Buenos Aires — En el capítulo 666 de La Estrategia del Día Argentina de este miércoles, 21 de agosto, @franaldaya te trae una entrevista especial con Orlando Ferreres, fundador y presidente de la consultora económica OJF & Asociados.
Si querés escribirnos para sugerir temas o comentarios para el podcast, no dudes en etiquetar en X a @franaldaya o escribir al mail francisco@bloomberglinea.com.
Orlando J. Ferreres & Asociados, una de las firmas más influyentes en el país en materia de proyecciones macroeconómicas, especialmente en estimaciones de inflación. Con una vasta trayectoria en el análisis económico, su consultora es frecuentemente citada en medios y entre tomadores de decisiones tanto del sector privado como del público.
Antes de fundar su consultora, Ferreres ocupó cargos destacados en la función pública, incluyendo su rol como Secretario de Coordinación Económica en el Ministerio de Economía durante la presidencia de Raúl Alfonsín. Su experiencia en la gestión pública y su conocimiento profundo del contexto económico argentino lo han convertido en una voz autorizada en la interpretación de la economía del país.
VER MÁS: ¿Cómo viene el blanqueo y cuántos dólares podrían ingresar? Esto ven bancos y brokers
El riesgo país en 1.500 puntos es un problema para conseguir fondos, y es el problema que tiene el Banco Central, que no tiene suficientes fondos para hacer frente a la ruptura del cepo, o que podría traer como consecuencia una corrida financiera muy grande. No tendría cómo enfrentarla.
Orlando Ferreres
VER MÁS: Inflación en agosto y lo que resta del 2024: ¿qué proyectan los bancos internacionales?
La siguiente entrevista fue editada por motivos de extensión y claridad.
En términos muy amplios, ¿cómo está viendo a la Argentina y la economía de Javier Milei? ¿Qué ha hecho bien hasta ahora, y cuáles son los principales riesgos de acá a fin de año y en el 2025?
Argentina se dedicó a lo principal que es el déficit fiscal, el gasto público alto y el control del Banco Central como temas principales. Y descuidó un poco la parte social, en la cual tiene bastante caída del salario real, ya sea formal, del sector público o los informales. O sea que lo que le falta ahora es que haya crecimiento económico. Como no va a haber inversiones, haría falta que creciera más el consumo privado a través del aumento del salario real y de las jubilaciones. Como eso depende un poco de la inflación que viene de atrás y va bajando, va a dar cierto aumento, pero no muy grande. Calculamos una caída para el año del 3,5% en el Producto Bruto y calculamos para la inflación 140% a fin de año. Estamos hablando ahí de caída del PBI para este año, porque hay recesión en la industria, en la construcción y en el comercio, con aumento de la actividad agropecuaria y energía. Entre las dos combinaciones está dando una caída del 3,5% que se va a mantener en el segundo semestre, porque la agricultura no va a dar tanto, pero sí va a mejorar la industria, la construcción y el comercio.
VER MÁS: CEO de AmCham ve meseta en la caída de la economía y revela negociaciones por nuevo Bopreal
Se habla de una potencial recuperación plena de los salarios formales privados para el mes de agosto. ¿Usted está viendo lo mismo?
Puede ser que sí, está 6% abajo, puede llegar a tener una recuperación plena. No creo que 6% faltaría este mes, pero ya está cerca de la recuperación total del salario informal. El informal, en cambio, está mucho más abajo, a pesar de que en los últimos meses estuvo creciendo un poquito mejor.
¿Y qué nos dice el dato de los supermercados? Que en el último mes que reportó el INDEC, dio una variación positiva intermensual. ¿Eso es algo que puede resultar esperanzador?
Sí, yo creo que sí, está dando resultados finalmente. El segundo semestre va a dar un aumento del consumo y por lo tanto ya se empieza a registrar en los supermercados los primeros síntomas de esa recuperación.
VER MÁS: Los bonos argentinos que recomienda comprar y tiene en su cartera el Bank of America
Otra de las principales preocupaciones es respecto al riesgo país, con las reservas aun negativas, y los vencimientos que se acercan en el 2025, sin un panorama claro todavía de cómo se van a pagar esos compromisos. ¿Cómo está viendo que se pueda resolver esa inquietud del mercado?
