Reforma tributaria, curva de Laffer y el error de 2017 que deberá evitar Milei, según César Litvin

Capítulo 743 de La Estrategia del Día Argentina: Además, @TomiCarrio y #ElCierre de la semana con @CRLitvin

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Buenos Aires — Javier Milei se propuso eliminar el 90% de los impuestos antes de terminar su mandato. Tras un primer año en el que el equipo económico concentró sus esfuerzos en controlar la inflación, se espera que el Gobierno argentino impulse desde el año próximo una reforma tributaria que le permita mejorar la competitividad: ‘Argentina no está cara en dólares sino que está cara en impuestos’, sostienen quienes niegan que exista en el país un atraso cambiario.

En ese contexto, César Litvin, CEO del Estudio Lisicki, Litvin & Asociados, remarcó la necesidad de que el oficialismo avance con la eliminación de impuestos distorsivos. En una entrevista con Bloomberg Línea, el tributarista consideró que la reducción de la presión fiscal representa “una asignatura pendiente”, alertó que hará falta “un pacto fiscal muy efectivo y contundente” para no repetir errores del pasado reciente y explicó por qué apostar a una reducción de la carga fiscal recién impactará en la recaudación en el mediano plazo.

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La siguiente entrevista ha sido editada con motivos de extensión y claridad.

En estos días volvió a instalarse el debate respecto de si Argentina está cara en dólares y quienes argumentan que no, aseguran que lo que ocurre es que Argentina está cara en impuestos. ¿Coincide con esa visión? ¿Argentina es cara en impuestos?

Sin ninguna duda. En los últimos años, diría décadas, la Argentina ha ido subiendo el gasto público en porcentaje del PBI en hasta cerca del 80% y eso fue parcialmente financiado con una altísima carga tributaria. Además, hay una complejidad del sistema en la cantidad de tributos entre nación, provincias y municipios y la presión fiscal es tan alta que asfixia al sector productivo. Entonces, una asignatura pendiente que existe en la Argentina es ir reduciendo la presión fiscal, que fue aumentando en los últimos 20 años.

También hay que tener en cuenta que esta alta presión fiscal además está contaminada por impuestos que son muy distorsivos a la actividad económica. Entonces, yo creo que respondiendo específicamente a si la Argentina está cara en dólares, una parte significativa de esto tiene que ver con la alta presión fiscal, entre impuestos nacionales, provinciales y municipales y por una alta concentración en impuestos al consumo, que son los que directamente van a precios, son totalmente trasladables.

¿Como cuáles?

El IVA al 21%, ingresos brutos, que de acuerdo a la jurisdicción puede variar, pero en promedio es del 5%, y tasas municipales que no tienen una efectiva contraprestación de servicios, entre el 1% y el 1,5% más algunas que son de montos fijos. Entonces, la respuesta es, uno de los motivos por el cual la Argentina está cara en dólares es la alta presión fiscal.

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Meses atrás, desde el oficialismo anticiparon que esperaban cerrar este primer mandato de Milei eliminando un 90% de los impuestos. Según estudios privados, 10 impuestos concentran el 92% de la recaudación y seis impuestos concentran el 83%. ¿Cree que puede haber un proceso de simplificación impositiva en el país?

Sí, me gusta esa manera de pensar del gobierno de simplificar. La Argentina está sobredimensionada en la cantidad de tributos. Entre nación, provincia y municipio superan los 150 tributos vigentes y eso hace que sea muy complejo el sistema tributario. Comparto ese estudio privado, lo hemos dado en distintos coloquios donde solo 10 de esos tributos representan el 92% de la recaudación. Ahora, la tarea de simplificación del sistema tributario no es fácil, no es una tarea fácil teniendo en cuenta que tanto la nación como las provincias y los municipios tienen potestades para establecer tributos. Entonces, creo que la mayor dificultad del gobierno no son los impuestos nacionales que hoy en día quedan dentro del podio de los más distorsivos, el impuesto a las exportaciones y el impuesto a los débitos y créditos bancarios. Ahora, la tarea más dificultosa va a ser con las provincias y municipios porque las provincias tienen en su haber el impuesto que más recauda, que es Ingresos Brutos pero es el peor impuesto del sistema tributario.

¿Por qué?

Ya prácticamente no se usa en el mundo. Es un impuesto que llena absolutamente todos los casilleros de un mal impuesto, porque tiene un efecto acumulativo, en cascada, todo se traslada a precios y además es un impuesto que se ha deformado en los últimos tiempos porque el 70% de la recaudación es anticipada, o sea, antes que se produzca el hecho imponible, antes que se produzca la venta o el ingreso, ya las provincias están recaudando vía retenciones, percepciones o algún tipo de pago a cuenta. Y eso ha generado una inmovilización de dinero por parte de la actividad productiva en el sector público que se lo gasta por anticipado. Entonces, yo creo que necesariamente para reducir la cantidad de tributos hay que apuntar básicamente a los impuestos locales. Ya sea las provincias con Ingresos Brutos, con impuestos de sellos y con otro tipo de impuestos que no mueven el amperímetro recaudatorio pero que sí son muy molestos a la actividad económica. Impuestos de Ingresos Brutos y sellos son impuestos de la edad media y los municipios, que cuando se ven en necesidades de gastar más -incluso con gastos muy superfluos- empiezan a cobrar tasas que son verdaderos impuestos pero que están disfrazados de tasas.

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¿Por qué ocurre eso?

Porque para que la tasa tenga validez tiene que tener una efectiva contraprestación de servicios y gran parte de las tasas están vinculadas con el ingreso de la empresa que está dentro de ese municipio y no con el efectivo costo prestacional del servicio. Y en algunos casos no hay prestación efectiva del servicio. Entonces creo que es una buena aspiración llegar a eso al final del mandato.

¿Lo ve posible?

Para eso va a hacer falta un pacto fiscal muy efectivo y contundente. Digo efectivo y contundente porque los pactos fiscales anteriores no han funcionado porque no tienen establecidos sanciones por incumplimientos. El pacto fiscal del 2017 era una excelente idea con mucha ingenuidad política, porque enseguida se incumplió. No había sanciones por incumplimiento. Creo que para los impuestos locales, que son la mayor cantidad de envergaduras de tributos hace falta un pacto fiscal contundente y efectivo.

En medio de esta discusión, tuvimos en estos días la visita de Arthur Laffer, quien se reunió con Milei y Caputo. ¿Aplica la famosa curva de Laffer a lo que ocurre en Argentina?

Si, yo soy un defensor de la curva de Laffer. Estoy totalmente consustanciado con eso. La curva de Laffer establece que llega un punto que el aumento de la presión fiscal no se traduce en un aumento de la recaudación y una baja de la presión fiscal en el mediano plazo -no en el corto- puede generar una mayor recaudación vía más actividad económica y mejora en la productividad. En los últimos años la Argentina hizo caso omiso a la curva de Laffer y ha generado una mayor presión fiscal que en definitiva es un premio al que está en la informalidad. Ante dos comercios en la misma cuadra, donde uno está en la formalidad, paga todos los impuestos y todas las cargas sociales de la estructura laboral, y otro que está en la total informalidad, le va a ser muy difícil competir al que está en la formalidad. Porque es tan alta la presión fiscal que lo saca de la competitividad al que paga todos los impuestos. Considero que hay que apostar a una reducción de la carga fiscal eliminando los impuestos que son más distorsivos. Pero en el mediano plazo recién se va a ver un efecto contundente en una mayor recaudación.

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