Buenos Aires — El Gobierno argentino espera la primera inscripción para el Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI) en las próximas dos semanas. Así lo afirmó el coordinador de las Secretarías de Energía y Minería, Daniel González, que a su vez presidirá la comisión evaluadora de los proyectos que apliquen al flamante régimen.
Lo dijo en el marco de la inauguración de un parque eólico de Pampa Energía en Bahía Blanca. Es el sector energético es uno de los que se esperan más anuncios en el marco del RIGI. También en la minería.
Uno de los proyectos energéticos que ya se han anunciado pero que aún debe aprobarse es el de Transportadora de Gas del Sur (TGS) por US$700 millones para ampliar la capacidad de transporte del gasoducto Néstor Kirchner.
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“Tienen que presentar el proyecto. El Gobierno debe declararla de interés público, hacer una licitación por si otros quieren participar y después ellos (TGS) decidirán si lo presentan además como un proyecto RIGI”, precisó González.
Este anuncio de TGS choca con otro proyecto promovido por la Secretaría de Energía: la segunda etapa del gasoducto Néstor Kirchner, que conecte a la provincia de Buenos Aires con el centro del país. Según González, son compatibles: “A la larga hay que hacer las dos cosas”.t
Otro sector que mira con entusiasmo el régimen que establece estabilidad física, jurídica y aduanera por treinta años, para inversiones superiores a los US$200 millones, es el minero. En particular el litio y el cobre. El primero, que protagonizó un boom de inversiones en el país en 2022 producto del aumento del precio del carbonato de litio grado batería, ahora se encuentra revisando cada una de sus inversiones, ante un desplome del precio. El segundo que registra un gran potencial en Argentina, está empezando a dar señales de avances.
Una de esas señales fueron el acuerdo entre BHP y Lundin para los proyectos Josemaría y Filo del Sol, y el interés de First Quantum, dueña del proyecto con más reservas del país (Taca Taca, en Salta), de inscribirse al RIGI.
“Con precios bajos, el desarrollo del litio va a un ritmo un poco más lento, no hay ninguna duda. No cambia en nada el futuro del litio. Creo que no hay nadie que diga, bueno, ‘en estos precios no invierto’. Quizás el ritmo de la inversión puede ser un poco más bajo”, dijo González.
Mientras que para el metal rojo, clave para la transición energética, con una demanda que se según estimaciones se duplicará en los próximos veinticinco años, González aseguró que “la oportunidad es de un tamaño mucho mayor que la del litio”, pero que “estamos bastante más lejos de que eso suceda”.
El Gobierno proyecta que el sector energético motorizará inversiones por US$54.300 millones en los próximos años, según una reciente presentación de Vladimir Werning, vicepresidente del Banco Central (BCRA).
Minería, uno de los sectores más beneficiados
Gobierno nacional, cámaras empresarias y provincias están alineadas a promover el RIGI para acelerar el desarrollo de la minería en Argentina. El foco está, principalmente, en el litio y el cobre. El primero porque la caída de los precios ralentizó proyectos de construcción y de ampliación. El segundo, porque es un elemento clave para la transición energética, se prevé que la demanda irá in crescendo pero al necesitar de inversiones de miles de millones de dólares, las compañías reclaman mayor estabilidad.
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Un paso hacia ese sentido fue el acuerdo alcanzado semanas atrás entre la australiana BHP y la canadiense Lundin Mining Corporation que les otorga a ambas empresas la propiedad equitativa de los proyectos Filo del Sol y Josemaría, ubicados en la provincia del San Juan.
Alfredo Vitaller, VP de asuntos corporativos de Josemaría, precisó en un evento organizado en Chile que el objetivo sería instalar una planta que procese el cobre extraído en los dos proyectos y que esa planta esté bajo el RIGI. “Estimamos que la unión de los dos proyectos estará entre las 10 minas más grandes del mundo”, afirmó.
Uno de los incentivos más exigidos por los inversores, y que está incluido en el RIGI, es que el refiere al mercado cambiario, que exceptúa de la obligación de ingreso y/o negociación y liquidación en el mercado de cambios. Eso se dará en los siguientes tiempos:
- a) Veinte por ciento (20%) luego de transcurrido dos (2) años contados desde la fecha de puesta en marcha del VPU;
- b) Cuarenta por ciento (40%) luego de transcurrido tres (3) años contados desde la fecha de puesta en marcha del VPU;
- c) Ciento por ciento (100%) luego de transcurrido cuatro (4) años contados desde la fecha de puesta en marcha del VPU.
“La ‘fecha de puesta en marcha’ del VPU será lo primero que ocurra entre la fecha de la primera exportación del producto que constituye el objeto principal del Proyecto Único y la fecha en que se complete el 40% del monto mínimo de inversión en activos computables”, dice la norma.
También se destacó la incorporación de ampliación de proyectos preexistentes al RIGI, que deberán llevar “un sistema de contabilidad separada o constituir una Sucursal Dedicada que tenga por único objeto la ampliación del Proyecto Preexistente”, para que los beneficios alcancen únicamente a la producción que resulte de la ampliación de los proyectos.
La cuestión cambiaria y la energía renovable
El RIGI incluye las actividades de generación; almacenamiento; transporte y/o distribución de energía eléctrica de fuentes renovables y no renovables; de producción de otras energías bajas en carbono; bioenergía; y la captura, transporte y almacenamiento de dióxido de carbono.
Sin embargo, al ser actividades que no serán principalmente de exportación, el régimen establece criterios para que estas inversiones no distorsionen el mercado cambiario.
“Asimismo, cuando en base al Balance y flujo de divisas surja que el desarrollo del Proyecto Único requerirá una demanda neta de divisas en el mercado de cambios, la Autoridad de Aplicación deberá dar intervención al Banco Central de la República Argentina a fin de que emita su opinión respecto de la posible distorsión del mercado de cambios local”, dice la Ley.
El hidrógeno verde espera
Las empresas interesadas en proyectos de hidrógeno verde, recurso que busca reemplazar a los combustibles fósiles, vienen buscando por un régimen que asegure ciertas condiciones para inversiones que podrían alcanzar los US$8.000 millones, como el caso del anuncio de Fortescue, cuyo proyecto no ha evidenciado grandes avances en los últimos años.
Hay una condición del RIGI que podría excluir a este sector. Nicolás Eliaschev, socio del estudio Tavarone, Rovelli, Salim y Miani, dedicado al sector energético, apuntó en un evento organizado por la Cámara de Comercio Argentino Canadiense a que los tiempos que exige el régimen puede afectar estas inversiones.
El RIGI exige que para acceder al régimen se debe desembolsar el 40% del monto mínimo de inversión en los primeros dos años. En el caso de proyectos de Exportación Estratégica de Largo Plazo, cuyo mínimo de inversión es de US$1.000 millones (que podría ser el caso del hidrógeno), la inversión en los primeros dos años debe ser del 20% de US$2.000 millones.
El poco desarrollo que ha tenido el sector del hidrógeno verde en el mundo es un obstáculo que deberán analizar las empresas interesadas en invertir en el país.