Buenos Aires — En un escenario complejo, con una persistente inflación y un fuerte cepo cambiario, la actividad económica finalizó 2022 con un avance que se explicó en buena medida por un rebote estadístico. Pero distinto sería el panorama para este año: a contramano de la expectativa oficial reflejada en la Ley de Presupuesto, 2023 se perfila como un año que estará atravesado por una recesión, según anticipan economistas del sector privado.
El Indec difundirá este miércoles el Informe de avance del nivel de actividad correspondiente al cuarto trimestre de 2022, pero las consultoras ya cuentan con estimaciones respecto de lo que pasó, así como también comenzaron a elaborar proyecciones para este año.
“Para 2022, esperamos que el Producto Bruto cierre con una expansión de 5,2%. Sin embargo, hay que tener en cuenta que ya a partir del último trimestre la economía ha quebrado la tendencia y ha empezado a contraerse”, indicó Eugenio Marí, economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso.
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En ese sentido, remarcó que “los datos positivos de 2021 y 2022 reflejan el rebote de la actividad económica, tras la caída de 2020 (que ya venía desde 2018)”.
Sin embargo, aclaró que “no es reflejo de un proceso de crecimiento”. Y en ese sentido, puntualizó: “Además, los desequilibrios se han ido incrementando, cada vez con más distorsiones y trabas a la inversión productiva. A lo que se suman las necesidades de financiamiento fiscal, que absorben el crédito privado”.
La economía argentina en 2023
En declaraciones a Bloomberg Línea, el economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso señaló que “el proceso recesivo se profundizaría en 2023, cuando la economía caería 3,5% respecto del año anterior, pero anotando bajas superiores al 5% anual en la segunda mitad del año”.
Similar diagnóstico brindó Federico Moll, director de Investigación Económica de Ecolatina, que indicó: “Estamos esperando una recesión. A esta altura es muy difícil escapar a ese supuesto”.
De ese modo, se refirió a “una caída que, de mínima, estaría en torno al 2%”, mientras aseguró que la sequía tendrá “un impacto muy fuerte”. A ello se deben sumar “externalidades sobre el resto de la dinámica económica”.
El economista, además, afirmó que se debe seguir de cerca “la oferta de dólares” y “cómo el Gobierno va a poder llevar adelante un contexto en el cual las tensiones cambiarias son tan fuertes, con una cantidad significativa menor de dólares”.
“Previo a la sequía, estábamos esperando cero variación en el nivel de actividad”, recordó y advirtió que el 2023 “sería uno de los peores años de elecciones de las últimas décadas”.
Así, las perspectivas no parecen alentadoras. El gigante estadounidense JPMorgan también adelantó que la economía argentina experimentará una recesión tanto en 2023 como en 2024.
El Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) difundido por el Banco Central, en tanto, arrojó que se espera una variación del Producto Interno Bruto (PIB) del 0,5% este año.
Los efectos del shock climático
De acuerdo con un análisis de Equilibra, el shock climático “golpeará la actividad económica por varias vías”.
“Entre ellas, destacan: la caída en la producción agropecuaria y en las actividades conexas disminuirá el PBI en poco más de 2%”, subrayó la firma.
“El desplome de la liquidación de agro-divisas exacerbará la escasez de dólares para importar, afectando la provisión de insumos y bienes finales; un flujo de divisas reducido en el MULC podría acelerar la devaluación del dólar oficial, generar subas en las cotizaciones financieras, fomentar la aparición de nuevos tipos de cambio diferenciales y/o generar faltantes”, pronosticó Equilibra.