¿Qué significa abrir el cepo y qué pasa si se levantan los controles en Argentina?

Salir de los controles cambiarios conlleva riesgos de devaluación, pérdida abrupta de reservas, repunte de la inflación y volatilidad financiera. Sin embargo, es un paso necesario para destapar el crecimiento

¿Qué significa abrir el cepo y qué pasa si se levantan los controles en Argentina?
23 de octubre, 2024 | 01:46 PM

Buenos Aires — El Gobierno argentino enfrenta una serie de riesgos clave que deberá monitorear cuidadosamente antes y durante una hipotética salida del cepo cambiario. Entre los principales desafíos se encuentran la posibilidad de una devaluación abrupta del peso, un aumento acelerado de la inflación, presión sobre las reservas internacionales y, por todo esto, el retorno de la incertidumbre económica. Estos factores podrían desestabilizar los mercados financieros y complicar aún más la situación fiscal del país, especialmente en lo que respecta al manejo de la deuda externa en dólares.

En ese sentido, desactivar el cepo representa uno de los principales desafíos que heredó el Gobierno de Javier Milei, teniendo en cuenta que el grueso de los economistas coincide en que constituye un obstáculo contundente para las inversiones del sector privado y el crecimiento económico de largo plazo en su conjunto.

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Eliminarlo fue una de sus principales promesas de campaña. Hasta ahora, el equipo económico ha eludido precisar una fecha para que llegue a su fin, aunque este martes el presidente afirmó que está “mucho más cerca” de lo que muchos se imaginan. Mientras tanto, en el mercado subyacen las especulaciones respecto de cuándo podría ocurrir.

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El cepo cambiario en Argentina ha sido una herramienta de intervención económica desde 1931, cuando, bajo la dictadura militar de José Félix Uriburu, se instauraron las primeras restricciones a las transacciones con divisas. Esta política cambiaria, que limita la libre adquisición y venta de dólares, fue reintroducida en el 2011 durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner con el fin de contener la fuga de capitales y proteger las reservas internacionales, y nuevamente por Mauricio Macri en el 2019.

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¿Qué significa abrir el cepo?

Abrir el cepo cambiario en Argentina implica la eliminación de una serie de restricciones y regulaciones impuestas por el Gobierno sobre la compra y venta de divisas extranjeras, principalmente dólares. Ha sido implementado en el último siglo para controlar la salida de capitales y proteger las reservas internacionales del país.

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Bajo estas medidas, vigentes hoy en el país, existen límites estrictos sobre la cantidad de dólares que las personas y empresas pueden adquirir, y generando demanda por ellos en los mercados paralelos, dependiendo de la situación inflacionaria y financiera (como el “dólar oficial” y el “dólar blue”).

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Si bien el cepo ha tenido beneficios temporarios, han distorsionado al mercado local y alimentado un mercado paralelo del dólar, mientras los agentes de la economía fueron frenando sus inversiones ante la imposibilidad de saber cuándo podrán convertir sus pesos. La ineficacia de este tipo de medidas en el largo plazo se refleja claramente en el nivel de reservas netas que tiene hoy el Banco Central de la República Argentina: un rojo de aproximadamente US$5-7 mil millones.

Ahora, con la posibilidad de levantar el cepo, surgen importantes interrogantes sobre las consecuencias económicas.

Riesgos inmediatos: devaluación y pérdida de reservas

La principal preocupación es la posibilidad de una devaluación significativa del peso argentino. Al eliminar las restricciones, la demanda de dólares podría dispararse, lo que incrementaría su precio en el mercado oficial y elevaría el costo de las importaciones.

Esto, a su vez, impactaría la inflación. Un segundo riesgo es la pérdida de reservas internacionales. Sin el control del Banco Central sobre la oferta de dólares, la demanda podría agotar rápidamente las reservas disponibles, lo que afectaría la capacidad del país para cumplir con sus compromisos de deuda externa denominados en dólares.

Por estos motivos es que el Gobierno apunta a achicar lo más posible la brecha cambiaria entre el dólar MEP y CCL frente al dólar oficial. Cuanto más exigua esa diferencia, menor será la devaluación necesaria al abrir el cepo, y menor la presión sobre las reservas. Hoy esa brecha se ubica en torno al 20,8%.

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Otro desafío: que no repunte la inflación

La devaluación del peso podría afectar a los precios internos y al poder adquisitivo de los ciudadanos. Con un tipo de cambio más elevado, el costo de los productos importados subiría, generando una nueva presión inflacionaria.

Así, si repunta la inflación al salir del cepo, se reduciría el poder de compra de los salarios reales, lo que podría desencadenar demandas de aumentos salariales.

Incertidumbre económica y salida de capitales

El levantamiento del cepo también podría generar incertidumbre en los mercados financieros. La volatilidad que acompaña a estos cambios podría poner nerviosos a los inversores, algunos de los cuales podrían vender los activos argentinos (bonos y acciones) que tengan en su portfolio.

Un reporte de Wise Capital prevé dos escenarios: uno hacia finales de 2024, impulsado por la cosecha de trigo y el blanqueo de capitales, y otro para finales de 2025, tras las elecciones. En ambos casos, el principal desafío sería controlar el traspaso de la devaluación a la inflación.

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La apuesta del equipo de Milei en este punto pasa por demostrar que Argentina ya es un país solvente, con un superávit fiscal contundente, y un flujo futuro de dólares considerable desde el sector energético y el extranjero para hacer frente a sus compromisos de deuda.

En ese escenario, al que apunta el Gobierno, no se produciría tal incertidumbre económica y salida de capitales del país.

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Antecedentes históricos: una constante en Argentina

El cepo cambiario no es un fenómeno nuevo en la economía argentina. Desde 1931, cuando se implementaron los primeros controles, las restricciones cambiarias han sido una constante, con pocas excepciones como la Convertibilidad en los años 90.

Estos controles se justificaron históricamente por la necesidad de frenar la fuga de capitales y mantener estable el tipo de cambio. Sin embargo, sus efectos negativos, como la escasez de divisas y la incertidumbre económica, han alimentado el debate sobre la conveniencia de mantener un sistema tan restrictivo.

Condiciones para eliminar el cepo

Según Wise Capital, la eliminación del cepo solo sería viable en un contexto de desaceleración de la inflación y fortalecimiento de reservas internacionales. Además, se necesitarían políticas que incentiven la exportación y un ambiente favorable para atraer inversiones extranjeras.

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La unificación del tipo de cambio debería ser gradual y acompañada de medidas para amortiguar el impacto inflacionario. Sin un plan macroeconómico robusto, levantar el cepo podría generar una alta volatilidad en los mercados y presión inflacionaria.

Levantar el cepo cambiario podría traer tanto oportunidades como riesgos. Si bien una mayor libertad cambiaria podría generar confianza en los mercados, los efectos secundarios, como la devaluación y la inflación, podrían agravar las dificultades económicas del país.