Buenos Aires — Durante los últimos tres meses se modificó la dinámica desde el punto de vista monetario y cambiario. Las nuevas autoridades del Banco Central recompusieron reservas y la economía pasó de un gran excedente de pesos a una actual escasez que, según un informe privado, se tradujo en “una pequeña baja nominal en la cotización del dólar libre, pero con fuerte caída en su poder adquisitivo”.
Así lo analizó un reciente reporte de analistas de Fundación Mediterránea en el que explicaron que, a diferencia de lo que ocurre en la actualidad, “a principios de diciembre pasado la coyuntura estaba dominada por un marcado exceso de pesos con su correspondiente contrapartida de escasez de dólares y una entidad monetaria sumamente débil y deterioro de su balance”.
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“El objetivo de corto plazo de la nueva gestión lucía claro, aunque no tan sencillo de ejecutar: reducir el exceso de pesos y recomponer las reservas del Banco Central. Los datos a fin de febrero muestran que todas las variables mejoraron sustancialmente, y este artículo apunta a explicar qué hizo el Banco Central para logar este notorio cambio”, indicó el informe.

De ese modo, el estudio remarcó que durante el último trimestre el Banco Central “redujo fuertemente el crédito interno y, dado el aumento en la demanda nominal de base monetaria (necesidad de tener más pesos nominales para transacciones con precios más elevados), comenzó a comprar dólares”.
“Las reservas de la entidad monetaria (brutas y netas) se empezaron a recuperar, esto redujo la intranquilidad en el mercado financiero y los depósitos privados en dólares también pasaron a incrementarse”, puntualizó es estudio publicado por Fundación Mediterránea.
En ese sentido, el trabajo sostuvo que “modificar la dinámica del crédito interno fue clave” para alcanzar esos resultados. “Justamente éstas son las variables a monitorear para evaluar la continuidad y una mayor consistencia del fenómeno analizado”, remarcó.
“La evolución fiscal y su financiamiento, la evolución de los pasivos del Banco Central y la magnitud de los intereses pagados por esos pasivos seguirán siendo claves para ampliar el horizonte de la coyuntura”, apuntó.

“La altísima inflación y la cotización de pánico en el dólar libre son los claros síntomas de un enorme exceso de pesos y, por otro lado, la caída de los depósitos en dólares representa el miedo de ahorristas derivado de las reservas negativas y en caída del BCRA”, recordó Fundación Mediterránea.
El trabajo destacó, además, que todas las variables mejoraron sustancialmente.
“Cuando la expansión del crédito interno (por ejemplo, préstamos al Tesoro para financiar el déficit fiscal) resulta mayor a la variación en la demanda de pesos, la economía experimenta un excedente de pesos y se producen caídas en las reservas internacionales en el BCRA y/o devaluaciones en el tipo de cambio oficial y subas en los tipos de cambio libres que se trasladan a precios e inflación”, argumentó la fundación.