Buenos Aires — Mientras cae la demanda de productos del agro por la pérdida de poder adquisitivo, el precio de las verduras en Gran Buenos Aires durante julio volvió a subir y el tomate lideró la lista, con un avance interanual de 935,9% y una suba acumulada de 521,9%, de acuerdo con datos del sector privado.
Mientras el equipo económico prioriza la desaceleración de la inflación, hay productos que no cesan su escalada. El análisis del precio mayorista de hortalizas y frutas en el Mercado Central y minorista IPC GBA indicó que en la comparación mensual la cebolla fue la especie que más aumentó con 64,4%, seguida por la papa 49,6%, la lechuga 44,2%, la batata 13,7%, el tomate 13,3% y el zapallo 4,3%.
--- Seguínos en las redes sociales de Bloomberg Línea Argentina: Twitter, Facebook e Instagram ---
“En conjunto, la variación interanual de julio fue de 349,7%. El tomate con 935,9% tuvo la mayor variación interanual. La variación acumulada en 2024 del segmento es 270,4%, muy superior al 79,8% del Índice de Precios al Consumidor de junio 2024″, manifestó el sondeo del Centro de Economía Política Argentina (CEPA).
Por qué suben las verduras
“Las causas de los aumentos de precio en el segmento fueron varias, pero las heladas que hubo en todo el país golpearon a algunos de los productos más vendidos”, explicó el sondeo.
De esa manera, manifestó que “la papa aumentó en los últimos días de forma considerable y el kilo superó el precio relativo de varios productos de la economía”.
“Hubo heladas a mediados de julio en Córdoba, Tucumán y Catamarca”, puntualizó el reporte. Además, subrayó que “la producción sanjuanina de la cebolla enfrenta un período de baja estacionalidad, lo que incrementa la dependencia de insumos provenientes de otras regiones”.
El impacto climático no se limitó a la cebolla: la lechuga y otras verduras de hoja también sufrieron “pérdidas significativas”. “Las elevadas temperaturas del verano, junto con las lluvias y heladas de los últimos meses, resultaron en la disminución de la producción, afectando los precios de manera considerable”, argumentó.
El análisis también destacó que durante julio “se ve una notable dispersión de precios en supermercados” y remarcó que la lechuga encabeza ese ranking, con 163,2%, mientras que la batata, con 27,4%, es la que menos dispersión de precios presenta.
Se desploma la demanda
Un sondeo de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) estimó que en julio, ante “la disminución del poder adquisitivo y la falta de convalidación de precios por parte del consumidor”, se observó una caída de la demanda de entre un 30% y un 40% en los agroalimentos.
“Al ser, por lo general, productos perecederos, la situación forzó a distintos eslabones de la cadena de valor (mayoristas y minoristas) a resignar parte de la renta”, sostuvo.
Además, aseguró que “debe considerarse el fuerte incremento de costos tanto en insumos dolarizados, como en transporte, logística, arrendamientos, combustibles y salarios”.
En línea con CEPA, resaltó que “la producción agrícola se ha visto afectada por heladas y frío extremo en todo el país, impactando directamente en la oferta”. “Como consecuencia, se observó un aumento de precios en los alimentos, incrementándose la participación del productor en el precio final en destino”, señaló.
El Indec difunde la inflación de julio y el Gobierno es optimista
El ministro de Economía, Luis Caputo, dejó trascender a agentes del mercado que la inflación de julio será la más baja en lo que va del año.
Ver más: A cuánto caerá la inflación mensual en julio, según comunicó el BCRA a inversores en Nueva York
En junio, la inflación en Argentina interrumpió su proceso de desaceleración, según informó el Indec el mes pasado. En esa oportunidad, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) llegó a 4,6%. A su vez, la inflación acumulada del primer semestre del año quedó en 79,8%, mientras que la interanual se desaceleró a 271,5%.
En el sector privado estiman que la cifra de julio se ubicará en torno al 4%. Algunas consultoras, como Eco Go, calculan que será de 4,1%, mientras que, con una mirada más optimista, la Fundación Libertad y Progreso proyectó un 3,8%.