Buenos Aires — “Necesitamos un dólar PyME, porque se empezó a dejar de exportar y se están perdiendo mercados en el mundo ante la falta de competitividad”. El presidente de Industriales PyMEs Argentinos (IPA), Daniel Rosato, reclamó equiparar a las fábricas exportadoras con los sectores del agro beneficiados con el nuevo tipo de cambio diferencial que anunció el ministro de Economía, Sergio Massa, la semana pasada.
Rosato pidió que el Gobierno implemente un nuevo “dólar PyME”, con el objetivo de revertir la caída de las exportaciones que registró el sector provocado por la falta de competitividad. “Sabemos de los esfuerzos que realiza el Ministerio de Economía para sortear los conflictos por la falta de reserva y la necesidad de achicar el déficit fiscal, pero queremos dejar en claro que la industria es una de las soluciones a esos problemas que atraviesa el país, porque cumple la doble función de crear puestos de trabajo de calidad y, al mismo tiempo, generar dólares”, afirmó.
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Industriales PyME piden un nuevo dólar para el sector
El pedido de los industriales PyME llega apenas una semana después de que el equipo económico del Gobierno anunciara la llegada de un nuevo tipo de cambio diferencial de $300 para el agro, que se extenderá hasta fines de mayo para el complejo sojero y hasta fines de agosto para las economías regionales.
A la hora de argumentar el porqué del pedido, Rosato señaló que “el efecto de la sequía golpeó con fuerza y de manera directa al campo, pero no podemos perder de vista que las consecuencias de la caída de la producción agropecuaria también encarecieron los costos industriales e impactaron en la competitividad de las exportaciones”. Y en ese sentido, añadió: “Hoy muchas PyMEs empezaron a abandonar mercados en el mundo, porque conviene destinar todo al mercado interno”.
El presidente de IPA destacó, además, que “el pago de las exportaciones al dólar oficial se volvió insostenible, debido a que muchas empresas tienen que importar para producir con costos muy altos, tanto por el financiamiento necesario para pagar las compras en el mundo, como también cuando surge la urgencia de tener que pagar apelando a dólares financieros”. En ese sentido, advirtió que “la ausencia de un incentivo tendrá una consecuencia muy negativa para el mediano y largo plazo del país”.
“Si bien es cierto que las exportaciones industriales no significan el mismo monto que aporta el campo a las reservas del Banco Central, las últimas noticias de una balanza comercial deficitaria, por la caída de las ventas de las Pymes, debe ser más que un llamado de atención para el Gobierno, debido a que habrá cada vez menos fábricas destinadas a vender sus productos en otras partes del mundo”, sostuvo Rosato.
Calculadora de Inflación Acumulada en Argentina
Por otra parte, el presidente de IPA también alertó: “La caída de las exportaciones de las Pymes tiene otro efecto en la actividad económica del país, además de la pérdida de mercado y la falta de ingreso de dólares, ya que las fábricas comenzaron a redirigir sus ventas al mercado interno. Pero, ante la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores, por efecto de la inflación, y el impacto de la sequía en el comercio, se achicarán los negocios y comenzará a verse una competencia interna, que desembocará en una caída del empleo, mayor informalidad y, hasta, cierre de fábricas”.
Para Rosato, “la aplicación del dólar PyME no sólo reconocerá a las industrias exportadoras, en su competitividad internacional, sino que potenciará el empleo registrado, debido a que una empresa que vende al exterior tiene que contratar más personal y las condiciones para poder venderle al mundo es mantener una actividad totalmente en blanco”.
“Las PyMEs, junto a los sindicatos, somos las primeras en participar del diálogo con el Gobierno nacional, los gobiernos provinciales y municipales, para desarrollar el modelo industrial, con sustitución de importaciones, lo que permite al país tener un futuro previsible en términos producción y empleo. Pero, al mismo tiempo, dependemos de medidas urgentes para sostener la actividad, porque nuestras fábricas dependen del día a día. A diferencia de las grandes empresas, la rentabilidad de las PyMEs no permite tener una espalda financiera que pueda soportar una crisis de largo plazo”, subrayó.