Kulfas: “Los acuerdos con el FMI nunca resolvieron un problema”

En una entrevista con Bloomberg Línea, el ex ministro de Producción del FdT analizó la situación económica del país, marcó aciertos y errores, y se refirió a las chances del oficialismo en las PASO

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Buenos Aires — Argentina entró en la recta final rumbo a las elecciones atravesando una situación económica difícil de entender. Con exportaciones y endeudamiento récord con el FMI en los últimos años, su Banco Central tiene reservas netas negativas récord, y con una de las tasas de interés más altas del mundo tiene una inflación que desde hace meses viaja por encima del 100%.

Pero aun con todas sus complejidades, la economía será uno de los ejes centrales del debate de cata a las elecciones 2023. Ante ese panorama, Bloomberg Línea lanzó un ciclo de entrevistas llamado “Economía en Línea”, en el que se analizarán las múltiples distorsiones que se han acumulado para sostener este delicado presente y se buscará anticipar qué herencia económica que recibirá quien asuma la presidencia el próximo 10 de diciembre.

En esta oportunidad, el ex ministro de Desarrollo Productivo y referente económico del gobierno de Alberto Fernández, Matías Kulfas, se refirió a la situación económica de la Argentina. Por espacio de casi 40 minutos, marcó cuáles son, a su juicio, los problemas más urgentes que aún enfrenta el país, repasó aciertos y errores del oficialismo, indicó por qué el Frente de Todos fue “una coalición de gobierno que no funcionó como tal”, y analizó el tablero electoral de cara a las PASO.

La siguiente entrevista fue editada por motivos de extensión y claridad.

¿Qué herencia económica deja este Gobierno? ¿En qué se mejoró y en qué se empeoró?

Entre los puntos fuertes me parece que este gobierno, con todas las dificultades que atravesó, resolvió el problema, o al menos reestructuró el problema de la deuda. Cuando empezó este Gobierno, el tema de deuda era gravísimo, el acuerdo con el FMI era imposible de pagar y la deuda con privados necesitaba una reestructuración. Creo que las dos cosas se hicieron bastante bien. También creo que esta es una economía, en términos de economía real, mucho más sana. Aún con todas las dificultades, el mundo productivo está bastante bien, están sanas las empresas, tienen negocios, oportunidades. El empleo se ha recuperado muchísimo, la tasa de desempleo está entre las más bajas en por lo menos seis o siete años. Esa es la parte positiva.

¿Y la negativa?

La parte negativa es que a nivel macro la situación está igual de complicada que al principio, con algunas cosas que se agravaron. La inflación se duplicó respecto al comienzo del gobierno. El tema fiscal está parecido con algunos agravantes, como es la dificultad para conseguir financiamiento genuino. Eso, a su vez, genera un problema monetario que se ha agravado: está bien que se utilice esa fuente de financiamiento en situaciones puntuales, como el caso de la pandemia, pero ya cuando es un financiamiento permanente genera un montón de problemas recurrentes. Y al mismo tiempo un problema del sector externo muy complicado por el tema del cepo.

¿En qué sentido?

El cepo cambiario es una herramienta que este gobierno hereda, pero la experiencia indica que cuando el cepo es tan riguroso, cuando ya son regulaciones extremas, uno las puede entender para períodos muy cortos, para una crisis. Ya cuatro años de cepo, los resultados son negativos. Hay que trazar urgente un camino de salida, que no tiene que ser un desarme inmediato, pero sí por lo menos un camino por etapas de salida a un esquema de regulación mucho más razonable.

¿Cuáles serían las consecuencias de una salida de tipo shock?

El problema que tenemos hoy es que estamos en una economía de alta inflación. Es uno de los grandes cambios de este último año. Después de la guerra de Ucrania, Argentina deja de tener un régimen de inflación moderado. Pasamos arriba del 100% y con el riesgo de espiralización. En este escenario, un desarme descontrolado del cepo te puede llevar a un salto devaluatorio muy grande, que a su vez le dé un fogonazo muy fuerte a la inflación. Ahí es donde creo que está el riesgo mayor. Ahora bien, si vos me preguntas si es necesario desarmar el cepo para los sectores exportadores que están próximos a desplegar un conjunto de inversiones que a su vez van a multiplicar las exportaciones, digo sin duda.

