¿Más o menos tasa? Argentina apunta a bajar la inflación sin afectar el consumo

En un contexto de alta inflación, analistas advierten por los efectos de las medidas de tasa orientadas a favorecer el consumo. Quién absorbe los costos y por qué podría presionar todavía más al dólar

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Buenos Aires — El Gobierno argentino pretende que sus intentos por contener a la inflación no impliquen un aterrizaje forzoso de la economía. Por ello, la confirmación del nuevo incremento de la tasa de política monetaria estuvo acompañado por dos decisiones orientadas a favorecer el consumo, aunque las mismas podrían profundizar los desequilibrios e incluso generar un efecto contrario al buscado.

Junto con el aumento de 600 puntos básicos de la tasa de política monetaria, el Banco Central anunció ayer también un recorte de la tasa para la financiación de saldos impagos de tarjetas de crédito para personas humanas. A partir de junio, dicha tasa baja de 88% a 86% de TNA. En paralelo, la Secretaría de Comercio confirmó que la nueva tasa para los consumos con Ahora 12 quedará fijada en 72,75%, unos 4,6 puntos porcentuales por debajo de la TNA que regía hasta el viernes pasado.

Quién absorbe los costos

Desde el sector explican que, en ambos casos, quienes absorberán estos costos serán los propios bancos. Por eso es que advierten, en off the record, que las medidas distorsionan y desincentivan estas operatorias. Pese a ello, desde una entidad recordaron que aun están esperando la reglamentación para saber cómo implementar los cambios.

Analistas del mercado y economistas privados también coincidieron en señalar las inconsistencias detrás de la decisión de subir las tasas pasivas y recortar las activas. Incluso, hubo quienes señalaron que no debería sorprender que estas dos decisiones generen efectos contrarios a los buscados. Es que un menor incentivo a ofrecer financiamiento por parte de las entidades podría desencadenar que se limite aún más el financiamiento al consumo, lo que a su vez podría presionar todavía más al dólar y a la brecha cambiaria.

Martín Vauthier, director de Anker Latinoamérica, recuerda que los bancos ya venían restringiendo los límites del Ahora 12 a un porcentaje más bajo que el tope que tiene cada usuario para cuotas con tarjeta. Los bancos, indicó, ponen un límite inferior precisamente porque se ven forzados a absorber esos costos.

La alternativa para evitarlo sería que las entidades recibieran alguna compensación como podría ser que les liberen encajes, aunque de momento no hubo confirmación oficial al respecto.

Una medida con objetivos contrapuestos

Consultado al respecto, Santiago Manoukian, economista jefe de Ecolatina, calificó a las medidas como “inconsistentes” y “contradictorias entre sí”. Es que según argumentó, “apuntan a abaratar el costo para que el consumo repunte, y eso choca contra la restricción externa ya que eso va a demandar eventualmente más dólares, que no tenés, para poder importar”.

Son medidas que chocan unas con otras, y son medidas que no están enmarcadas dentro de un plan de estabilización, que es lo que Argentina necesita”, añadió.

Similar diagnóstico brindó Juan Pablo Albornoz, economista de Invecq. A su juicio, a través de una misma herramienta (tasa) el Gobierno busca alcanzar objetivos contrapuestos.

“Por un lado, están tratando de enfriar la demanda de divisas o enfriar la dinámica de precios a través de la tasa. Pero al mismo tiempo quieren que la suba de tasas no pegue en la demanda de crédito o en la demanda de consumo”, señaló.

Todo ello, añadió Albornoz, “muestra que estamos en una situación que no es sostenible y que solamente se están postergando las soluciones de los problemas”.

Para Amilcar Collante, economista de Cesur, la decisión de recortar las tasas pasivas mientras suben las tasas pasivas no hace más que apretar la rentabilidad de los bancos y explicó: “Lo entiendo como un programa ‘platita’ para fogonear el consumo, pero inconsistente”.

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