Buenos Aires — Tres economistas de amplia trayectoria destacaron los progresos económicos de la Argentina desde la llegada al Gobierno de Javier Milei. Ricardo Arriazu, Gustavo Cañonero y Rafael Di Tella participaron este lunes de las Jornadas Monetarias del Banco Central (BCRA) y dejaron allí sus impresiones respecto del camino recorrido por el equipo económico durante sus primeros 10 meses de gestión. Coincidieron en la necesidad de eliminar el cepo aunque justificaron que esa salida se realice de manera gradual para evitar sobresaltos.
El panel estuvo moderado por el vicepresidente del BCRA, Vladimir Werning, quien recalcó que a diferencia de lo que marcan algunos analistas en el equipo económico no están “enamorados del cepo” cambiario, y por el director de la entidad Federico Furiase, quien destacó que “cuando se hacen los deberes fiscales y monetarios” es posible que se dé una apreciación real endógena y sostenida del tiempo.
En primer término, Arriazu inició su exposición calificando a la inflación como “la enfermedad que contribuyó a la decadencia argentina” y subrayó: “La inflación es una estafa. La primera vez que me estafan me sorprendo, la segunda me enojo, y la tercera me protejo, comprando activos. Pero el Gobierno dice así no vale”. Por ello, añadió, es que los gobiernos imponen el cepo.
Para el economista y fundador de Arriazu Macroanalistas, “a la inflación hay que destruirla” dado que “no se puede convivir con la inflación porque si no, la inflación te destruye”. Aun así, recordó que bajar la inflación “es solo la primera etapa” ya que “a Argentina le faltan las reformas estructurales”.
Aun así, Arriazu destacó las medidas implementadas por el equipo económico. En especial, la decisión de no liberar el cepo cambiario al asumir ya que, de haberlo hecho, “hubiéramos tenido automáticamente una hiperinflación”. Y si bien recalcó que, a su juicio, “el cepo es una porquería”, pidió que “vayan de a poco”, eliminando restricciones todos los días. Y al respecto, anticipó: “En algún momento del año que viene van a poder decir compren lo que quieran”.
“Soy enemigo de los controles de cambios pero mucho más del colapso social”, expresó. Es que según señaló, “no se puede pensar un programa económico en el laboratorio, sin mirar implicancias políticas y sociales”.
En lo que respecta al tipo de cambio, Arriazu relativizó las advertencias respecto de un posible atraso cambiario argumentando que en Argentina existe “una calesita de precios relativos” en la cual se señala de manera simultánea que el dólar, los salarios y las tarifas están atrasados “¿Cuál es el precio que está adelantado?”, se preguntó.
Respecto del nivel de actividad económica, dijo que “este año esperábamos una combinación de 2002 (por la recesión) y de 2010 (fin de sequía del año anterior)”, y expresó que en el tercer trimestre se verá crecimiento contra el trimestre anterior, pero que por el ‘plan platita’, que impulsó el consumo, la comparación interanual seguirá siendo negativa.
Cañonero pidió eliminar el blend
A su turno, el exvicepresidente del BCRA Gustavo Cañonero dijo que era algo menos optimista y que tenía “más dudas” que su colega en lo que respecta al desarrollo del programa económico. Aun así, el actual presidente de CMF Asset Management recordó que nunca en la historia económica argentina se vio un escenario como el que se presentaba el año pasado.
Es que según recordó, el Gobierno debía que ajustar cinco puntos del PBI, pero también ajustar precios relativos, los cuales eran “ampliamente distorsivos y costosos fiscalmente”, lo que implicaba que “tenía que bajar la inflación subiendo precios, lo que refleja la fragilidad de la situación”. Otro elemento que tenían que corregir, añadió, era eliminar la inacción de la política monetaria.
Una vez definido ese diagnóstico, dijo, “faltaba definir la secuencia”. Es decir, si se atacaban todos los desequilibrios heredados a través de un programa de shock o por etapas. Respecto de la primera posibilidad, recordó que el presidente Milei había planteado una dolarización, a la que calificó de “utópica” dada la escases de dólares, antes de considerar que “se llegó a una solución razonable”.
Para Cañonero, al momento del cambio de gestión “había muchos pesos, un exceso de bonos en manos del sector privado y muy pocas reservas”. Sin embargo, tras 10 meses de gestión, señaló que “el Gobierno ajustó las cuentas fiscales, algo que parecía difícil de conseguir rápidamente” y que ahora “nadie duda de la capacidad del Gobierno de hacer delivery en el plano fiscal”.
En lo que respecta al ajuste de precios relativos, dijo que es un proceso que se encuentra “incompleto, pero bastante encaminado”. De la baja de la inflación dijo que se logró “casi sin otra herramienta que el ancla nominal”, por lo que “quedan otros instrumentos para utilizar si fueran necesarios”. En cuarto lugar, dijo que se logró achicar el overhang de pesos, mientras que por último, destacó la desregulación y reformas “por mucho más de lo que cualquiera hubiera imaginado para nueve meses de Gobierno”.
Más allá de ese respaldo, y dada la necesidad de dólares que tiene el BCRA, Cañonero pidió “eliminar el dólar blend”, y testear el impacto de esa decisión ya que “tal vez se necesita menos de esa intervención, y se pueden recuperar reservas”. También pidió flexibilizar el cepo para individuos dado su bajo “poder de fuego”.
Qué dice la evidencia histórica respecto de la desinflación
Rafael Di Tella, académico de Harvard Business School, aportó por su parte datos respecto de la evidencia histórica de procesos de desinflación exitosos en el mundo. Dijo que analizando una muestra de 56 países entre 1960 y 2019, pueden considerarse desinflaciones exitosas a aquellas que reflejen una caída significativa de la inflación; en las que inicialmente haya habido un nivel de inflación persistentemente alto; y que hayan logrado un nivel de inflación persistentemente bajo en los dos períodos posteriores al ejercicio.
Tras analizar esos casos, llegó a tres conclusiones principales: en primer lugar, que cualitativamente “el patrón de ajuste macroeconómico que se está observando en Argentina es bastante clásico dentro de las desinflaciones exitosas”. En segundo, que “la profundidad del ajuste económico está muy vinculada con las condiciones macro iniciales en las que comienza la desinflación. Y en tercero, que “la principal diferencia con las no-exitosas es que las desinflaciones exitosas mantienen el ancla monetaria”.
En esa línea, y en sintonía con sus colegas, consideró “clave evitar los sobresaltos”.