¿Cómo debería desarmarse entonces?

Creo que eso se resuelve con una regla cambiaria clara. Por ejemplo, todos los exportadores de petróleo, gas, hidrógeno, minería, tienen un porcentaje de sus exportaciones, 30% a 50%, se calibra por sector, de libre disponibilidad. Para pagar deudas, utilidades, dividendos, lo que necesiten justamente para poder invertir y desplegarse. Eso creo que es urgente, debería ser en lo inmediato. Ahora, de eso que me parece que es urgente y primordial, a decir que cualquier persona pueda comprar lo que quiera de dólares para atesoramiento, me parece que hay por lo menos una brecha importante que hay que entender. Me parece que lo primero es urgente, esto último me parece que puede esperar, eso puede ser por etapas. Lo fundamental, me parece, es desarmar el cepo para inversiones, sobre todo para las inversiones vinculadas a la exportación, y en todo caso, trabajar fuertemente en reducir la brecha.

¿Puede haber cepo sin brecha?

El gran problema del cepo es la brecha. Una brecha del 100% distorsiona toda la economía y hace que los empresarios, en lugar de estar pensando en su negocio, en cómo invertir más, están viendo cómo consiguen dólar y cómo arbitran. Entonces lo fundamental es reducir esa brecha cambiaria del 100% a lo más cercano al 10%. Por eso digo que lo ideal sería trabajar de manera secuencial (para salir del cepo), de manera tal que no sea tan dramático el impacto en términos inflacionarios, que lo va a tener, pero que no sea tan dramático.

Estimaciones recientes del Banco Central marcaban que Argentina podía duplicar en unos años el nivel de exportaciones. ¿Crees que están dadas esas condiciones?

Sí, creo que por las condiciones productivas de Argentina y por la demanda internacional, Argentina está en condiciones de duplicarlas durante esta década, terminar en el año 2030 con un nivel que sea aproximadamente el doble de exportaciones de las que había en 2021. Creo que es perfectamente factible. Lo que pasa es que requiere obviamente mucho esfuerzo público y privado.

¿De qué manera?

El sector público ordenando las condiciones macroeconómicas y en generar los regímenes sectoriales para motivar la inversión. El sector privado, generando las inversiones y desplegarlas en escala.

¿Dónde están las mayores oportunidades?

Energía sin duda, en Vaca Muerta, petróleo y gas, hay una oportunidad gigantesca. De las energías no convencionales, hidrógeno verde hoy tiene cuatro proyectos de gran escala que están empezando toda la etapa de perfectibilidad, de mediciones, y esto se va a desplegar en toda esta década. Y después, minería, litio, cobre, sectores industriales como automotriz, forestal, económicas del conocimiento… Hay un montón de actividades económicas que están en condiciones de un despegue productivo. Por eso digo, hay una oportunidad importantísima porque creo que, a diferencia de lo que ocurrió en los 80, donde el Plan Austral -que fue una exitosa herramienta de estabilización-, después chocó contra la falta de dólares y terminamos una hiperinflación, en esta ocasión creo que está la oportunidad histórica de hacer un plan de estabilización que esté coordinado con un plan productivo de salto exportador. Eso permitiría generar las condiciones macro y productivas para una estabilización exitosa.

¿Por qué hoy faltan dólares en las arcas del BCRA teniendo en cuenta que las exportaciones, antes de este 2023 marcado por la sequía, habían mostrado niveles récord?

