Buenos Aires — El Gobierno de Javier Milei ratificará ante el Congreso que no prevé cambiar el ritmo de devaluación mensual en lo que resta del año 2024. También informará que al cierre de abril las reservas netas del Banco Central aún eran negativas en US$864 millones, que la dolarización de la economía no está en agenda y cuáles son las condiciones necesarias para implementar una competencia de monedas.
Estas definiciones quedaron reflejadas en el primer Informe de Gestión que envió el Gobierno al Congreso y que será presentado este miércoles por el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, ante la Cámara de Senadores. En dicho documento, cuya extensión supera las 1.100 páginas, el Gobierno respondió las más de 1.280 preguntas de los senadores y dejó importantes precisiones respecto de la herencia económica recibida y la hoja de ruta para los próximos meses.
¿Crawling peg del 2% durante todo 2024?
A través del Informe de Gestión número 139 que envió a la Cámara alta en las últimas horas, el Gobierno anticipó que no acelerará el ritmo de crawling peg. “No se prevé un cambio en el ritmo de variación mensual del tipo de cambio oficial para lo que resta del año 2024″, señala el documento en dos oportunidades, en respuestas a las preguntas N° 107 y 270.
El oficialismo negó así que estuviera considerando un nuevo salto abrupto del tipo de cambio o incluso acelerar el ritmo de devaluación. Esta definición llega después de que el propio Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, salieran al cruce de quienes advierten que pueda haber un atraso cambiario en Argentina. “Hay que entender que naturalmente vamos a convivir con un tipo de cambio más apreciado”, expresó el titular del Palacio de Hacienda el lunes pasado en un encuentro organizado por Fundación Mediterránea.
Reservas netas negativas
Otro de los datos salientes del Informe de Gestión es que el oficialismo reconoce que al cierre de abril el Banco Central (BCRA) aún tenía reservas netas negativas.
El documento precisa que si bien desde diciembre y hasta el cierre del cuarto mes del año las reservas subieron US$10.336 millones –de acuerdo con la definición vertida en la séptima revisión del Acuerdo de facilidades extendidas con el FMI–, al 30 de abril seguían siendo negativas en US$864 millones dado que el BCRA heredó un rojo de US$11.200 millones.
Respecto de la dinámica de compra de reservas, el oficialismo negó que la racha compradora del BCRA se explique solo por la postergación de pagos de importaciones. “Es resultado de una política macroeconómica consistente que está reduciendo los desequilibrios heredados. El diferimiento de pago de importaciones ha funcionado como un puente en el momento de máxima fragilidad inicial apenas asumido el nuevo gobierno, pero a partir de allí la estrategia de acumulación de reservas se basa en el decidido ordenamiento macroeconómico en curso”, argumentó el Gobierno ante la pregunta N°849.
En cambio, recordó que “la administración anterior aumentaba la deuda comercial en forma discrecional, y se gastaba los dólares de ese financiamiento en la intervención de un tipo de cambio insostenible”.
No obstante, en esa respuesta el oficialismo no hizo mención a la consulta expresa respecto de si considera que el FMI podría ingresar fondos frescos para colaborar a lograr las metas establecidas en esta materia.
Respecto de los pasivos del BCRA, el Gobierno también detalló que el stock de pasivos remunerados denominados en dólares se ubica en ARS$7,7 billones, de los cuales ARS$6,9 billones corresponden a Bonos para la Reconstrucción de una Argentina Libre (BOPREAL).
En esa línea, el documento refleja que el BCRA buscó reducir la fuerte expansión que tuvieron los pasivos remunerados y mejorar el balance de la institución desde el inicio de la nueva gestión. Para ello, enumeró, “eliminó la monetización proveniente del déficit fiscal que, en 2023, mediante fuentes directas e indirectas, escaló a 5% del Producto Interno Bruto (PIB)”; y apeló a los Bopreal para “reducir fuertemente la tenencia indeseada de pesos”.
Dolarización, competencia de monedas y salida del cepo
En otro pasaje saliente del documento, el oficialismo informó que “el Ministerio de Economía especifica que la dolarización de la economía no está en la agenda económica”. No obstante, aclara que sí lo está la libre competencia de monedas vigente como fase final para el proceso iniciado en diciembre con el saneamiento de la hoja de balance del Banco Central.
Y ante la consulta (pregunta N°127) sobre las características específicas de esa competencia de monedas y las condiciones necesarias para su implementación, el Gobierno respondió: “El Ministerio de Economía informa que, este régimen de “competencia de monedas”, requiere un marco macroeconómico disciplinado que incentiva a la autoridad monetaria a mantener la estabilidad del valor del Peso y evitar así la emisión monetaria y consecuente inflación persistente que ha caracterizado a la economía argentina de los últimos veinte años”.
En este sentido, agrega el documento, las condiciones necesarias para implementar el régimen basado en la libre competencia de monedas son, principalmente, el superávit fiscal, la acumulación de reservas internaciones y la reducción de los pasivos remunerados del Banco Central a niveles sustentables y el saneamiento de su hoja de balance. “Estas condiciones permitirán reducir la tasa de inflación y mantener la competitividad del tipo de cambio oficial, permitiendo avanzar con una liberalización paulatina y unificación del mercado de cambios”, expresó.
Ley de Bases, paquete fiscal y recuperación en V
En esa misma pregunta N°270, la senadora Juliana Di Tullio, de Unión por la Patria, le consultó al Gobierno qué medidas va a tomar para frenar la caída de la actividad y lograr una recuperación en “V”.
La respuesta del oficialismo fue que el Poder Ejecutivo Nacional envió al Congreso dos Proyectos de Ley “que tienen como propósito no solo frenar la caída en el nivel de actividad económica, sino que, principalmente, lograr que el país retome un sendero de crecimiento económico equilibrado”.
De esta manera se refirió a los proyectos de Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos, y al paquete fiscal –oficialmente Ley de Medidas Fiscales Paliativas y Relevantes–. La aprobación de estos dos proyectos, señaló el Gobierno “permitirá en el mediano plazo una reducción integral de todos los impuestos distorsivos que afectan a la economía argentina y que entorpecen que el país retome un sendero de crecimiento económico equilibrado”.
Al respecto, y ante otra consulta de la expectativa de contracción económica esperada para 2024, el Gobierno recordó que el último informe de proyecciones macroeconómicas publicado por el FMI (World Economic Outlook) prevé para Argentina una caída del 2,8% anual, mientras que el último Relevamiento de Expectativas del Mercado del BCRA anticipa una contracción del 3,5%.
“En este contexto macroeconómico mundial y local, sumado a la agenda política y económica desarrollada por el Poder Ejecutivo Nacional, la proyección de crecimiento del PIB de Argentina esperada para 2024 está en línea con las previsiones del FMI y el REM”, indicó el Ejecutivo.