Buenos Aires — En las últimas horas, el Gobierno argentino tomó dos medidas en materia energética que implicarán incrementos en las tarifas: por un lado, anunció un período de transición, en el cual los subsidios a la luz y al gas irán desde un esquema generalizado hacia otro focalizado. Y, por otra parte, el Ejecutivo subió un impuesto que pesa sobre los combustibles para vehículos.
Ambas modificaciones fueron publicadas en el Boletín Oficial en la mañana de este martes 28 de mayo de 2024.
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Impuesto a la nafta y el gasoil
El aumento de impuestos a los combustibles se hará efectivo a partir del 1° de junio, e implicará un incremento de ARS$10,74 por litro para las naftas y de ARS$13,64 por litro para el gasoil sobre los montos de impuesto que rigen hasta el 31 de mayo.
Precisamente, el sábado 1° de junio vence la prórroga de este impuesto y el Poder Ejecutivo tenía la potestad de decidir si continuaba con el congelamiento dispuesto a fines de abril o si volvía a actualizarlo de acuerdo a la inflación.
Según detalla un artículo publicado por el portal Infobae, el argumento del Ministerio de Economía para postergar el incremento al Impuesto a la Transferencia de Combustibles Líquidos (ICL) tenía que ver con estimular el crecimiento garantizando un sendero fiscal sostenible. Sin embargo, ahora la cartera a cargo de Luis Caputo dispuso la actualización del tributo que tendrá un trasladado a la nafta y el gasoil en surtidores –de YPF, Shell, Axion y Puma Energy– con efectos en la inflación.
Según estimaciones de la consultora Outlier, esta modificación tiene un mínimo impacto sobre el precio de surtidor: en torno al 1%.
No obstante, se estima que el precio de la nafta suba entre 4% y 5% en los próximos días, debido a que, más allá del incremento en el tributo, las compañías del sector llevarían a cabo ajustes por inflación.
Aumentos en luz y gas
El Gobierno publicó también un extenso decreto en el que se modifica el sistema de subsidios a la energía. Con este fin, estableció un período de transición, que va desde el 1° de junio hasta el 30 de noviembre, para pasar gradualmente de subsidios generalizados a subsidios focalizados en los hogares vulnerables que no puedan pagar el consumo básico de energía.
En este período, la Secretaría de Energía tendrá facultades para establecer aumentos de tarifas, mediante el recorte de subsidios.
Durante la transición, se eliminarán los límites de aumentos de tarifas basados en el coeficiente de variación salarial (CVS) y se establecerán topes al consumo subsidiado y descuentos decrecientes según el nivel de ingresos del hogar.
De esta forma, las autoridades apuntan a trasladar los costos reales de la energía a los usuarios y promover la eficiencia energética.
Por otro lado, el Ejecutivo instruyó a implementar un régimen de Canasta Básica Energética para determinar el consumo básico indispensable subsidiado según las necesidades de cada hogar.
“Es un cambio de políticas para reducir los subsidios generalizados y focalizarlos sólo en los hogares de menores recursos mediante un período de transición gradual, con espacio para implementar una dinámica más gradualista en la quita de subsidios y empalme con los costos reales de energía”, destacó la consultora Outlier. Y añadió: “El impacto y las particularidades se irán analizando cuando se definan las canastas de consumo y descuentos a aplicarse, por lo que es un tema que recién se inicia”.