Creo que hay varios factores: es verdad que la balanza comercial fue positiva en niveles importantes, lo que también desmitifica la idea de que hubo un festival de importaciones, que fueron acompañando el crecimiento de la economía tras la salida de la pandemia. Lo que se observa, creo yo, es la combinación entre el cepo cambiario y el atraso que tuvo el tipo de cambio, que fue por debajo de la inflación. Eso motivó en general en las empresas privadas a una cancelación neta de pasivos con el exterior. Muchas empresas, en lugar de reestructurar o de refinanciar sus pasivos, fueron cancelando deuda.

Entre 2020 y 2022, aproximadamente dos terceras partes del superávit comercial se destinó al pago de deuda de empresas del sector privado, mucho sector energético, también ahí hubo alguna deficiencia de la política energética que por ahí, en lugar de haber generado un gran ingreso de capitales para la inversión terminó con una salida neta en términos de pagos netos al exterior. Esto es el principal elemento. Y sobre esto, lo que significa que entre la balanza comercial con una débil acumulación de reservas se monte encima la sequía de este año, que significó 20.000 millones de dólares menos para el Banco Central, obviamente surge la necesidad de un racionamiento de divisas y la necesidad de obtener un financiamiento adicional como fue el caso del Banco de China.

¿Qué lectura hacés del acuerdo con el FMI?

Es un acuerdo que para la Argentina significa poder acceder al financiamiento para pagar los vencimientos. Este gobierno prácticamente no recibió ningún recurso nuevo del fondo, lo que hizo fue ir reprogramando, refinanciando los vencimientos de la deuda que contrajo el gobierno anterior. En términos específicos es eso, es una reprogramación de los pagos, es un relajamiento de las metas fiscales por razones obvias, porque el gobierno va a tener un déficit fiscal más alto del proyectado por una caída del ingreso por menos exportaciones.

¿Crees que el próximo gobierno va a tener que volver a renegociar este acuerdo con el FMI? Hay quienes marcan que este nuevo acuerdo tampoco resuelve el problema sino que solo lo patea hacia adelante.

Los acuerdos con el Fondo nunca resolvieron un problema. Lo que resuelve el problema de Argentina es recuperar el crecimiento, recuperar el empleo, la actividad económica en general y de esa manera obtener los recursos para pagar.

Yo creo que si el próximo gobierno logra estabilizar los primeros dos años de gestión, con este acuerdo, me parece que van a estar dadas las condiciones para que cuando empiece a haber vencimientos fuertes el país ya pueda acceder al crédito internacional e ir de reestableciendo un escenario de normalidad, que significa no volver a endeudarse sino ir refinanciando los vencimientos con el mercado de deuda voluntario. También dependerá mucho de cómo esté el escenario internacional en ese momento, pero creo que las condiciones y el acuerdo que logró este gobierno el año pasado fue bueno, fue un acuerdo que permitió obtener alivio financiero sin necesidad de generar ningún revuelo importante en la economía.

¿Por qué crees que la inflación se aceleró a niveles de tres dígitos? Hace poco, en un panel con dos economistas de la oposición, sostuviste que se trata de un fenómeno multicausal.

Creo que lo que ocurrió en Argentina es fundamentalmente una acumulación de factores. Por un lado, una pandemia que con todo el desajuste global nos implicó absorber la inflación internacional y como frutilla del postre, la guerra de Ucrania. Uno me dirá ´esto pasó en todo el mundo y los países ya absorbieron el shock de la guerra de Ucrania y volvieron a niveles de inflación previos´ y eso es cierto. El problema es que Argentina no venía de un régimen de baja inflación, venía de un régimen de inflación entre moderada y alta y esto lo que hizo fue acelerar la inflación y generar un cambio de régimen. Tener inflación de 2-3 puntos por mes o tener 7-8 como tiene Argentina ahora es un cambio cualitativo.

¿Y cómo se resuelve?

Esta es una inflación donde hay un componente inercial muy fuerte, ya todos los precios, salarios, empiezan a indexarse con una frecuencia mucho más habitual y esto implica la necesidad de generar un shock de estabilización. Me parece que esto no es una cuestión de medidas puntuales: hay que tocar el tipo de cambio, sin duda, buscando que sea sostenible, ahora eso solo no resuelve nada, eso es un fogonazo a la inflación. También hay que hacer política monetaria más restrictiva, sin duda. Por eso digo, el combo política fiscal y monetaria hay que trabajarlo buscando ir lo más rápido posible a un equilibrio fiscal. Creo que no estamos muy lejos.

