Experto de Deutsche Bank compara al yen japonés con la lira turca y el peso argentino

El yen es la tercera moneda más negociada y Japón la cuarta economía más grande del mundo, pero el ejecutivo la vinculó con las dos monedas de peor desempeño entre emergentes

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Bloomberg — Es poco probable que la defensa del yen por parte del Banco de Japón funcione, según el jefe global de análisis de divisas de Deutsche Bank AG, que comparó la divisa con las dos monedas de peor desempeño en los mercados emergentes durante la última década.

“Un simple vistazo a los factores que impulsan al yen —rendimiento y cuentas externas— ubica al yen japonés en la misma liga que la lira turca y el peso argentino”, afirma George Saravelos en una nota a clientes. “La intervención japonesa para defender al yen será, en el mejor de los casos, ineficaz y, en el peor, empeorará la situación”.

Comparar el yen con las monedas de estos países en desarrollo, que se han depreciado más del 90% frente al dólar en 10 años, resulta llamativo, dado su estatus tradicional de refugio para los inversionistas internacionales. El yen es la tercera moneda más negociada a nivel mundial y Japón es la cuarta economía más grande del mundo.

El yen registró el martes su mayor caída en un día desde abril, después de que una modificación por parte del Banco de Japón de su límite a los rendimientos de los bonos decepcionara a los inversionistas, que esperaban un endurecimiento de la política monetaria, y sugiriera que cualquier alejamiento de una postura ultralaxa sería lento y gradual. Masato Kanda, máximo responsable de divisas del Ministerio de Finanzas japonés, declaró el miércoles que las autoridades están preparadas para actuar en caso necesario.

Saravelos afirma que cualquier intervención cambiaria de las autoridades japonesas podría impulsar aún más al dólar estadounidense. Predice que las salidas de capital de Japón se acelerarán a medida que los rendimientos locales ajustados por la inflación se adentren más en territorio negativo.

El bajo desempeño general del yen en los últimos dos años solo podría revertirse cuando ocurra una cosa muy sencilla: el Banco de Japón comience a subir las tasas, y mucho más que un pequeño movimiento hacia cero”.

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