Buenos Aires — El presidente argentino Javier Milei se refirió este martes por primera vez a la detención en Venezuela del gendarme argentino Nahuel Gallo. La calificó de “secuestro ilegal” y acusó a Nicolás Maduro, presidente venezolano, como un “dictador criminal”. Milei exigió la liberación inmediata y adelantó que agotarán todas las vías diplomáticas “para devolverlo sano y salvo a la Argentina”.
Las declaraciones de Milei fueron en el Colegio Militar, en el marco del egreso de oficiales de las tres fuerzas militares. La detención del gendarme argentino intensificó las delicadas relaciones diplomáticas entre ambos países.
El cabo primero de la Gendarmería Nacional, Nahuel Agustín Gallo, fue detenido el pasado 8 de diciembre al cruzar desde Colombia hacia Venezuela por el Puente Internacional Simón Bolívar, en el estado Táchira. El gendarme había viajado con el objetivo de reencontrarse con su esposa, Alejandra Gómez, y su hija de dos años, residentes en Venezuela desde hace varios meses.
Las autoridades venezolanas acusan a Gallo de presuntas actividades de espionaje, aunque hasta el momento no se han presentado pruebas formales que respalden esta acusación.
El gobierno argentino calificó la detención como “ilícita” y exigió la liberación inmediata del gendarme. “Es inaceptable que un ciudadano argentino sea retenido arbitrariamente en Venezuela bajo acusaciones infundadas”, declaró la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien advirtió sobre posibles consecuencias diplomáticas si el cabo primero no es liberado.
Situación de la embajada argentina
El incidente ocurre en un contexto de tensión diplomática creciente. Desde hace meses, el Gobierno argentino acusa un “hostigamiento” por parte de las autoridades venezolanas debido a la presencia de seis opositores políticos que se encuentran asilados en la sede diplomática. Esta situación derivó en la custodia brasileña de la embajada.
Según denunció la Cancillería argentina, fuerzas de seguridad venezolanas han rodeado la embajada en reiteradas ocasiones, dificultando el ingreso y egreso del personal y de visitantes. Además, se reportaron cortes recurrentes de servicios esenciales como agua y electricidad.
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“La actitud del gobierno venezolano representa una afrenta al derecho internacional y un hostigamiento inadmisible hacia nuestra sede diplomática”, indicó un comunicado oficial de la Cancillería.
Por su parte, el gobierno de Nicolás Maduro ha acusado a la embajada argentina de “interferencia en asuntos internos” y ha mantenido una postura crítica sobre el otorgamiento de refugio a opositores considerados “buscados por la justicia”.