Buenos Aires — En medio de una inflación en niveles históricos, cuidar el bolsillo para tratar de preservar el poder adquisitivo se vuelve un desafío. Para poder afrontar esa situación, es importante administrar las finanzas personales y tomar decisiones adecuadas.
En ese sentido, registrar gastos, ahorrar, indagar sobre modos de financiación, tasas y prestar especial atención a posibles estafas son algunos de los puntos principales a tener en cuenta, de acuerdo con un reporte elaborado por banco Santander.
¿Cómo cuidar las finanzas personales?
1. Llevar un registro de los gastos: “Para poder controlar la economía personal, es esencial elaborar un registro de los gastos y un presupuesto anual, semestral o trimestral”, sostuvo y aclaró que “pueden incluirse los gastos fijos y también excepcionales, como alguna compra fuera de lo habitual”.
“Para ello, la organización es el primer paso clave teniendo en cuenta los ingresos y egresos, incluso los gastos hormiga que, por más que parezcan inofensivos, al acumularse pesan en el registro general”, aseguró.
2. Ahorro e inversión: Una vez armado el presupuesto, si se cuenta con capacidad de ahorro, “el siguiente paso es evaluar qué hacer con ese dinero, es decir, si apelar a una estrategia de ahorro o invertirlo, ya sea para estar protegido frente a un imprevisto, por un objetivo a alcanzar o para preservar ese dinero del impacto de la inflación”, apuntó.
3. Formas de financiación: Tarjetas, préstamo personal y prendario. “El financiamiento es una de las herramientas más utilizadas tanto en empresas como en la economía del hogar. A veces, hay que afrontar un gasto inesperado, o se precisa comprar algo y no se cuenta con el dinero necesario o no se lo quiere usar; por eso es importante identificar cuándo la financiación es una buena opción para afrontar el gasto y cuál es la más conveniente según el caso”, remarcó la entidad financiera.
“Toda financiación implica pagar intereses; una forma de reducir la carga de estos es acortar el plazo de pago, ya que en 12 cuotas se paga más que en seis. También hay que prestar atención al tipo de financiación. Entre los productos bancarios más populares están las tarjetas de crédito, pero, en este caso, se recomienda siempre pagar todo el resumen y no abonar sólo el pago mínimo, ya que de ese modo se tarda mucho en cancelar la deuda y, además, la tasa de interés es la más elevada de todas las opciones”, explicó.
4. Qué tasas hay que mirar: El C.F.T. (costo financiero total) o la T.E.A (tasa efectiva anual). “La tasa de interés (T.E.A) es el precio que se debe pagar por tomar dinero prestado, pero no es el único gasto asociado a la financiación. También se cobran comisiones por evaluar los datos de la concesión del préstamo, por la tramitación, la gestión, los seguros y los impuestos obligatorios”.
“El costo financiero total (C.F.T.) es la suma de los intereses y de todos los demás gastos relacionados con el crédito (T.EA. + comisiones + gastos). Por consiguiente, es el dato que hay que tener en cuenta al elegir un préstamo, ya que, aunque la tasa de interés sea superior, lo importante es el total del gasto; es decir, que el C.F.T. sea inferior implica que, en conjunto, se pagará menos por dicho préstamo”, indicó.
5. Extremar los cuidados con potenciales estafas: “Para no caer en estas estafas, hay que desconfiar si se recibe un mensaje de texto, WhatsApp, mail o una llamada inesperada; si el mensaje o quien contacta transmite una situación de urgencia para resolver rápidamente; si solicitan abrir un enlace, descargar un documento, llamar a un número, proporcionar información sensible o hacer un pago”, apuntó.
Recomendó sospechar también “si ofrecen productos en condiciones ventajosas o informan de consecuencias negativas si no se realiza cierta acción”. “Jamás se deben compartir contraseñas y códigos de seguridad con nadie, ni siquiera con empleados del banco; nunca hay que descargar software, ni dejar que accedan a los dispositivos propios de manera remota, ni ingresar las credenciales del home banking después de hacer clic en enlaces”.