Buenos Aires — La calificadora de riesgo norteamericana Fitch subió este martes a la Argentina a “CC” desde “C” para la emisión de deuda de largo plazo en moneda extranjera, fundamentando la decisión principalmente en que las autoridades económicas no hayan avanzado con un canje de deuda forzoso para organismos públicos.
En marzo, el ministro de Economía, Sergio Massa, había anunciado que organismos públicos como la ANSES venderían un 70% de su tenencia de bonos en dólares de ley local (Bonares) para comprar bonos en pesos del Tesoro, y que canjearían sus tenencias en Globales (bonos en dólares de ley extranjera) por títulos en pesos.
“Fitch ya no considera que se haya iniciado un proceso similar a un impago, ya que las autoridades no han manifestado una intención clara de llevar a cabo un canje de deuda intrapública anunciado en marzo”, argumentó la calificadora.
Según explicó la empresa estadounidense, el canje anunciado por Economía obligaría a “algunos acreedores del sector público a realizar operaciones específicas con sus tenencias de bonos soberanos argentinos en dólares emitidos tanto en mercados extranjeros como locales, lo que habría constituido un impago según los criterios de Fitch”.
Como Massa no ha dado indicios de que se avanzaría con la implementación de estas operaciones, “lo que requeriría otro decreto, y ya no está claro si lo harán ni cuándo”, Fitch tomó la decisión de revertir el downgrade de Argentina a la calificación de “C”.
El viernes último, S&P Global Ratings consideró que Argentina había entrado en default selectivo por otro canje de deuda en pesos, que fue rechazado por más del 70% de los acreedores del sector privado. Esa decisión también fue revertida este martes, con el soberano retornando a la calificación de CCC-.
¿Qué implica la calificación de Fitch Ratings para la Argentina?
De acuerdo a Fitch, con su calificación actual de “CC” Argentina se enfrenta a la probabilidad de que “se produzca algún tipo de impago en los próximos años, independientemente del resultado de las próximas elecciones”.
“Las autoridades están recurriendo a medidas heterodoxas para gestionar una situación económica desesperada en 2023, ya que una grave sequía ha agravado problemas ya profundos, y están tratando de renegociar su programa con el FMI (actualmente con incumplimientos) para desbloquear nueva financiación exterior”, señala el informe de la calificadora.
Y agrega: “El próximo gobierno tendrá que hacer frente a desequilibrios aún mayores y a compromisos políticos socialmente dolorosos, lo que dificultará la gobernabilidad. Por lo tanto, en opinión de Fitch, es cada vez más difícil prever un plan de ajuste postelectoral que alcance para garantizar una acumulación sostenida de reservas y la recuperación del acceso a los mercados, que el Estado necesita para hacer frente al servicio de la deuda comercial a medida que aumenta”.