Buenos Aires — “La ola de calor excluyó la posibilidad de una super campaña de soja”, afirmó la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) en un informe publicado este miércoles en el cual actualizó a la baja las estimaciones de los cultivos de verano: maíz y soja.
Una mala noticia para las arcas del Banco Central, que para marzo esperan la liquidación de la cosecha gruesa de los granos y los dólares que genera su exportación. A los ajustes en las proyecciones, se suman los bajos precios de comercialización.
La BCR estima una producción de maíz de 57 millones de toneladas en esta campaña, dos millones de toneladas menos que en la proyección publicada el 10 de enero del 2024, y un millón más que en la estimación de diciembre.
Para la soja, el recorte respecto a la estimación de enero pasó de 52 millones de toneladas a 49,5. En diciembre la BCR estimaba una producción de 50 millones de toneladas. Aún así, la producción de soja más que duplicará a la de la campaña pasada y sería la mayor desde 2019/2020.
En base a las estimaciones de diciembre, la BCR proyectaba exportaciones por US$35.000 millones para el sector, US$10.000 millones más que en la campaña pasada.
Para los productores de las zonas más afectadas la pérdida es grande, considerando que Argentina viene de una campaña (2022/2023) afectada por una de las peores sequías de su historia.
A esto se suma los bajos precios con los que se comercializa la soja en el mercado de Chicago. “En el Mercado de Chicago, los futuros de los principales commodities agrícolas finalizaron con pérdidas”, dijo la BCR. Este miércoles cerró a US$426,51 la tonelada.
- Precio de la soja en Chicago: en marzo del 2020 la tonelada de soja en el mercado de Chicago cotizaba a US$327,21; en marzo del 2021 a US$511,67; en marzo del 2022 a US$626,68; en marzo del 2023 a US$552,73.
Impacto del calor
El informe publicado por la BCR, afirma que las estimaciones optimistas de enero fueron motivadas por “una mejora hídrica notable en los perfiles de los suelos en gran parte del área productiva Argentina”, entre diciembre y el 17 de enero.
No obstante, “a partir del 17 de enero se instaló una ola de calor muy larga y severa que dio vuelta el escenario”. Esa ola de calor “ocurrió en un momento muy sensible de la soja de primera que forzó el aborto de chauchas”.
