Informe: Por qué la “pesada herencia” de 2023 será peor que la de 2015 en Argentina

Un estudio de Romano Group, al que accedió Bloomberg Línea en exclusiva, plantea las diferencias entre la economía que deja Alberto Fernández y la que dejaron sus antecesores

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Buenos Aires — La “pesada herencia” será sin dudas uno de los temas centrales de la Argentina de los próximos años. Las condiciones económicas que reciba el Gobierno que asuma el 10 de diciembre determinarán no solo las urgencias y prioridades para la próxima administración sino también las posibilidades de éxito de quien ocupe el sillón de Rivadavia durante los próximos cuatro años.

Un detallado informe de la consultora Romano Group, al que accedió Bloomberg Línea en exclusiva, se propone anticipar algunas de las principales variables económicas que encontrará quien triunfe en las elecciones presidenciales de este año y compararlas con las que se recibieron en 2011, 2015 y 2019. Y en ese ejercicio, el panorama no resulta precisamente alentador.

Elecciones argentinas 2023

Entre las principales conclusiones a las que llegó el trabajo elaborado por los economistas Alfredo Romano (a su vez director de la Carrera Economía Empresarial de la Universidad Austral), Salvador Vitelli y Gastón Banchero se destacan que el próximo Gobierno heredará una inflación reprimida del orden del 50%, un tipo de cambio atrasado, cepo cambiario y altas expectativas de devaluación. Entre los ingredientes de la “pesada herencia” de 2023 tampoco faltarán un Banco Central (BCRA) casi sin dólares propios y un elevado stock de deuda que, según anticipan desde la consultora, constituye “un problema muy difícil de resolver”.

Aumento de la deuda del BCRA y deterioro monetario

Muchos parecen ser los desafíos en el frente monetario. Para los analistas de Romano Group, la economía se encuentra “más frágil” desde ese punto de vista que a comienzo de la gestión de Mauricio Macri. Y eso, señalan, hace que “aumenten los riesgos de una nueva devaluación pronunciada”, lo que posibilitaría una corrección de la deuda del BCRA con respecto al PIB.

A la hora de identificar estas mayores fragilidades, desde Romano Group apuntan al fuerte incremento de la deuda del BCRA, que encima ya paga una tasa efectiva anual superior al 100%. Durante la gestión de Alberto Fernández, marcan, los pasivos remunerados del Banco Central crecieron 134% en pesos constantes, 217% en dólares al tipo de cambio oficial y 119% al dólar CCL.

De esta manera, el stock de Leliq y pases mostró un incremento sustancial medido en función de la base monetaria, pasando de representar un 63% a 221%. Si se mide la deuda del Central en términos del PIB, en tanto, el aumento también fue considerable y alcanza niveles pre-estallido de la crisis de Lebacs, en 2018 (aunque los riesgos son menores dado el cepo cambiario y que las Leliq solo están en poder de los bancos, que tienen topes de tenencia en moneda extranjera).

Así, los pasivos remunerados del BCRA, como porcentaje del PBI se ubica hoy en niveles del 9%, muy por encima del 3% que recibió Alberto Fernández, del 4% que recibió Mauricio Macri en 2015 y del 3% que tuvo Cristina Kirchner al inicio de su segundo mandato.

Como porcentaje de la Base Monetaria, la deuda del BCRA se disparó a 227%, muy por encima del 63% que recibió Alberto Fernández, del 52% que heredó Macri y del 39% de 2011.

La aceleración en el crecimiento del stock de la deuda que emite el Banco Central es un problema muy complejo de resolver debido a que dicho stock en moneda dura creció 106% y capitaliza a una tasa efectiva del 107% (NdR: el BCRA la elevó ayer a 113,3%)”, alertaron desde Romano Group. Esta dinámica, agregaron, “será insostenible” para la nueva gestión ya que si se mantiene el statu quo se “tenderá a un nuevo régimen inflacionario acorde a los niveles 140-160% anual”.

Ante ese panorama es que el informe concluye que “el mayor desafío en el frente monetario será evitar un nuevo estallido inflacionario acompañado de una recesión profunda de la economía”.

En ese sentido, recordaron: “El reordenamiento al inicio de la gestión de 2016 tuvo un salto pronunciado de la inflación, pasando del orden del 30% al 42%, es decir, un aumento del 40%. La devaluación de la moneda doméstica en 2015 fue del orden del 40%, evidenciando un pass through prácticamente perfecto de devaluación a precios. Si este escenario se repitiera, asumiendo una devaluación del 100% de la moneda doméstica oficial, la inflación podría alcanzar el orden del 200% durante 2023/24″.

