Buenos Aires — La inflación de enero en Argentina estuvo por debajo del consenso de mercado, pero aún así se mantuvo como la más alta del mundo. El shock inflacionario que se desató tras la devaluación del 54% convalidada en diciembre y el sinceramiento de precios golpeó con fuerza a los plazos fijos, que volvieron a sufrir la licuadora de esta alta nominalidad que transita la economía argentina.
Con una inflación de 20,6% en enero, la tasa real ex post de un plazo fijo fue de -70,6% anual o -9,6% mensual, reseñó un informe del bróker Portfolio Personal Inversiones (PPI).
Esta pérdida, sin embargo, implica una mejora respecto de un mínimo histórico de -81,9% anual o en diciembre. En tanto, adelanta PPI, si la inflación fuera 14% en febrero, la tasa real sería -41,8% anual o -4,3% mensual.
Cabe recordar que los plazos fijos tienen una tasa nominal anual (TNA) mínima, fijada por el Banco Central de la República Argentina (BCRA), del 110%, que redunda en una Tasa Efectiva Anual (TEA) de 186,65%.
Plazos fijos UVA, la opción ganadora
En este contexto de inflación los plazos fijos UVA fueron la opción ganadora, ya que le permitieron al ahorrista empatarle al Índice de Precios al Consumidor (IPC) y sumarle al rendimiento un margen del 1% anual. Sin embargo, el Banco Central modificó la normativa en diciembre ampliando el plazo mínimo de colocación en plazos fijos UVA de 90 a 180 días.
Actualmente, solo el 5,6% de los depósitos a plazo del sector privado están colocados en UVA. Esta baja participación responde, por un lado, a la mencionada normativa que obliga al depositante a quedarse 180 días. Por otro, al hecho de que los bancos no están obligados a aceptar plazos fijos mayoristas, por lo que tan solo pueden utilizar la herramienta los particulares.