Presidente de Toyota Argentina confía en que las ventas cierren 2024 en niveles similares a 2023

Gustavo Salinas dialogó con Bloomberg Línea y se refirió a cómo impactó la caída en la economía en la operación de la empresa. ¿Qué piensa respecto a la política industrial del Gobierno?

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Mar del Plata — Gustavo Salinas es presidente de Toyota Argentina desde abril de 2022. El ejecutivo cree que la principal automotriz del país puede alcanzar este año el mismo nivel de ventas que en 2023, pese a la recesión que atravesó el país e impactó en todos los sectores de la economía.

En el marco del 60° Coloquio de IDEA, que reunió en Mar del Plata a los principales empresarios del país, Salinas dialogó con Bloomberg Línea y analizó el programa económico de Javier Milei, se refirió a las proyecciones de la compañía y a las oportunidades que surgen en el marco del Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI) y la electromovilidad.

Según los últimos datos de septiembre, difundidos por la Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA), la producción nacional cayó 3,9% mensual y 12,6% interanual. Las exportaciones registraron una caída del 3,9% mensual y del 12,6% interanual, mientras que las ventas a concesionarios reportaron una suba del 15% mensual y una caída del 2,8% con relación a igual mes del año pasado.

Pero más allá de la estadística, para Salinas -en sintonía con los temas discutidos en el Coloquio- lo más importante es que “empiezan a haber consensos sobre temas que son fundamentales para la recuperación de la Argentina”. Entre esos temas, destaca el superávit fiscal.

¿Cómo impactan esos consensos en el negocio de Toyota?

Si uno evalúa los primeros 10 meses de este año, creo que el ordenamiento, obviamente, de la macroeconomía, no solo a Toyota, sino a todas las empresas como tal, nos da un marco de operación fundamentalmente con previsibilidad. Es muy importante, porque esto se da en la confianza, sobre todo a las empresas internacionales, como nosotros en nuestra casa matrices, de creer un camino de recuperación. Y también de nuestro lado, tener la responsabilidad de entender que ese camino de recuperación va a llevar tiempo, que no va a ser inmediato, y que lo tenemos que ir acompañando con el esfuerzo privado también, lógicamente.

¿Les permitió reducir costos?

Por supuesto. Todo lo que tiene que ver con la reducción de la inflación, la eliminación de impuestos, como se fue dando ahora con el impuesto PAIS, ayuda. Por supuesto, también está la responsabilidad nuestra como sector privado de reducir costos para poder ser competitivos. Hoy estamos enfrentando el escenario global, y también en la región. Somos una empresa fundamentalmente exportadora. Competimos con marcas chinas que están llegando a Latinoamérica, y tenemos, te diría, el mandato obligatorio de ser competitivos, y para eso trabajamos mucho sobre la productividad. Las medidas que está tomando el Gobierno están en esa dirección también.

Se habló en el Coloquio respecto al regreso de las políticas industriales en el mundo. ¿Argentina está también apostando a las políticas industriales?

Sí, creo que sí. Creo que esa reformulación del rol del Estado, donde tiene que hacer foco en los temas que son centrales propios del Estado, y que el sector privado tome de alguna manera protagonismo en su propia actividad, tiene que ver claramente con un camino para tener una política industrial también más fuerte. Así, el sector privado, a partir de un Estado público más eficiente, puede volcar su energía y sus recursos en su propia competitividad, y eso tiene que hacer una industria argentina más relevante. En el caso de la industria automotriz, Argentina es el cuarto productor mundial de pick-ups en el mundo, no es un tema menor, y eso se logró a partir de un esfuerzo muy grande de todas las terminales en la Argentina que estamos produciendo pick-up, y queremos mantener y seguir haciendo crecer ese rol de la Argentina en la industria global automotriz.

Porque podría interpretarse que falta una política industrial si se señala la exclusión de distintos sectores industriales de los alcanzados por el RIGI, sumado a una apertura en las importaciones.

Hoy si tomamos la producción de la industria automotriz argentina, más del 60% se exporta, en el caso de Toyota más del 80% se exporta. Es una industria claramente globalizada, que trabaja en términos de obligatoriamente ser competitivo, porque cuando vendemos afuera estamos compitiendo con todo el mundo. Y decisiones como la del RIGI ayudan (NdR: el sector automotriz puede beneficiarse si se destina a la electromovilidad). Nosotros tenemos que, como industria, ir avanzando en todo lo que son nuevas tecnologías, especialmente tecnologías de electrificación, que son inversiones muy grandes y el mundo está yendo en esa dirección. El RIGI creo que es un gran paso para eso, y por el otro lado el reordenamiento de la Argentina obviamente va a terminar de convertir el escenario ideal para eso.

Toyota ha tenido un sendero de ingreso de autos de electromovilidad a la Argentina. ¿Eso se puede acelerar con el RIGI? ¿Están analizando el RIGI y cómo puede ayudar a potenciar la electromovilidad en Argentina?

Toyota fue pionera en introducir la tecnología electrificada hace muchos años, lo fuimos después expandiendo a muchos de los modelos que estamos comercializando. Hoy estamos pensando cuál es la posibilidad de producción local de tecnología electrificada en el futuro. Y cuando hablo de futuro no debería ser muy en largo plazo, porque el mundo ya va avanzando rápido en ese aspecto. Como industria argentina tenemos que ir en esa dirección, y es donde nuevamente el RIGI toma un rol importante.

¿Qué están viendo después de una caída importante en ventas, en producción y exportaciones?

El 2024 va a tener un resultado mejor de lo que se esperaba a principio de año. Éramos optimistas en ese momento, sabiendo que el año iba a tener un comportamiento inicial muy complejo, porque producto del reordenamiento había variables que se tenían que, de alguna manera, establecer en términos relativos normales, y que después iba a haber un proceso de recuperación gradual a lo largo del año. A nivel de ventas de Toyota estamos tratando de llegar casi al mismo nivel de 2023. Creemos que es posible y somos optimistas de cara a 2025. Si vemos el mercado automotriz, los últimos meses ya está mostrando claramente un crecimiento. El mes de septiembre fue bastante más alto que el año anterior y creció con respecto a agosto. Así que bueno, en ese escenario de crecimiento gradual estamos confiados a un mejor 2025.

¿El crédito puede ayudar?

Está ayudando, nuestras ventas a crédito representan el 10%, antes prácticamente eran inexistentes. Con lo cual, tanto el plan de ahorro como el crédito son, diría, uno de los pilares para poder apalancar la recuperación futura.

¿Cuál es el trabajo realizado con YPF para llevar el modelo Toyota a Vaca Muerta?

El pilar de la operación de Toyota es el sistema de producción, que en realidad no solo aplica a las operaciones de manufactura, sino a cualquier tipo de organización. En ese sentido, lo hemos trabajado dentro de Toyota para todas las áreas de la compañía, y con socios estratégicos también hemos expandido estas actividades. Fundamentalmente lo que hacen es trabajar sobre la productividad de procesos y, por ende, brindar un resultado a las organizaciones de mejora en términos de su operación. Lo hemos hecho no solo con otras empresas, sino también con organismos que por ahí no a priori parecerían muy alejados a una operación industrial, como puede ser la Fundación Favaloro o el Hospital Italiano, o hospitales públicos también, con los cuales estamos colaborando, y que en definitiva se traducen después en mejoras concretas en todo lo que tiene que ver los procesos operativos.