Buenos Aires — El Gobierno argentino insiste con su diagnóstico: consideran a la inflación como un fenómeno multicausal que debe abordarse de forma integral. Por ello, el oficialismo reconoce que insistirá con las mismas políticas que viene ejecutando hasta ahora, a pesar de los magros resultados que viene cosechando en sus intentos por contener la suba de precios.
Así lo dejó entrever el último informe de gestión presentado por el jefe de Gabinete de ministros, Agustín Rossi, ante el Congreso. Allí, argumentó que la aceleración de la inflación durante el primer trimestre se explicó principalmente por la sequía, al tiempo que volvió a apuntar contra los efectos de la guerra en Ucrania.
El plan del Gobierno para bajar la inflación
En el mencionado documento, presentado ante el Senado apenas 24 horas antes de que el Indec dé a conocer el IPC de abril -al que la mayoría de las consultoras privadas sitúan entre 7% y 8%-, el Gobierno volvió a mostrarse firme en su postura de que “la inflación es un fenómeno multicausal”.
Por ello, y ante la consulta del senador Pablo Daniel Blanco, de la Unión Cívica Radical, respecto a qué nuevas políticas piensa aplicar el equipo económico para evitar que la inflación en 2023 supere a la de 2022, el oficialismo hizo hincapié en la profundización de las mismas políticas que viene impulsando hasta ahora. “Las líneas de acción deben conciliar la política fiscal, monetaria, cambiaria, y la coordinación de políticas de precios y de ingresos”, expresó el oficialismo.
En lo que respecta al plano fiscal, el oficialismo señaló que “con el objetivo de establecer un sendero de reducción de la inflación consistente en el tiempo, en 2022 se redujo el déficit fiscal primario a 2,4% del PIB, sobrecumpliendo la meta de déficit primario acordada con el FMI de 2,5% del PIB”. Y en ese sentido, añadió que “esta política continuará en 2023″, y ratificó el objetivo de reducción del déficit primario hasta el 1,9% del PIB.
En el plano monetario, el oficialismo destacó que “a partir de agosto de 2022 se dejó de solicitar adelantos transitorios del BCRA, logrando así reducir la emisión monetaria por debajo de la meta de 1,0% acordada para el año 2022″. Al respecto, el documento subrayó que se cumplió la meta del primer trimestre del año y agregó que “para 2023 se sostiene esta línea de política, con una meta de emisión monetaria del 0,6% del PIB”.
El cumplimiento de la meta monetaria, no obstante, quedó seriamente comprometido en las últimas horas, luego de que se conociera que el BCRA volvió a asistir al Tesoro a principios de mayo y ya consumió más del 99% del límite acordado con el FMI para el primer semestre.
En lo que respecta al plano cambiario y al fortalecimientos de reservas, el Gobierno recordó que lanzó este año una nueva edición del llamado dólar soja (ahora dólar agro), que el año pasado generó una liquidación por US$12.416 millones. Y en ese sentido, agregó que buscará fortalecer el superávit comercial “a través del desarrollo de la generación de divisas de sectores estratégicos”, entre los que destacó la construcción del gasoducto Néstor Kirchner “que permitirá ahorrar divisas de importaciones de gas, así como también exportar a países vecinos”.
“Por su parte, entre los principales acuerdos de precios, se destaca el programa Precios Justos, que tiene como principal objetivo alinear la dinámica de precios hacia un sendero de desaceleración gradual de la tasa de inflación mensual”, señaló el trabajo. “Además, en el contexto de la sequía y su impacto en los precios locales de varios productos frescos, se han realizado otros acuerdos como los de frutas y verduras”, agregó.
Por todo ello, el oficialismo indicó que “se sigue trabajando desde la macroeconomía y desde la microeconomía para mitigar el impacto de estos eventos en los precios locales para retomar en los próximos meses un sendero de desaceleración de la inflación consistente con los fundamentos macroeconómicos”.
En otro pasaje del Informe de Gestión, el oficialismo también señaló que “en términos de política monetaria, el objetivo es mantener la tasa de interés real positiva, lo cual contribuye a mantener ancladas las expectativas cambiarias e inflacionarias, así como también garantiza la protección del ahorro en pesos”.
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Inflación: ¿un fenómeno multicausal?
A la hora de explicar los motivos de la aceleración inflacionaria observada en los últimos meses en la Argentina, el Gobierno apuntó a los efectos de la sequía y de la guerra en Ucrania. Pero en el documento, de 705 páginas de extensión, no se encuentran referencias a la emisión monetaria.
Respecto de la guerra en Ucrania, el oficialismo reconoció que “el mayor impacto se vio en los alimentos que tuvieron picos de inflación en febrero y marzo de 2022″. No obstante, agregó que “si bien los precios internacionales se estabilizaron, en el primer trimestre de 2023 aún se ubican 17% por encima del promedio de 2021 para los productos energéticos, 7% para los productos agrícolas y 25% para los fertilizantes”.
“Estos precios aún altos, y la fuerte sequía que atraviesa el país –una de las de mayor intensidad de la historia– están afectando la dinámica de los precios locales e impulsaron la aceleración de la inflación en el primer trimestre del año, con aumentos del IPC de 6,0% mensual en enero, 6,6% mensual en febrero y 7,7% mensual en marzo. Esto se da luego de un proceso de desaceleración de la tasa mensual de inflación durante el segundo semestre de 2022, año que cerró con cifras mensuales del 4,9% en noviembre y 5,1% en diciembre”, dice el informe.
Respecto del impacto de la sequía, el oficialismo sumó: “Uno de los factores principales de la aceleración inflacionaria en 2023 fue el aumento en productos frescos como frutas y verduras, cuyas producciones se vieron afectadas por las altas temperaturas del verano y la falta de lluvias. Otro factor que impulsó la inflación en el primer trimestre del año fue la dinámica de la carne, que, tras haberse incrementado en 2022 un 60% (por debajo del nivel general de 94,8%), tuvo una actualización de precios de casi el 40% en el trimestre, con fuerte suba de la carne vacuna primero (50% acumulado en GBA) afectada por la sequía y luego del pollo (40% acumulado en GBA) debido a la gripe aviar”.
Además, agregó el Gobierno, “en la primera parte del año también impulsaron varios aumentos en bienes y servicios regulados –como educación, prepagas, transporte público–, así como también en rubros de turismo e indumentaria por cuestiones estacionales”.
Presupuesto 2023: ¿qué dijo el Gobierno sobre la meta del 60%?
Por último, y ante las reiteradas consultas de los senadores nacionales respecto de si el oficialismo prevé modificar la proyección del 60% de inflación para 2023 que figura en el Presupuesto dada la aceleración de los precios, el Gobierno reconoció que “pueden requerirse ajustes y/o actualizaciones de las variables macro fiscales”.
“El presupuesto es una herramienta de planificación y priorización de las políticas gubernamentales y un documento de alto valor público, tomado como referencia por los actores sociales para entender el contexto fiscal, financiero y económico”, indicó el Gobierno argentino a través del Informe de Gestión.
“En consecuencia, y como suele suceder en contextos volátiles y desafiantes como la actual coyuntura argentina e internacional, a medida que transcurre el ejercicio fiscal pueden requerirse ajustes y/o actualizaciones de las variables macro fiscales y de los gastos y recursos públicos, consistentes con el escenario imperante”, agregó el trabajo.
