Buenos Aires — Flavia Royón fue Secretaria de Energía y Minería de la provincia de Salta entre 2019 y 2022. En agosto de aquel año asumió al frente de la Secretaría de Energía de la Nación y acompañó la gestión de Sergio Massa al frente del Ministerio de Economía. Tras la derrota de Massa en el balotaje ante Javier Milei y la asunción del libertario como Presidente de la Nación, Royón se sostuvo dentro del Ministerio de Economía, pero esta vez al frente de la Secretaría de Minería.
La minería es uno de los sectores con mayor potencial en la Argentina. El litio, clave para la producción de baterías, ha protagonizado las inversión extranjera directa en los últimos años y se espera que exporte por US$1.700 millones este año. En paralelo, el cobre asoma como la otra estrella de la minería argentina, aunque el país deberá ordenar primero su macroeconomía para motorizar los desembolsos que se necesitan para comenzar la construcción de los proyectos.
El Gobierno espera la primera producción de cobre para 2027. Saltaría de US$600 millones a US$5.000 millones (2031) en apenas cuatro años.
Ante miradas muy diferentes en lo que respecta al rol del Estado entre la anterior gestión y la actual, Royón dijo en una entrevista exclusiva a Bloomberg Línea que “hay una ventana de oportunidad para aprovechar”, porque el mundo demanda minerales críticos y Argentina los tiene.
Según la funcionaria, respecto a uno de los debates que cruzó a la anterior gestión, la industrialización del litio es importante pero no tiene que ser excluyente. Afirmó que siguen las negociaciones con Estados Unidos para ingresar en los beneficios de la Inflation Reduction Act y aseguró que la mirada pro mercado de Javier Milei generó optimismo en los inversores del sector.
La siguiente conversación fue editada por motivos de extensión y claridad
¿Cuáles son los lineamientos principales y objetivos de la Secretaría de Minería?
Flavia Royón: Estoy convencida de la ventana de oportunidad que tiene la minería argentina por el contexto internacional. La transición energética demanda muchos más minerales. El litio está dinamizando la inversión minera y la inversión extranjera directa por ser un mineral crítico y demandado por las principales economías. Es una ventana que hay que aprovecharla. Detrás del litio, que es lo que está mirando el mundo en Argentina, hay que impulsar el comienzo de la construcción de los proyectos de cobre y también atraer y revitalizar las inversiones en exploración de todos los minerales. El Servicio Geológico Minero Argentino, con reconocimiento mundial, va a cumplir un rol clave al identificar recursos. La minería nos va a ayudar a diversificar exportaciones, son proyectos netamente exportadores, por lo cual también va a generar divisas. Pero hay que desarrollarlo con los cuidados ambientales y sociales que corresponde.
¿Cree que el Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones de la denominada Ley ómnibus va a ayudar a las inversiones?
Sí, creo que puede ser un punto de inflexión en el desarrollo minero en Argentina. Si este régimen se concreta y si se concretan los proyectos de cobre, que ven con buenos ojos al RIGI, puede ser un punto de inflexión para nuestro país.
¿Considera que aún falta una política nacional alrededor de esta actividad?
La licencia social es algo que hay que defender todos los días. No es una cuestión estática ni un cheque en blanco. Hoy hay una nueva minería en el sentido que se desarrolla con mejor tecnología, mejor estándares ambientales, mejores estándares sociales, eso tiene que ser un trabajo continuo. Hace falta mucha difusión de información. La minería es la madre de todas las industrias. Hay que informar a la población sobre el impacto real que pueden tener los procesos. La vida moderna no es posible sin minería.
¿Dónde está parada Argentina en términos de licencia social?
Depende de la realidad de cada provincia. Hay provincias con una posición más antiminera y otras prominera. Hay que bajar con información real de qué son los proyectos que se pueden realizar y cuáles son los impactos reales. La licencia se gana con explicación. Paradójicamente en algunas provincias que se cuestiona la minería son provincias hidrocarburíferas, no deje ser una paradoja.
Proyecciones para la minería
Según cálculos actualizados -y conservadores- de la Secretaría de Minería, en 2024 las exportaciones mineras crecerían a US$4.500 millones, con liderazgo del oro pero un aumento del litio, que ingresaría al país US$1.700 millones.
Para 2025, estas estimaciones ven un salto de las exportaciones de carbonato de litio, liderando el sector minero y alcanzando los US$4.300 millones. En 2030 la minería exportaría por US$19.100 millones, con el litio en US$12.200 millones.
El Gobierno espera la primera producción de cobre para 2027. Saltaría de US$600 millones a US$5.000 millones (2031) en apenas cuatro años.
En lo que respecta a inversiones extranjeras directas, la Secretaría de Minería espera este año US$4.786 millones con un importante salto en 2025 a los US$8.206, a la expectativa de que entren en construcción los principales proyectos de cobre.
¿Qué se necesita para que se aceleren los proyectos de cobre?
Lo que demanda la inversión es seguridad jurídica, acceso a importaciones, en definitiva lo que se necesita es ordenar la macroeconomía. Uno de los grandes problemas o restricciones que manifiestan los inversores es poder importar con previsibilidad, tener acceso al mercado de cambios, tener la certidumbre de poder pagar a los accionistas. Necesitamos ordenar nuestra macroeconomía para poder dar previsibilidad y certidumbre a los inversores. Argentina ha dado muestras y sobre todo en las provincias mineras, que la minería ha sido una política de estado, una política continua con seguridad jurídica.
Hay una discusión respecto a si el litio es una ventana de oportunidad pero que el recurso al que se debe apostar es el cobre.
