Bloomberg — Las lluvias que se pronosticaba que caerían en las zonas agrícolas argentinas durante el fin de semana prácticamente no se materializaron, prolongando la sequía que afecta a la región.
Las expectativas de precipitaciones había ayudado a frenar el repunte de los futuros de la soja. Si bien cayeron algunas lluvias en la zona clave de cultivo —una región de alrededor de 10 millones de hectáreas conocida como zona núcleo—, fueron inusualmente irregulares, según la Bolsa de Comercio de Rosario.
Según Cristian Russo, analista jefe de estimaciones de la bolsa, la lluvias fueron muy aisladas y muy erráticas. Hubo casos de lluvias importantes en una zona y a pocos kilómetros de distancia, mucho menos, destaca.
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En Intendente Alvear, en el extremo occidental de la zona núcleo, los reportes de precipitaciones fueron escasos.
Para Julio Reumann, un agricultor que plantó 1.300 hectáreas, el panorama es complejo. Explica que varía de una finca a otra, pero claramente la sequía está afectando y ya hay áreas donde el potencial de rendimiento está limitado.
Aun así, cualquier lluvia es un buen augurio para las próximas semanas, que serán cruciales para las cosechas soja y maíz, agregó Russo, de la bolsa. “Es una buena señal, una señal débil, pero una señal al fin y al cabo, y esperamos que las lluvias se fortalezcan”, dijo.
El meteorólogo argentino German Heinzenknecht comentó que los sistemas meteorológicos indican que los agricultores podrían comenzar a recibir lluvias generalizadas en la última semana de enero y la primera semana de febrero. Por otra parte, Agrositio sostuvo que es necesario tener paciencia, ya que la situación cambiará.
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