Es difícil de resolver esa, porque depende mucho de las reservas que tenga el Banco Central para pagar los bonos, y estos están teniendo unos 1.500 puntos de déficit o de riesgo país, así que ese es un punto en el que hacemos un poco de hincapié por las dificultades que tiene el gobierno. No queda aclarado cómo se va a pagar, por más que lo han dicho varias veces que está asegurado el pago del mes de enero y también el de julio, pero todavía no se ve eso, sino depende mucho de las garantías que puedan dar otros organismos internacionales, que hasta ahora para el caso de Santander, que es de US$1.000 millones, estarían obteniendo las garantías, pero si no la tasa de interés es muy alta y no se puede tomar.
¿Y qué proyección hacen justamente para la evolución de las reservas de acá a fin de año?
Los últimos estudios que vengo viendo dan un número de entre US$4.000-6.000 millones de reservas netas negativas hoy. Yo creo que va a dar más o menos eso, 4.000 millones negativas hasta fin de año. Ese es el problema que tenemos de tener unas reservas brutas que están llenas de cosas que no son reales y que después cuando se van a usar cuesta mucho, porque a veces son depósitos de los particulares, están depositados en el Banco Central y eso se mide como reservas, pero no son del Banco Central. O también los swaps de China, que tampoco son reservas propiamente dichas.
Calculadora de Inflación Acumulada
¿Cuál es su escenario base para las reservas internacionales en el 2025 y la acumulación?
Mejora bastante, pero como no hay grandes cosechas y el precio de los granos está para abajo, es muy difícil que se aplique por precio, así que vamos a depender mucho del volumen. Y también de que haya otros sectores que exporten, como la automotriz u otros del sector industrial, que puedan exportar. Creo que la construcción va a ser algo que va a andar por su cuenta, porque empezaron a haber créditos hipotecarios ahora, aunque son muy chicos. No tenemos un número, pero digamos puede andar en los 4.000 millones de dólares netos.
Ante este escenario, Luis Caputo habló el viernes en la Bolsa de Córdoba y dijo que el riesgo país dejó de ser un indicador líder para ellos, y que se están enfocando plenamente en bajar la inflación. ¿Hace bien el Gobierno en tomar ese approach?
No, yo creo que no. El riesgo país evidentemente señala las dificultades que tiene la Argentina para obtener crédito en el mercado internacional. Uruguay tiene 160 puntos de riesgo país, lo mismo que Estados Unidos; tiene 100 o menos. Yo creo que tener 1.500 es un problema para conseguir fondos, y es el problema que tiene el Banco Central, que no tiene suficientes fondos para hacer frente a la ruptura del cepo, o que podría traer como consecuencia una corrida financiera muy grande. No tendría cómo enfrentarla.
Entonces el enfoque de inflación a la baja y superávit fiscal a la baja no termina de convencer como argumento para que eventualmente baje también el riesgo país. Si no se acumulan dólares...
Bueno, algo va bajando, pero no mucho. Hoy por ejemplo tenemos que seguir igual que los otros días y eso significa que no han tenido grandes variaciones en lo opinión del mercado, se mantiene igual. O sea que por más que baje la inflación, todavía está en 4% mensual, o sea que es muy alta. Para que eso diera resultado, tendría que estar entre 0 y 1 para que pudiera ser realista ese efecto sobre el riesgo país. Pero ahora estamos un poquito lejos de esa tendencia, aunque con la baja del riesgo del impuesto país, a partir de septiembre podría bajar un poco todo lo que es precio de importaciones o productos importados y eso podría ayudar bastante a tener un índice de inflación más bajo. Pero después sigue otra vez.
¿Y el correlato de bajar el impuesto PAÍS no es incrementar el incentivo para importar, algo que complicaría más a las reservas del Banco Central, también por el lado del turismo?
Sí, efectivamente por el lado de la importación puede ser que aumente o por lo menos haya más facilidad para el pago de las importaciones. Y por el lado del turismo también puede ser que haya una salida más interesante, porque no se aplicaría el impuesto PAÍS.
¿Cuánto está incidiendo en el superávit fiscal la deuda flotante?
