legislativas.

Dos años después, en la antesala de las elecciones presidenciales de 2023, regresaron las intervenciones: fueron US$4.130 millones entre abril y octubre de aquel año, a razón de US$590 millones mensuales en promedio.

En julio de 2024, bajo el enunciado de eliminar los mecanismos de emisión monetaria para controlar la inflación, el Gobierno de Javier Milei reconoció que volvería a intervenir en la brecha vía ventas de los dólares que comprara en el mercado oficial por la ventanilla del CCL. Para ese fin, reveló el Central el viernes último, destinó en julio US$326 millones.

La intervención indirecta, sin embargo, arroja cifras muy superiores. Según cálculos de la consultora EcoGo, si se contemplan los dólares que se perdieron por el esquema de dólar soja, dólar exportador o dólar blend, que permitieron a los exportadores obtener un mejor tipo de cambio al ingresar un porcentaje de las divisas por la vía del CCL, bajo la gestión de Sergio Massa se destinaron US$7.619 millones para intervenir en la brecha, mientras que desde el cambio de Gobierno y hasta julio se habrían destinado unos US$12.400 millones para ese mismo fin.

Inversión Extranjera Directa y reclasificación MSCI

La presencia del cepo cambiario en estos últimos cinco años también ahuyentó la Inversión Extranjera Directa (IED). Según datos del BCRA, los aportes netos de capital venían promediando unos US$1.700 millones por trimestre entre 2017 y 2019, llegando a tocar durante los últimos tres meses de 2018 niveles de hasta casi US$4.000 millones.

Pero tras el regreso del cepo, casi no volvieron a observarse niveles trimestrales de cuatro dígitos. Desde 2020 y hasta el primer trimestre de 2024, esos aportes netos cayeron a niveles promedio de US$600 millones por trimestre, con un pico de US$1.206 millones en los últimos tres meses de 2021 y un piso de apenas US$268 millones durante los primeros tres meses de 2023.

En el medio, y como consecuencia directa de la reinstauración de los controles de capitales, el índice MSCI bajó dos escalones la clasificación de la Argentina: en 2021, y pese a que el mercado descontaba que el país sería reclasificado como mercado de frontera, la firma determinó ubicar al país bajo la clasificación ‘Standalone’, lo que implicó un empeoramiento de las condiciones de acceso al financiamiento.

Semanas atrás JP Morgan había anticipado que una eventual reclasificación de Argentina como mercado emergente por parte de MSCI podría impulsar la llegada de unos US$1.000 millones en flujos de inversión hacia las acciones de empresas del país. Pero para que esa reclasificación sea posible, se descarta que MSCI espera ver primero que Argentina vuelva a levantar el cepo cambiario.

Múltiples tipos de cambio

Otra consecuencia del cepo cambiario en Argentina fue el regreso de los múltiples tipos de cambio. Producto de las restricciones cambiarias, llegar a convivir en el país más 15 tipos de cambio diferentes.

Además del dólar oficial –mayorista y minorista– y el dólar futuro, en los últimos cinco años surgieron diversas cotizaciones para la moneda estadounidense, ya sea para la compra de dólares como cotizaciones vinculadas a la importación o la exportación de bienes y servicios.

Además del dólar MEP, el blue o el contado con liquidación, el ‘dólar tarjeta’ o el ‘dólar blend’, vigentes a la fecha, durante los últimos años existieron: el ‘dólar soja’ (tipo de cambio diferencial para los exportadores de soja); el ‘dólar agro’ (tipo de cambio diferencial para todo el complejo agroexportador), el ‘dólar Malbec’ (para la industria vitivinícola); o el ‘dólar tecno’. También el ‘dólar Qatar’ (para gastos superiores a US$300), ‘dólar Coldplay’ (para shows y la industria de entretenimiento); ‘dólar ahorro’ (para compras para atesoramiento), ‘dólar solidario’ (con el recargo del 30% del impuesto PAIS); o el dólar Senebi (cotización resultante de operaciones pactadas entre privados a través del Segmento de Negociación Bilateral).