Bloomberg — A poco más de 100 días de Gobierno, Javier Milei está postergando sus ambiciosos planes de reforma y analizando las realidades políticas y económicas de Argentina.
Los subsidios a los consumidores que permiten pagar el equivalente a US$0,12 por un pasaje en metro, o “subte”, tardarán hasta tres años en eliminarse, los controles de divisas que han paralizado la economía solo se levantarán tras un saneamiento del balance del Banco Central, y la dolarización se ha visto frustrada por los políticos “deshonestos” de Argentina, dijo el líder libertario en una entrevista con el editor en jefe de Bloomberg News, John Micklethwait.
“Hay que separar los problemas de corto plazo de los problemas de largo plazo”, dijo Milei el jueves desde la Casa Rosada. “Entonces nosotros dijimos: ‘mire, la situación es complicada y requiere de remedios muy fuertes de corto plazo’. Vamos a tener sufrimiento, pero después vamos a salir”.
Aunque el cierre del Banco Central y la dolarización de la economía fueron los ejes de la campaña política de Milei, no ha podido fijar fechas para ello desde que asumió el cargo el 10 de diciembre.
Cuando se le pidió que entregara más detalles, reconoció que los planes van a tardar mucho más de lo que esperaba.
Sus 4.000 reformas para desregular el Estado argentino tendrán que esperar hasta después de las elecciones de mitad de período, previstas para finales del año que viene, si no puede imponerlas ahora. La supresión de las generosas subvenciones a la energía y el transporte también tendrá que esperar, para que los salarios puedan cubrir el aumento masivo de los costos que eso conllevará. En cuanto a la dolarización, los mercados tendrán la decisión final de su cronograma, dijo, después de que se saneen los balances del Banco Central y él reforme el sistema financiero.
Milei, que sorprendió a los inversores cuando se perfiló como favorito en las elecciones del año pasado, estima que estos retrasos no son más que pequeños contratiempos. Se considera el portador de la antorcha de un proceso de reconstrucción de Argentina que tomará varios años para convertirla en un bastión del capitalismo y del libre comercio. Y es necesario hacer algunas concesiones para mitigar el impacto a corto plazo que esta transformación probablemente cause a los votantes.
“Esta es la consecuencia de 20 años de populismo”, dijo Milei.
La transformación, según Milei, ya comenzó. Cuando se le preguntó si Argentina tendría un tipo de cambio de libre flotación este año, dijo que el tipo de cambio del mercado paralelo del peso ya desempeña ese papel, y celebró el hecho de que la brecha entre el tipo de cambio paralelo y el oficial haya disminuido. La deuda del Banco Central se ha reducido a la mitad y se ha evitado la hiperinflación, añadió.
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