Buenos Aires — El martes 19 de septiembre por la noche obtuvo media sanción el proyecto de Ley que modifica el Impuesto a las Ganancias para la cuarta categoría a partir del período fiscal 2024. El proyecto ha sido duramente criticado por un sector de la oposición, además de numerosos economistas y tributaritas, debido a que suele ser considerado como uno de los impuestos más progresivos que tiene la Argentina. Con la modificación, no obstante, apenas algo menos de 90.000 personas físicas seguirán pagando el tributo de acuerdo a estimaciones oficiales.
En este contexto, la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) elaboró un estudio para determinar qué impacto fiscal puede tener la medida el año que viene y determinó que en 2024 hará caer la recaudación impositiva en $2,927 billones. Es decir, el equivalente al 0,83% del Producto Bruto Interno (PBI).
Dado que se trata de un impuesto coparticipable, las provincias se verán particularmente afectadas, ya que el recorte en Ganancias haría a caer, a precios de hoy, en $1,687 billones (-0,48% del PBI) lo que reciben los 24 distritos.
El Tesoro, por su parte, recaudaría $1,055 billones menos (0,3% del PBI) y el Poder Judicial $100.503 millones menos.
“Cabe aclarar que la estimación de impacto es de primer orden, ya que no se calcula el efecto de la modificación bajo análisis sobre la recaudación de otros tributos nacionales, ni se cuantifica la posible reducción de alícuotas efectivas del Impuesto a las Ganancias sobre otras rentas que la creación del Impuesto cedular de los artículos 6 y 7 podría implicar”, aclaró la OPC.
El proyecto que obtuvo media sanción elimina la cuarta categoría del gravamen y crea un impuesto cedular que establece que sólo pagarán el tributo los altos ingresos superiores a 15 salarios mínimos, vitales y móviles (SMVM), que en octubre representará cerca de $2 millones.
Temor por más inflación
“Aunque el proyecto no especifica como serán financiado el gap fiscal, la sostenibilidad fiscal exigiría reducir el gasto público o aumentar otros impuestos, o en su defecto, se deberá recurrir a una mayor emisión o deuda pública con los efectos inflacionarios conocidos”, advirtió un informe de la consultora Delphos Investment.
Más allá con el cuestionamiento fueron los analistas de Portfolio Personal Inversiones (PPI) que afirmaron: “Medidas populistas previo a las elecciones como la adoptada con respecto al Impuesto a las Ganancias generarán un descalabro fiscal, pues sin un ajuste del gasto significará mayor emisión y, por ende, mayor inflación, golpeando principalmente a los sectores más vulnerables”.
Y la cantidad de trabajadores que lo van a pagar ahora: pic.twitter.com/PB48Eau65E
— Juan M. Telechea (@jmtelechea) September 20, 2023
En tanto, desde el bróker GMA Capital subrayaron que “como si fuera poco el agujero fiscal que genera esta medida”, se está “desestimando a uno de los únicos tributos progresivos que existen en la estructura impositiva”.
“A su vez, es un impuesto que se coparticipa: por cada $100 que se recaudan de Ganancias cerca del $60 se destinan a las provincias y los $40 restantes a Nación”, señala el informe de GMA Capital. Y concluye: “Sin un ajuste en el gasto, a nivel provincial esta brecha se terminaría cerrando con impuestos distorsivos (como Ingresos Brutos) y a nivel Nación con mayor impuesto inflacionario (que resulta ser el más regresivo de todos)”.
Similar análisis había hecho la semana pasada el gobernador de Córdoba y candidato a presidente, Juan Schiaretti. “Massa se hace el Papá Noel con plata que no es del Estado nacional, sino de todas las provincias. Nosotros estamos de acuerdo con bajar la carga impositiva a trabajadores y al sector productivo. Es poco serio e irresponsable hacer anuncios electoralistas con la plata ajena: el 61% de lo recaudado del Impuesto a las Ganancias es de las provincias”, había señalado a través de redes sociales.