Buenos Aires — Los desafíos que enfrentan los bancos argentinos fueron disminuyendo gradualmente, gracias a un crecimiento mejorado del crédito al sector privado, al mismo tiempo que los indicadores de calidad de activos y rentabilidad han mostrado un desempeño mejor de lo esperado, según un informe de la calificadora internacional de riesgo Fitch Ratings.
Fitch recientemente elevó la calificación del entorno operativo de los bancos argentinos a ‘CCC’ desde ‘CCC-’ y cambió la perspectiva de la calificación del entorno operativo de negativa a estable. Estas mejoras siguen a la actualización de la calificación soberana de Argentina a ‘CCC’, según explicó la compañía estadounidense.
Según explica el documento de Fitch, la evaluación del entorno operativo afecta directamente las calificaciones de estos bancos.
“Aunque el entorno operativo sigue siendo desafiante, se espera que el crecimiento real del crédito mejore en 2025 debido a la recuperación económica, una mayor demanda de crédito privado y la reducción continua de la exposición del sistema bancario al sector público, lo que incrementará su capacidad de otorgar préstamos al sector privado”, detallaron los analistas de la agencia.
Fitch espera que la tendencia reciente de mejora en los préstamos deteriorados y no productivos se mantenga, mientras que los índices de capital y liquidez deberían permanecer sólidos, dado que los bancos tienen una exposición directa relativamente baja al gobierno. Además, la firma estadounidense cree que la rentabilidad se beneficiaría de tasas de interés reales positivas previstas, ya que la demanda de dinero continúa recuperándose debido al endurecimiento de la política monetaria del gobierno, una reducción gradual de la inflación y la eliminación de los controles cambiarios. Estos factores permitirán mantener una recuperación saludable en la intermediación crediticia tras varios años de desplazamiento causado por amplios déficits fiscales.
Fitch proyecta una contracción del PIB de 3,6% en 2024 y un rebote del 3,9% en 2025, con un amplio margen de incertidumbre dependiendo del destino de los controles de capital. También se proyecta que las tasas de interés reales se tornen positivas a medida que la demanda de dinero se recupere y el Banco Central normalice la política monetaria mientras disminuye la inflación.
Por otro lado, la calificadora de riesgo prevé que las tasas de interés globales y domésticas sigan cayendo hasta 2025, lo que debería ayudar a reducir los costos de financiamiento a mediano plazo.
Los márgenes de interés netos alcanzaron su pico en 2024, aunque hay margen para reajustar las tasas de los préstamos sin afectar la calidad de los activos en un contexto de relajación de la política monetaria y de los controles cambiarios. Sin embargo, la rentabilidad bancaria podría mejorar ligeramente debido a mayores ingresos operativos no relacionados con intereses provenientes de servicios y operaciones bancarias transaccionales, así como a bajos cargos por deterioro de préstamos.