Operadores apuestan por una devaluación del peso argentino ante acuerdo del FMI

La devaluación implícita en futuros es de más del 60% anual para los contratos más cortos. Eso representa una depreciación cinco veces más rápida que el ritmo actual del gobierno

El gobierno de Javier Milei está devaluando el peso argentino en un 1% mensual utilizando lo que se conoce como crawling peg.
Por Ignacio Olivera Doll
26 de marzo, 2025 | 11:01 AM

Bloomberg — En 2023, el peso argentino fue una de las monedas que más se depreció en el mundo. En 2024, eso cambió y fue una de las con mejor desempeño. Inversores ahora apuestan a otro cambio de rumbo.

El peso experimentó un fuerte descenso en los mercados de futuros la semana pasada después de que el ministro de Economía, Luis Caputo, dijera que aún no conocía el monto de un nuevo programa con el Fondo Monetario Internacional, que según Bloomberg News podría ser de alrededor de US$20.000 millones. En una reciente entrevista televisiva, Caputo tampoco se comprometió a mantener su política monetaria, dejando la puerta abierta a próximas modificaciones en el tipo de cambio, aunque insiste en que no habrá devaluación del peso con el próximo acuerdo con el FMI.

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El presidente Javier Milei prometió en un discurso ante el Congreso este mes que su administración levantará todos los controles de divisas y de capital para finales de este año. Caputo también se ha referido al asunto y ha señalado que se eliminarán gradualmente una vez que se cumplan ciertas condiciones, como la reconstrucción de las reservas de divisas del Banco Central.

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Desde el 13 de marzo, las expectativas para el tipo de cambio oficial a finales de abril han empeorado un 2,3%, hasta los 1.132 pesos por dólar, desde los 1.106 actuales. El efecto en el mercado paralelo fue peor, con una caída del peso de casi el 5%, hasta los 1.294 por dólar.

Una mayor presión sobre el tipo de cambio podría obstaculizar los planes de Milei de utilizar el llamado crawling peg que le permitió frenar la inflación en su primer año en el cargo. Su principal reto es evitar una devaluación políticamente costosa, especialmente antes de las elecciones de mitad de mandato en octubre.

El gobierno tiene un problema: no puede decir mucho sobre el acuerdo hasta que se anuncie”, dijo Diego Chameides, economista jefe del Banco Galicia en Buenos Aires, refiriéndose al inminente acuerdo con el FMI. “Si persiste la incertidumbre y los tipos de interés de los futuros siguen siendo más altos que los de los instrumentos en pesos, los incentivos para vender dólares y pasar a activos en pesos son menores y el peso podría seguir bajo presión”.

El gobierno de Javier Milei está devaluando el peso argentino en un 1% mensual utilizando lo que se conoce como crawling peg.

Los inversionistas respondieron migrando al dólar. Los activos en pesos, como los bonos vinculados a la inflación, se liquidaron, lo que provocó importantes pérdidas a los inversores locales. El Banco Central de Argentina se vio obligado a vender más de US$1.000 millones en reservas de divisas en solo seis días para apoyar el peso.

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Una subasta de deuda el jueves, cuando el gobierno se enfrenta a vencimientos de deuda en pesos, podría alimentar una mayor demanda de dólares. La cantidad sobre la mesa, 9,2 billones de pesos (US$8.600 millones), es una de las más grandes de los últimos dos años. “El gobierno podría tener que emitir instrumentos a corto plazo e incluso considerar una cancelación parcial de los vencimientos”, dijo Adrián Yarde Buller, economista jefe del bróker local Facimex Valores.

La devaluación implícita en los futuros del peso es de más del 60% anual para los contratos más cortos. Eso representa una depreciación cinco veces más rápida que el ritmo actual del gobierno.

Los inversores apuestan por una pequeña depreciación puntual entre marzo y abril, que marcaría una ruptura con el actual crawling peg del 1% mensual. A ese movimiento le seguiría un ritmo de depreciación más rápido después de las elecciones legislativas de octubre, según los datos de los contratos de futuros del mercado Rofex recopilados por Bloomberg.

Los operadores esperan que el tipo de cambio oficial baje de 1.070 a 1.132,5 por dólar, o casi un 6%, antes de finales de abril, tras lo cual la tasa de depreciación debería estabilizarse en un 2% mensual. Después de las elecciones de mitad de período, el mercado prevé que el ritmo se acelere hasta el 3% mensual.

Caputo también reconoció que aún no se han cumplido tres condiciones clave para levantar los controles de divisas del país, entre ellas contar con una cantidad sólida de reservas de divisas y que la inflación mensual (actualmente superior al 2%) vaya al mismo ritmo que la paridad móvil del 1%.

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Las turbulencias del peso se calmaron un poco cuando el Congreso aprobó un decreto gubernamental para seguir adelante con el acuerdo del FMI. Caputo también negó en las redes sociales que el gobierno hubiera intervenido en el mercado de futuros para aliviar la presión.

Milei ha utilizado el tipo de cambio como ancla contra la inflación desde el comienzo de su administración en un país donde los productores y consumidores están acostumbrados a fijar los precios en dólares. Devaluar el peso o dejarlo flotar podría poner en peligro sus esfuerzos por controlar la inflación.

Photographer: Tomas F. Cuesta/Bloomberg

Una flotación total sería extremadamente difícil, según Ricardo Arriazu, uno de los defensores más firmes de las políticas actuales del gobierno entre los economistas del sector privado. Este mes en una conferencia empresarial señaló que cuando Argentina deja de pensar en dólares, la flotación es posiblemente el mejor sistema, pero puntualizó que no para la Argentina de hoy.

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Una devaluación como la que el mercado espera actualmente dejaría a los que apuestan por el dólar con rendimientos dos veces más altos que cualquier activo denominado en pesos. Los analistas ven esta dinámica como peligrosa porque probablemente disuadiría a los tenedores de dólares de invertir en instrumentos en pesos.

Las violentas oscilaciones del peso durante la semana pasada infligieron pérdidas a quienes compraron contratos de pesos a tipos de cambio más débiles que el cierre del martes. Aquellos que compraron el contrato de pesos con vencimiento a finales de marzo, que representa un tercio del volumen total del mercado, perdieron un total de US$18 millones, según datos recopilados por Bloomberg.

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Muchos CFOs pagaron caro estas coberturas”, dijo en una entrevista Mateo Reschini, estratega senior de carteras onshore de Inviu. “La próxima vez que oigan hablar de devaluación, lo pensarán dos veces”.

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