Los inversores argentinos volvieron a prepararse para una liquidación después de que el ministro de Economía, Sergio Massa, obtuviera mejores resultados de lo previsto en la votación presidencial del domingo, desvaneciendo las esperanzas de una victoria absoluta de un candidato más favorable al mercado.
Los bonos en dólares del país, que ya cotizan por debajo de los 30 centavos de dólar, parece que seguirán cayendo antes de la apertura del mercado asiático. Es probable que el peso se debilite en los mercados de divisas paralelos, utilizados para eludir los controles, ante la expectativa de que los argentinos se apresuren a comprar dólares mientras el Gobierno continúa con unas políticas de gasto que se considera que avivan una inflación que ya supera el 130%.
Massa sorprendió a los expertos el domingo por la noche al obtener el 37% de los votos, forzando una segunda vuelta el mes que viene con el segundo candidato, Javier Milei, el incendiario libertario que obtuvo el 30% de los apoyos con el 97% de los votos escrutados. La mayor incógnita para los inversores es a quién se dirigirán los partidarios de Patricia Bullrich, candidata en tercer lugar, en la segunda vuelta del 19 de noviembre.
Según Alejo Costa, estratega jefe de BTG Pactual en Buenos Aires, los precios de los bonos caerán entre 3 y 4 centavos por las apuestas de que el Gobierno se sentirá autorizado a mantener sus políticas económicas durante más tiempo, alimentando una mayor inflación y ejerciendo más presión a la baja sobre el peso. “El Gobierno se lanzará con todo antes de la segunda vuelta, ampliando las políticas recientes”, dijo Costa. Una posibilidad es intentar ganarse a los votantes con una nueva ronda de gastos que el Gobierno no puede permitirse, añadió.
En los últimos meses, Massa ha concedido cheques de asistencia social a los trabajadores, primas a los jubilados y recortes fiscales al 99% de la población, este último de los cuales se espera que cueste al gobierno alrededor del 0,8% del PIB, o unos 3.500 millones de dólares al tipo de cambio oficial. Todo ello añade presión a una situación económica ya de por sí desesperada, con el país abocado a su sexta recesión en una década en medio de una inflación brutal y una moneda que ha perdido más del 90% de su valor en los últimos cuatro años.
Los inversores esperaban que Milei o Bullrich se mostraran más firmes, ya que creían que cualquiera de los dos emprendería una reforma económica más agresiva como presidente.
Lo que dice Bloomberg Economics
“La ventaja de Massa en la primera vuelta le da incentivos para posponer el reajuste de la tasa oficial del peso. Una nueva subida de los tipos de interés es una posibilidad: con pocos dólares en las arcas de reserva, el Gobierno podría querer elevar los costes de financiación para reducir la demanda de billetes verdes y aliviar la presión sobre los mercados paralelos.”
Adriana Dupita, Economista para Argentina y Brasil
Milei ganó adeptos con una propuesta radical de eliminar por completo el peso y utilizar el dólar estadounidense como moneda oficial del país. La medida se considera de alto riesgo, ya que algunos economistas advierten de que podría alimentar aún más la inflación. Su fuerte victoria en las primarias de agosto cogió a los mercados por sorpresa, y los inversores se apresuraron a vender los bonos ante las dudas sobre su capacidad para gobernar.
“Milei probablemente debería ser visto como un muy ligero favorito a pesar de no haber logrado ganar tracción desde las primarias”, dijo Patrick Esteruelas, el jefe de investigación de Emso Asset Management. “Debería seguir siendo el candidato mejor posicionado para capitalizar el enorme descontento con el establishment político y el contexto económico actual”.
El peso argentino se fortaleció inicialmente en los mercados de criptomonedas el domingo por la noche, ganando hasta un 20% frente a una moneda estable ligada al dólar después de que se publicaran los resultados preliminares que mostraban a Massa por delante antes de la paridad. Los inversores pueden haber estado apostando a que el gobierno retrasaría una devaluación del tipo de cambio oficial.