Buenos Aires — El Banco Central de la República Argentina (BCRA) le envió al Ministerio de Economía $150.000 millones el 9 de mayo, en concepto de adelantos transitorios, y de esta forma rompió el límite de emisión monetaria para asistencia directa que le había impuesto el Fondo Monetario Internacional (FMI) al Gobierno.
¿Por qué? Las transferencias durante este primer semestre no podían superar los $372.800 millones y con el último envío superaron los $520.000 millones.
Más allá de la ruptura del acuerdo, el inconveniente principal es que el Gobierno sigue sumando pesos a la plaza, lo cual recalienta la inflación. Y hay que aclarar, los envíos directos no son la única fuente de financiamiento monetario al Tesoro.
Hasta el 28 de abril la consultora Quantum estimaba que el BCRA había comprado en títulos públicos unos $736.667 millones, lo cual implica una forma de financiamiento del déficit por vía monetaria, pero indirecto. Otras mediciones dan números más altos. Para la consultora 1816 el BCRA había gastado unos $740.000 millones solo en la compra del bono en pesos T2X3.
Además de la compra de bonos otra fuente expansión ha sido el cambio normativo que fue permitiendo que los bancos integren como encajes cada vez más títulos públicos, que antes iban a Leliq. “El incremento de títulos públicos en encajes bancarios también es monetariamente expansivo y juega directo porque los bancos tienen que ir a la licitación para tener beneficio de ventanilla de liquidez”, explicó en Twitter el director de la consultora Ledesma, Gabriel Caamaño.
.Otra fuente de expansión es el lanzamiento del dólar soja 3, ya que el Banco Central tiene que emitir pesos para comprar dólares más caros de lo que los vende. Al respecto, un informe de Aurum Valores, publicado el 11 de mayo, detalló: “El impacto monetario del Programa de Incremento Exportador 3 es de una emisión de $244.300 millones solo por este motivo en este mes de programa cambiario”.
Lo concreto es que nadie quiere financiar al Tesoro y los que lo hacen es porque están prácticamente obligados. En este contexto, el Banco Central debe salir al rescate, aún a riesgo de incumplir lo acordado con el FMI y de inundar el mercado de pesos que nadie quiere.
“Con datos del BCRA al 5 de mayo la oferta monetaria en el año 2023 fue de casi $3,4 billones de pesos, un 76% de la Base Monetaria con la que cerró el año 2022. La fuerte huida del peso se refleja en el hecho de que la demanda de Base Monetaria fue de poco más de $270.000 millones (6% respecto a fin de 2022 a pesar de una inflación que en el período superó el 30%) lo que obligó esterilizar casi todo lo emitido”, describió Aurum Valores.
