Buenos Aires — La inflación interanual de la Argentina se ubicó en 138,2% en septiembre de 2023 y fue la cuarta vez en la historia del país en la que superó el 130%. Las oportunidades anteriores en las que se superó esta barrera el desenlace fue “desastroso”, según calificó una de las principales consultoras económicas de la Argentina, que agregó que todos esos ciclos “se caracterizaron por ser períodos largos de tiempo con tasas de inflación anual superior al 130% y en aumento”.
Pero esta vez, señaló Invecq, hay elementos que permiten pensar que quizás no se llegue a un extremo: por ejemplo, el contexto internacional es muy distinto al que se vio durante el Rodrigazo o en las décadas de 1980 y 1990. No obstante, desde el Gobierno argentino -el actual y el que asuma el 10 de diciembre- se deberá trabajar de manera quirúrgica para ir desarmando los desequilibrios que llevaron a esta situación.
En este contexto tan delicado, la Secretaría de Política Económica, dependiente del Ministerio de Economía, insiste en que el índice inflacionario semanal permite ver una desaceleración. Sin embargo, lo cierto es que cualquier chispa puede reactivar la dinámica de agosto y septiembre: por ejemplo, un nuevo ajuste cambiario en el mercado del dólar oficial.
¿Qué pasó cuando Argentina superó el 130% de inflación?
“Solo en tres momentos antes la tasa de inflación anual había superado el 130% hasta este momento”, destaca un informe reciente de la consultora Invecq. Y detalla: “El primero fue en 1975 con el Rodrigazo (llamado así por el entonces ministro de Economía, Celestino Rodrigo; el segundo en 1981, con la crisis de la tablita y la crisis de deuda; la tercera, en 1987. En todos esos episodios el desenlace fue desastroso. Cada uno más desastroso que el anterior, pero todos se caracterizaron por ser períodos largos de tiempo con tasas de inflación anual superior al 130% y en aumento”.
- El primero de estos ciclos, puntualiza Invecq, fue inaugurado un mes después del Rodrigazo y abrió un período de 56 meses con una tasa de inflación que permaneció por encima del 130% anual, en promedio la tasa de inflación anual fue de 250% y el pico fue de casi 780% en mayo de 1976.
- El segundo, comenzó en diciembre de 1981, tuvo una duración similar, de 54 meses, pero en promedio el proceso fue mucho más inflacionario, con una tasa anual del 430%. Y el mes de mayor inflación fue junio de 1985, el mes previo al lanzamiento del Plan Austral. La tasa de inflación anual había alcanzado en ese entonces casi el 1.200%.
- Por último, Invecq detalla que el último de estos ciclos fue el más dramático, ya que concluyó luego de dos hiperinflaciones y el Plan Bonex. Comenzó con el fracaso del Plan Austral y siguió con su sucesor, el Plan Primavera, en septiembre de 1987. Además, duró 48 meses, con un promedio de 2.435% de inflación y un pico (durante la segunda hiperinflación, ya en el gobierno de Menem) de más de 20.200% de inflación anual.
Esta vez puede ser diferente
El informe de Invecq, más allá de plantear la gravedad del escenario, aclara que este cuarto ciclo con más de 130% de inflación que se inauguró en septiembre puede ser diferente a los anteriores, por diversos motivos.
- El contexto internacional es significativamente más auspicioso y positivo para las cuentas externas de la Argentina que durante las décadas de 1970 y principalmente de 1980. “Eso podría ponerle un techo a la magnitud de la crisis nominal y real”, aclara Invecq.
- Por otro lado, en los tres episodios previos, el tamaño del desequilibrio fiscal (y cuasi fiscal) del gobierno era significativamente mayor. No obstante, aclara Invecq, con la aprobación por ley de la devolución del IVA a las compras de productos básicos que se suma a la eliminación del impuesto a las ganancias, el gobierno garantiza un aumento del déficit fiscal para el año que viene de 2% del PBI. “De esta manera, el desequilibrio total para el año próximo superará el 6% del PBI, colocándolo en una zona de mayor riesgo que lo que estaba antes de las PASO”, advierte la consultora.
A futuro, Invecq advierte que la dolarización propuesta por el candidato a presidente Javier Milei puede incrementar los problemas. “Si no se consiguen los dólares necesarios para rescatar todos los pesos, sería prudente que se abandone la idea de la dolarización y se avance en un programa de correcciones típico de un plan de estabilización”.