Buenos Aires — El precio de la carne vacuna en Argentina experimentó fuertes incrementos en los últimos años, en medio de una marcada caída del poder adquisitivo y una inflación galopante. En enero de 2017, un salario promedio podía comprar 189 kilos de asado, mientras que en septiembre de 2023, la cantidad disminuyó a 132 kilos, es decir, 57 kilos menos, de acuerdo con datos del sector privado.
El informe elaborado por el Instituto de Economía (INECO) de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) sostuvo que, desde comienzos de 2021, los precios de la carne vacuna “muestran un crecimiento sostenido por encima de la inflación”.
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“En septiembre de 2023, el índice del precio de la carne medido desde enero de 2017 hasta la fecha mantiene una brecha de 20,3% por encima del nivel general de precios”, calculó.
En ese sentido, indicó que el precio de un kilo de asado en enero de 2017 era $115, mientras que en septiembre de 2023, de $2.954. “La remuneración promedio bruta del sector formal desestacionalizada de enero de 2017 fue $21.788, mientras que la de septiembre de 2023 fue de $391.382″, analizó.
Así, manifestó que “en enero de 2017, un salario promedio podía comprar 189 kilos de asado, mientras que en septiembre de 2023, pudo comprar 132 kilos, 57 kilos menos”.
Cae el consumo de carne
“Existe una correlación positiva entre la caída del consumo de carne vacuna y la pérdida de poder adquisitivo de los ingresos de los argentinos y los aumentos de los precios”, consideró el análisis.
El reporte manifestó que a nivel mundial, Argentina es el país con el mayor consumo de carne vacuna, con 51 kilos por persona al año. “Sin embargo, en los últimos años, este consumo comenzó a revertirse”, aclaró.
“Este registro es 23,1 kilogramos menor que hace 30 años, cuando el consumo fue de 74,1 kilogramos, es decir que, el consumo de carne vacuna cayó un 31% en ese período”, puntualizó.
Así, expresó que “la caída del consumo de carne vacuna ha dado espacio al incremento del consumo de pollo y cerdo, evidenciado que hay un efecto sustitución hacia estos tipos de carnes”.
“En enero de 2017 se consumían 43,5 kilogramos de pollo y 12,8 kilogramos de cerdo. En septiembre de 2023, se consumieron 45,9 kilogramos de pollo y 16,7 kilogramos de cerdo, es decir que, durante ese periodo de tiempo, el consumo de pollo creció 5,5% y el de cerdo un 30,5%”, remarcó.
“El precio de la carne de pollo y de cerdo ha aumentado significativamente, al igual que la carne vacuna, pero su valor continúa siendo menor (incluso un kilo de pollo cuesta la mitad que un kilo de carne). Esta es una de las razones por las que muchos consumidores optan en el último tiempo por sustituir el consumo de carne vacuna por la de pollo o cerdo”, evaluó.
En ese escenario, en septiembre de 2023 el consumo total de carnes (vacuna, pollo y cerdo) fue de 113,6 kilos, de los cuales la carne vacuna representó el 44,9%, el pollo un 40,4% y el cerdo un 14,7%.