Buenos Aires — El ministro de Economía de Argentina, Luis Caputo, ratificó este viernes en la Bolsa de Comercio de Rosario que el Gobierno argentino no tiene el objetivo de solicitar un nuevo desembolso del Fondo Monetario Internacional (FMI), aunque enfatizó que recomponer el balance del Banco Central sigue siendo una prioridad.
A pesar de la relación “muy buena” con el FMI, la estrategia actual se enfoca en evitar la necesidad de más financiamiento por parte organismo multilateral.
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Durante su intervención, Caputo afirmó que Argentina está próxima a someterse a la novena y décima revisión del acuerdo con el FMI, correspondientes a junio y septiembre, y sugirió que ambas podrían realizarse de forma conjunta. Tras dichas revisiones, el país tendrá la opción de negociar un nuevo programa, el cual podría incluir la posibilidad de solicitar financiamiento adicional.
Sin embargo, el funcionario subrayó que las autoridades apuntan a fortalecer la solvencia y la capacidad de pago del país sin la ayuda del organismo internacional.
Recomponer el balance del Banco Central
“Tenemos la opción de ir a un nuevo programa o no. Un nuevo programa tiene la ventaja de que se puede pedir plata adicional. Ojalá no necesitemos hacerlo”, afirmó el ministro, al tiempo que subrayó la importancia de recomponer las reservas del Banco Central, que recibió con US$12.000 millones de reservas netas negativas y una deuda de US$60.000 millones con importadores.
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Caputo destacó que gran parte de esa deuda con los importadores ya ha sido normalizada, evitando así una crisis de desabastecimiento que amenazaba con desatar una hiperinflación. “La cadena de pagos entre los importadores y los proveedores del exterior estaba rota. Ese era un problema enorme que, sumado al sobrante monetario y el déficit fiscal, hacía que muchos pensaran que íbamos a una crisis terminal”, sostuvo.
Un escenario de menor necesidad de deuda
El ministro enfatizó que el panorama ha mejorado, con un Banco Central que ha logrado recomponer su balance en los últimos meses. “Argentina hoy no necesita deuda”, afirmó Caputo.
Sin embargo, señaló que si eventualmente se decidiera pedirle más fondos al FMI, sería con el objetivo de acelerar la recomposición de las reservas. “El único objetivo sería seguir recomponiendo o acelerar la recomposición del balance del Banco Central”, aclaró.
Contexto y desafíos
Las declaraciones de Caputo llegan en un momento en el que las reservas netas del Banco Central continúan en terreno negativo, proyectándose en -US$6.800 millones para fines de octubre, según estimaciones de EcoGo. Mientras tanto, el Gobierno de Javier Milei buscará renegociar con el FMI los vencimientos de deuda a partir de 2026, sin solicitar desembolsos adicionales en el corto plazo, tal como fue anticipado en el proyecto de Presupuesto 2025.
El refinanciamiento de los compromisos con el FMI, que ascienden a unos US$45.000 millones, aparece como una prioridad para evitar un default a mediano plazo. Si bien los pagos más importantes comienzan en 2026, analistas como Salvador Vitelli, jefe de research de Romano Group, sugieren que renegociar estos pasivos podría aliviar la presión sobre el perfil de deuda del país.
Sería favorable “reestructurar los vencimientos actuales y lograr una estructura de pagos más benigna”, explicó Vitelli. Aunque Argentina no enfrenta una urgencia inmediata para acceder a nuevos desembolsos del FMI, la reestructuración permitiría mejorar su acceso a los mercados y reducir el riesgo país, según Vitelli.