Buenos Aires — El dato de inflación de diciembre que dará a conocer el Indec este martes abre una serie de interrogantes respecto de los próximos pasos que dará el equipo económico del Gobierno argentino. El presidente Javier Milei volvió a reiterar la semana pasada que si el IPC del último mes de 2024 se ubica en niveles de 2,5% se avanzará con la desaceleración del crawling peg al 1%, decisión que llevaría al Banco Central (BCRA) a aplicar un nuevo recorte de la tasa de política monetaria. La incógnita en los dos casos, sin embargo, es la velocidad o magnitud en la que se darán esos ajustes.
Tanto los dichos de Milei como la expectativa de analistas parecieran orientarse a que la desaceleración del ritmo devaluatorio, que el Banco Central sostiene en 2% mensual desde diciembre de 2023, se dará sin escalas hasta el 1%. Pero ante la consulta de Bloomberg Línea, ante versiones que daban cuenta de un posible descenso escalonado, desde el Ministerio de Economía dijeron que la decisión se informará en cuanto se conozca el número de inflación de diciembre, que según el consenso del mercado se ubicaría en torno al 2,6% o 2,7%.
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Desde hace meses, en el equipo económico ven que el ritmo devaluatorio dejó de actuar como ancla para los precios para convertirse en un factor inercial, por lo que con la baja del ritmo de crawling peg, el Gobierno apunta a darle un empujón adicional a la baja a la inflación. Pero convalidar esa rebaja no está exenta de riesgos: con el dólar oficial escalando de forma más lenta, el peso tenderá a apreciarse aún más respecto de otras monedas emergentes y la ganancia del carry trade puede volverse demasiado atractiva en caso de que el Banco Central argentino no convalide un fuerte recorte de la tasa de política monetaria.
“El mercado ya está jugado a que baje el crawl. Lo que lo atrae es que le sube los rendimientos en dólares”, explica Sebastián Menescaldi, director de Eco Go. Para ejemplificarlo, aporta un gráfico en donde se observa un ejercicio que muestra cuánto crecería la ganancia en dólares en un escenario con crawling peg del 1% dependiendo del nivel de tasa.
En el primer escenario, con una tasa sin cambios en 32%, la ganancia en dólares se dispararía a 18%. En el segundo, con un recorte de cinco puntos porcentuales hasta los 27% de TNA, ese rendimiento alcanzaría el 13%. Mientras que en el último escenario, donde la tasa se desplome a 19% –es decir, 13 puntos porcentuales menos– la ganancia se recortaría a 6%. Pero un recorte tan agresivo, recuerda, “no puede ocurrir porque la inflación no baja tan rápido”.
“El tema es que el Gobierno tampoco quiere mucho capital en el carry porque sabe que es perjudicial o un riesgo si se sale del cepo”, agrega.
Aun así, analistas ven mayor probabilidad de que la desaceleración del ritmo devaluatorio sea sin escalas. “El gobierno hace tiempo que viene anunciando que después de casi un año de mantener la tasa de cruel al 2% mensual, planea llevarla al 1% y en base a eso el mercado ya formó expectativas y tomó decisiones”, recuerda Claudio Caprarulo, director de Analytica Consultora.
Si bien señala que “una baja escalonada puede mantener incentivos a postergar importaciones y acelerar, aunque sea en el margen, algunas exportaciones”, expresó que espera “que la baja de la tasa va a ser directamente al 1%”. El motivo, añadió, es que “la estrategia oficial es llevar la nominalidad lo más bajo posible en el menor tiempo posible, sobre todo frente a la posibilidad de tener que ir hacia un esquema de régimen cambiario más flexible en los próximos meses en el marco de un nuevo acuerdo con el FMI”. Una vez que eso ocurra, expresó, es que “obviamente la consecuencia de eso es que el tipo de cambio va a tener que volver a acelerar su ritmo de crecimiento”.
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Consultado respecto de si esa baja del crawling peg deberá estar acompañada en simultáneo por una baja de la tasa de política monetaria, Caprarulo consideró que “sería deseable que al mismo tiempo el gobierno de una señal respecto a la tasa de interés”. En especial, dado que el martes 14 se conoce el aumento de precios de diciembre y el miércoles 15 es la primera licitación del año del Tesoro, recordó.
Ante ese panorama es que la expectativa se centrará especialmente en lo que pueda informar el BCRA entre el martes a la tarde y el miércoles a la mañana, antes de la apertura del mercado.
Sobre esta primera licitación del año, el economista de Analytica Consultores consideró que lo más relevante estará desde el punto de vista de la oferta. Es decir, qué instrumentos va a ofrecer el Tesoro. “Las expectativas están puestas en que muestre una fuerte reducción en la tasa de interés y principalmente oferte títulos atados a la inflación y no tanto tasa fija como son las Lecaps”.
Por último, si bien señaló que el Tesoro “no debería tener problemas en cubrir los vencimientos”, indicó que este primer test “no deja de ser un termómetro también de la respuesta que puede tener la demanda”. Y a modo de cierre, recordó que lo que “este año es central porque el gobierno tiene que empezar a armar un programa financiero que sea consistente y contemple los efectos que tiene la reducción del cepo cambiario”.
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