¿Hay espacio para hacer esos recortes?

Fíjate que hace un tiempo había como una especie de tabú respecto al tema de los subsidios en energía. El otro día la secretara de Energía, que creo que está haciendo un muy buen trabajo, contó que finalmente un tercio de los hogares no se han anotado a los subsidios. O sea que en realidad no es que la segmentación era un tema menor, era un tema crucial. Ya tenés un tercio de los hogares que están pagando la tarifa plena, imagínate que hay otro tercio de los hogares que pueden pagar la mitad de la tarifa. Bueno ahí ya se reduce el problema de los subsidios de energía que para mí son los peores subsidios que tiene Argentina porque benefician a los sectores más acomodados del país. Ya resolviendo ese problema, creo que tenés más de la mitad del problema fiscal resuelto. Después es cuestión de ajustar un poco más por el lado de la recaudación. A veces uno ve niveles de evasión que ya hablan casi de rebelión fiscal.

Hay mucha economía en negro…

La realidad es que hay sectores que trabajan en negro porque no quieren pagar impuestos pudiendo hacerlo. Ese es un tema que hay que revisar como parte de un programa de estabilización.

Con el diario del lunes, ¿qué crees que podría haber hecho mejor este gobierno en materia de falta de dólares y la aceleración de la inflación?

Primero la política energética. Si bien hubo logros importantes -yo reivindico el Plan Gas que implementamos en 2020 que le dio un impulso importantísimo a la producción de gas o el gasoducto, que más allá de las demoras está terminado-, creo que podría haber habido mucho más despliegue de inversión internacional en el sector energético. Creo que ahí hubo un fuerte derroche de recursos fiscales y también un derroche de dólares. También creo que después del 2021 era necesario implementar una salida del cepo y un plan de estabilización. Creo que después de Ucrania era imprescindible la estabilización.

¿Por qué no se pudo avanzar?

Claramente, por los problema internos que tuvo el Frente de Todos. Simplemente hay visiones contrapuestas, que justamente plantean la necesidad de hacer una renovación de ideas en el peronismo. Lo que Sergio Massa encarna es esto. Hace pocos meses se publicó un libro que escribí, titulado ´Un Peronismo para el siglo XXI´, donde justamente planteo esto, la necesidad de entender cómo funciona el sistema productivo del siglo XXI sin perder los valores históricos del peronismo. Entonces, me parece que ahí estuvo el principal tema a resolver, una coalición de gobierno que no funcionó como tal, que no logró la cohesión interna necesaria para implementar estas medidas.

Esa misma coalición de gobierno, que mostró grietas, está presentando ahora un nuevo candidato. ¿Qué expectativa tenés de cara a las elecciones?

Hoy veo un escenario difícil de determinar porque la verdad que las encuestas no están funcionando del todo bien. Hay niveles de abstención alto, los resultados provinciales son contrapuestos, lugares donde claramente ganó el peronismo y otros donde perdió. Creo que hay que esperar, pero me parece que lo que está claro por parte del peronismo es que se ha buscado una opción con esta idea de modernización. Creo que en todo este tiempo Cristina, que claramente es la figura más importante que tiene un peronismo, decidió no ser candidata y no imponer una figura que comulgue con sus ideas. Creo que algo está leyendo, lo dijo con mucha claridad en el acto del 25 de mayo, cuando se festejaron los 20 años de la asunción de Néstor. Dijo ´tenemos que hacer un plan económico´, lo cual está reconociendo que no lo tiene. Entonces me parece que lo que viene es un peronismo distinto, que se moderniza, y que sin perder sus valores históricos, se va a aggiornar a lo que se viene. Sea Massa el próximo presidente o sea que le toque estar en la oposición.