La inflación interanual cabe recordar, alcanzó esta semana los tres dígitos por primera vez en más de 30 años y dentro del mercado la expectativa es que se mantenga en esa línea. Estos niveles de inflación son muy superiores a los que dejaron Macri (52% i.a.) y Cristina Kirchner en sus dos mandatos (23% y 25% respectivamente).

Atraso cambiario, cepo y reservas del BCRA

En lo que respecta a la herencia cambiaria y el nivel de reservas del BCRA, los analistas de Romano Group recordaron que “el control de capitales desde el inicio de gestión de Alberto Fernández condicionó fuertemente la acumulación de reservas internacionales por parte del Banco Central”.

Pero no solo el cepo dificultó las posibilidades de sumar dólares: la brecha cambiaria en el orden del 100%, marcaron los economistas, también “funciona como un drenaje constante de divisas y además condiciona la desinflación de la economía”. El nivel de brecha cambiaria, de hecho, es casi cuatro veces mayor al 26% que dejó Mauricio Macri y duplica el nivel que dejó Cristina Kirchner en su segundo mandato (56%).

En la actualidad, calculó el informe, las reservas netas internacionales (RIN) del Central se ubican en torno a los US$3.600 millones, mientras que las reservas brutas se sitúan en torno a los US$38.700 (de acuerdo al último informe preliminar de variables del BCRA eran US$37.718).

Según las estimaciones de Romano Group, los “dólares propios” en las arcas del BCRA ya se ubicarían, por lo tanto, en menos de la mitad que los que recibió Miguel Pesce (US$ 7.613 millones). Los US$3.600 millones de reservas netas de hoy serían, sin embargo, más que los US$3.367 millones que habría dejado Cristina Kirchner en su segundo mandato.

Al igual que la gestión de Macri, que hereda un Banco Central con reservas liquidas negativas, posiblemente el nuevo gobierno en el 2024 reciba un BCRA con similares o aún peores condiciones si consideramos el Balance contable del Banco Central”, marcaron al respecto.

Otro de los problemas que deberá resolver la administración entrante es que, de acuerdo al informe, “el Índice de tipo de cambio real multilateral marca una notable apreciación de la moneda doméstica (alrededor de 95)”. Esto implica una pérdida de competitividad para los productos argentinos en el exterior.

Por ello, añadieron, y frente a un Banco Central sin stock de reservas internacionales, es que “el atraso cambiario es uno de los mayores desafíos y problemas que va a heredar la nueva gestión”.

Ante ese panorama, es que indicaron que “suponiendo un salto discreto del tipo de cambio de referencia hacia valores de dólares financieros, el peso se ubicaría en niveles competitivos, similares al 2005″. Pero recordaron que “el problema es que el ajuste cambiario debería rondar el 100% con una inflación que ya se encuentra en el orden del 100%”.

Este escenario expone serios riesgos de una espiralización inflacionaria y será determinante la confianza en el programa económico enunciado por la próxima gestión. Posiblemente, la corrección fiscal será inmediata pero los riesgos de un estallido inflacionario será uno de los grandes embates de la economía durante 2024″, alertó el trabajo de Romano Group.

En ese sentido, desde la firma marcaron que “la discrepancia de precios relativos de la economía supondrá un gran desafío nuevamente para la gestión entrante” y recordaron que el Gobierno anterior heredó tarifas atrasadas. “En términos reales el atraso de los precios relativos de Electricidad, Gas y Energía es de -33%. Por ende, hay una inflación reprimida del orden del 50%, promedio, para alcanzar el nivel de precios generales”, explicaron.

Por último, para los economistas que elaboraron el informe “la decisión de shock del gobierno de Macri de liberar el tipo de cambio luce más compleja”. Esto se debe a que, por un lado, las condiciones macroeconómicas se encuentran más deterioradas, y a nivel internacional, la política monetaria restrictiva de la Fed “limita la liquidez necesaria para iniciar rápidamente una liberación”.

Sin embargo, advirtieron que “los riesgos de mantener los controles de capitales se encuentran materializados en el ciclo 2019- 2023″. En este período, recuerdan, la economía argentina no logró expandirse y acumula una inflación de 370% a la fecha.