Acá no es litio o cobre. Es el litio, cobre, oro, plata, todo. Los proyectos de cobre son de tal magnitud que van a ser un punto de inflexión en provincias como San Juan, Catamarca, Salta, por la magnitud de cada proyecto, que equivalen a inversiones entre US$4.000 millones y US$8.000 millones cada uno. Cada proyecto puede aportar en exportaciones entre US$1.500 millones y US$2.500 millones anuales. El cobre tiene que ser un objetivo para Argentina, porque tiene los recursos. Argentina tiene ocho proyectos en estadíos avanzados, ojalá en los próximos años podamos ver la construcción de uno o dos de estos proyectos. Cada proyecto en su pico máximo de construcción genera directa e indirectamente hasta 8.000 puestos de trabajo, algo que para una provincia es una demanda más que importante.
Impacto de la llegada de Milei, continuidad y negociaciones con Estados Unidos
Flavia Royón fue protagonista de la gestión de Sergio Massa al frente del Ministerio de Economía entre agosto del 2022 y diciembre del 2023. Durante ese período, se llevó a cabo el gasoducto Néstor Kirchner y se licitó el Plan Gas, entre otras políticas que parecen alejadas de la mirada del Gobierno de Javier Milei.
También se negoció con Estados Unidos para entrar en los beneficios de un millonario paquete de incentivos a la inversión energética y minera y se promovió una agenda ambiental con eje en el gas como recurso de transición.
¿Percibe un mayor optimismo respecto al clima de inversiones desde la llegada de Javier Milei, por el discurso promercado que él expresa?
Sí. Hay mucho optimismo. Hay interés, no sólo en los proyectos de litio, sino también en el resto de los proyectos que avanzan. Ven con optimismo al país, nunca perdieron el interés. El mundo demanda minerales y ven a la Argentina con interés, hay que aprovechar la oportunidad. La minería es parte de esta solución para ordenar la macroeconomía.
¿Siguen las negociaciones con Estados Unidos para formar parte de la Inflation Reduction Act?
Sí. Siguen las negociaciones. El otro día tuvimos una conversación con el Departamento de Estado de Estados Unidos, donde se conversó sobre la inclusión de Argentina a la IRA. También seguir trabajando en la hoja de ruta para que los países que conforman esta mineral security partnership de Estados Unidos alienten y financien a empresas que vengan a invertir a la Argentina tanto en materia de exploración como de explotación. Argentina es un país que no tiene conflictos geopolíticos, es un país democratico que puede constituirse como un proveedor seguro tanto de energía como de minerales críticos.
¿Cuál es su mirada respecto a la industrialización del litio?
Es importante pero no tiene que ser excluyente. No es que si hoy no tenemos una planta de batería el litio no sirve. El litio está movilizando la realidad de Catamarca, Salta y Jujuy, generando mano de obra, trabajo de calidad, desarrollando proveedores. Tampoco hay que pensar en la batería, es una visión si se quiere muy de ciudad. De todas maneras, sí es una línea que Argentina y las provincias en la mesa del litio lo han planteado. Es un camino que hay que recorrer. Pero primero hay que concentrarnos en producir más litio y consolidarnos como productor mundial del litio.
¿Cómo puede impactar la caída en el precio spot del litio en las inversiones en Argentina?
Los picos de precios se dan en el mercado spot, la mayoría del litio se vende entre contratos. Aún es un mercado chico que irá creciendo por eso es importante que los proyectos de Argentina entren lo antes posible en producción, porque va a implicar más cantidad de producto en el mercado. Los precios bajaron, pero la electromovilidad ya es una realidad y va a seguir demandando. Son precios, como los del GNL, que están sujetos a la volatilidad. Los que están en la industria lo tienen claro. Los precios no son malos y la demanda va a seguir sostenida. Hay una ventana de oportunidad porque la curva de desarrollo tecnológico es más acelerada y puede venir un reemplazo para las baterías de litio.
El auge del litio despertó la discusión respecto a lo que deja el litio en las provincias y el país. ¿Considera que debe discutirse la cuestión fiscal y tributaria de lo que dejan las empresas del litio en el país?
Hubo un caso muy puntual, que entiendo está avanzando en AFIP y Aduana, que son los organismos de competencia. Tendrá que seguir la vía que corresponda. La normativa está, es importante aclarar que lo que deja la minería en general no es tan solo lo que se paga de regalías. La industria minera deja un gran desarrollo de proveedores, deja un movimiento económico en las provincias en las que se desarrolla. Hay que tener una mirada más amplia, porque no dejan sólo las regalías.
Hay diferencias importantes en algunos principios respecto al anterior Gobierno, que integró, y el actual. Por ejemplo, en la mirada respecto al cambio climático o al rol del Estado. ¿Cómo lidias con esas diferencias?
Respecto al cambio climático, en la práctica la Secretaría de Energía creó una subsecretaría de Transición Energética y se ha dicho públicamente que el Gobierno va a mantener su compromiso en materia de emisiones. Respecto al rol del Estado sí son diferentes visiones. Pero en el Gobierno anterior y en este Gobierno ya se identificó al sector energético y minero como sectores estratégicos para el desarrollo y esa línea va a continuar. Es importante que sepamos construir políticas de Estado sobre sectores estratégicos y en el desarrollo del sector minero no hay grandes divergencias de política y desarrollo entre la gestión anterior y la actual.
¿Y ahí está basado el motivo de continuar en este Gobierno?
Sí. Además porque yo soy de la provincia de Salta, donde la minería es estratégica. Entiendo la importancia de la minería para el desarrollo de las provincias y por eso mi compromiso para seguir adelante y empujar el desarrollo minero de nuestro país y las provincias argentinas.