Buenos Aires — A lo largo de 2024, Argentina ha logrado estabilizar algunas variables: la inflación viene cayendo en forma sostenida, las cuentas fiscales cierran en equilibrio e, incluso, existen indicios de que la pobreza puede haber caído en relación a 2023. Sin embargo, el 2025 se presenta como un año desafiante, con un contexto internacional que no parece dar tregua en materia económica.
En ese sentido, Bloomberg Línea dialogó con expertos de mercado para saber cuáles son los principales desafíos que puede llegar a presentarle el mundo a la Argentina el año que viene.
Cuando faltan dos días para que termine 2024, un informe de la consultora Outlier puntualizó en los siguientes aspectos:
- El dólar cierra en torno a máximos históricos en lo que se refiere al índice dólar real (descontados los diferenciales de tasa).
- Los precios de los commodities agrícolas en torno a mínimos reales para las últimas décadas.
- La tasa de interés libre de riesgo (es decir, la del Tesoro de Estados Unidos) se sostiene en niveles cuyos comparables hay que ir a buscarlos al período pre-Lehman Brothers (está por encima de 4,5% la del bono a 10 años).
“Un contexto externo, como mínimo, exigente, de cara a 2025″, resume el documento de Outlier.
Además, agrega: “Si se observa una serie histórica larga, hasta podría decirse que los precios de los commodities están mejor de lo que podría esperarse viendo los niveles del índice dólar. Una posible explicación son los distintos conflictos bélicos en Europa y Medio Oriente que durante los últimos años dieron mejor soporte a dichas cotizaciones”.
A los mencionados problemas habría que sumar otros signos de interrogación que han ido mencionando especialistas consultados por Bloomberg Línea, entre los que se destacan:
- El accionar de la Reserva Federal (Fed) de los Estados Unidos, ¿habrá un banco central más hawkish?
- La evolución de la economía de Brasil, ¿se frena la crisis financiera?
- La economía de China: ¿se desacelera el crecimiento?
- ¿Avanzará Donald Trump con los aranceles a la importación?
Otro aspecto a seguir, ya que pueden perjudicar las chances de refinanciamiento de Argentina es:
- La presión alza que vienen sufriendo las tasas de los bonos emergentes.
La mirada de los expertos
Ante la consulta de cuáles son los principales desafíos que afrontará Argentina en 2025, en relación al escenario internacional, Alejo Costa, head of economic research & strategy de Max Capital, sostuvo: “En orden de relevancia diría que los desafíos son:
- El potencial impacto de mayores tarifas de importación en Estados Unidos sobre monedas emergentes y commodities, particularmente la soja.
- El nivel de tipo de cambio en Brasil.
- El nivel de tasas de Estados Unidos.
- El nivel de actividad en China, por su efecto sobre precios de energía y productos primarios”.
Tras dicha enumeración, Costa reflexionó: “Los dos primeros factores, que empezaron a preocupar ya a fines de 2024, son los mas relevantes por el impacto en las cuentas externas, a través de los precios de los commodities, y por su impacto en el nivel de competitividad”.
En tanto, Martín Polo, jefe de estrategia en Cohen Aliados Financieros, expuso: “El contexto internacional podría ser más desafiante que en 2024. Si bien es cierto que la Fed bajaría la tasa de referencia, el debate está en cuántas veces, ya que hoy el consenso es 2 y hace seis meses era de 4″.
Por otro lado, Polo puntualizó que “las tasas de los bonos CCC, que son los que mejor siguen los bonos locales, están con presión al alza luego de haber alcanzado spreads mínimos”. Y consideró al respecto: “Que esto repunte, es una mala noticia”.
En cuanto al mercado internacional de divisas, Martín Polo detalló: “La sostenibilidad de la fortaleza del dólar nos golpea con pérdida de competitividad y precio de commodities más bajos”.
Brasil, Estados Unidos y los commodities
Pedro Morini, strategy team leader en Portfolio Personal Inversiones (PPI) se explayó acerca de sus tres principales ejes de preocupación:
- “La evolución de la economía de Brasil será determinante. Brasil es nuestro principal socio comercial y el real tiene un peso del 30% en el índice de tipo de cambio real multilateral argentino. Por ende, una depreciación del real en Brasil abarata los productos de Brasil comparados con los argentinos en términos relativos. Si bien el Banco Central de Brasil ha estado intentando controlar la presión sobre el real mediante la venta de dólares, la cotización del dólar en Brasil se ubica en R$6,18, acumulando un avance del 27% en lo que va del año. A su vez, si la depreciación del real termina impactando de manera recesiva en la actividad, el efecto de la depreciación sería aún más nocivo para Argentina porque la demanda de productos importados argentinos caería aún más. A modo de ejemplo, en noviembre el 37% de las MOI (manufacturas de origen industrial) que Argentina exportó tuvieron como destino al país vecino” indicó Morini.
- Fed, política comercial y aumento de la tasa libre de riesgo: “La velocidad y determinación con la que la Fed lleve a cabo la baja de la tasa de política monetaria será también determinante para el mundo emergente y de frontera. Desde que (Donald) Trump comenzó a posicionarse como ganador, la perspectiva sobre el déficit fiscal estadounidense se deterioró, sumado al recrudecimiento de las tensiones comerciales con China, lo que podría reactivar el sendero de inflación al alza. Todo esto llevó a que las tasas de largo plazo aumenten; hoy la tasa del Tesoro a 10 años supera el 4,5%, y tanto la Fed como el mercado indican que en 2025 el recorte de tasas será más lento de lo previsto. El riesgo para Argentina es evidente: mayor es la tasa libre de riesgo, mayor es el costo de financiamiento. A pesar de que Trump se posiciona como un aliado del actual gobierno, el ruido de sus políticas podría impactar negativamente en nuestro país”, añadió el ejecutivo de PPI.
- Precio de los commodities del agro y energía: “El país no está solo pendiente de la evolución del precio de la soja, que se encuentra en mínimos desde 2020, sino también del precio del crudo y sus derivados. Este año, el superávit energético se encamina a superar los US$5.000 millones, impulsado por los profundos avances en el desarrollo de Vaca Muerta, mientras que para 2025 se espera que la balanza energética sea superavitaria en US$10.000 millones. Si consideramos que Argentina, desde 2011, acarreaba un déficit comercial estructural de energía, la consolidación del sector energético como un oferente neto de divisas es crucial. Por ende, el precio del crudo, que hoy oscila cerca de los US$70, también lo será”, sentenció Pedro Morini.