Es importantísimo mantener el superávit financiero mensual. Ahora en julio hubo un déficit por los pagos de medio aguinaldo, pero se estima que va a seguir creciendo el superávit primario y el superávit financiero que incluye los intereses. Yo creo que eso va a estar bien para el tema de pagar la deuda interna. No, no hay un problema serio con la deuda flotante, es una preocupación, pero mantenida dentro del control del gobierno.
Son una de las consultoras más escuchadas en materia de inflación. Guillermo Francos dijo en una entrevista recientemente que el consenso de los economistas es de 40% anual para el año que viene, pero para él va a ser cercana a cero. ¿Dónde se para usted en ese debate?
Nosotros para el año que viene tenemos un 30% de inflación. Se espera que se empiece a controlar más, todavía más, el gasto público, y que no haya tanto traslado de precios atrasados a la economía como hay ahora, o por lo menos que se posterguen muchos para más adelante, procurando que baje más la inflación núcleo que no incluye estas cosas. Es una chance muy teórica estar cerca de 0% en 2025. No creemos que vaya a ocurrir, no es una posibilidad que descarto completamente, pero que sería muy optimista.
¿Cuáles son los principales riesgos para que se vuelva a agitar la inflación?
Básicamente los precios relativos que faltan ajustar son algo que va a seguir ocurriendo el año que viene y también la salida del cepo que se va a hacer a fin de año y va a estar afectando al año que viene en cuanto a la inflación, así que yo creo que esos son los dos puntos claves para mantener la inflación en el 30% para el año que viene. No creo que lleguemos a cero, pero es una inflación bastante baja para lo que será la de este año.
¿Qué tan diferente era la Argentina de Mauricio Macri, que salió del cepo sin reservas, sin mayores inconvenientes, a la Argentina de hoy donde tampoco hay reservas pero el balance del BCRA se ha ido saneando?
Ahora ya está saneado el balance del banco central y también en la parte fiscal está bastante encaminada, pero lo que hizo Macri fue sacar el cepo sin corregir la parte fiscal y endeudándose para pagar el déficit. Después se encontró con que tenía que hacer una devaluación justo para la época de las elecciones y ahí tuvo que volver a poner el cepo al final. Eso no es conveniente como para imitarlo de nuevo, porque sería muy malo que uno tenga que devaluar sobre el momento de las elecciones y tenga que empezar a tomar medidas de tipo arbitrario para ese momento.
¿Y qué tipo de escenario se imagina para la salida del cepo para fin de año?
Creo que va a haber alguna devaluación para ajustar el tipo de cambio que está un poco atrasado, dado que va a evolucionar al 2% mensual, por lo que la inflación que está en el 4% o 5% mensual puede bajar, pero no mucho. Ahí tenemos un cierto atraso cambiario. Por más que al Gobierno no le guste mucho esta expresión.
¿Pueden ser significativos el blanqueo y la moratoria para las reservas y la parte fiscal?
El Gobierno está esperando eso, que el blanqueo le dé reservas para poder obtener un nivel de las mismas más adecuado. Nosotros tenemos evaluado que eso es un tema un poquito difícil de calcular, cuánto puede ser el monto del blanqueo y la moratoria, pero entendemos que existe posibilidad de que funcione bien, y, por lo tanto, ese puede ser un poco el salvataje del gobierno.
¿Cómo puede evolucionar la brecha cambiaria de acá a fin de año?
Yo creo que va a seguir como está ahora, pero se arregla con la eliminación del cepo en su totalidad. A partir de ahí no habría más diferencia ni brecha.
Dolarización, cierre del Banco Central, promesas de campaña de las que no se habla hoy. ¿Las ve todavía como un objetivo en la mente del gobierno?
Todavía no, no lo vemos como un objetivo. Más bien vemos el fortalecimiento del peso y su estabilidad a largo plazo más que una dolarización. El problema es que el dólar también tiene un 99% de deuda pública de Estados Unidos sobre el PBI, o sea que el dólar tampoco es un lugar muy seguro para refugiarse. Eso genera la duda de si es una buena idea entrar en la dolarización o si puede haber sido en otro momento en Argentina. Pero ahora no se la ve como una necesidad.
¿Es mejor tener un peso argentino sano y fuerte?
Como fue el peso moneda nacional, que duró de 1890 hasta 1945, prácticamente sin inflación. Yo creo que esa es la idea que hay ahora como la más, digamos, acariciada por el gobierno.