Buenos Aires — Este miércoles se puso en marcha la cuarta mina de litio en Argentina, que empezará a producir carbonato de litio desde noviembre y alcanzará una producción de 24 mil toneladas en 2025. El proyecto es operado por Eramine Sudamérica, un joint venture entre la empresa francesa Eramet (50,1% de las acciones) y la china Tsingshan (49,9%). El Estado francés posee el 25% de Eramet.
Se trata del primer proyecto de litio en la provincia de Salta y el primero que utiliza la tecnología de extracción directa de litio. Es también el primer proyecto que produce en el país que tiene a una empresa europea como principal accionista.
La firma invirtió hasta US$870 millones para la puesta en marcha de la planta y ya analiza la construcción de una segunda planta para producir 30 mil toneladas de litio por año. Implicaría una inversión de US$800 millones. En conferencia de prensa, los ejecutivos de las empresas aseguraron que es condición necesaria la disponibilidad de divisas y la estabilidad en las reglas. Y que están a la espera de la instrumentación del RIGI para definir si inscriben el proyecto en este régimen.
VER MÁS: Argentina desatará una ola de litio en medio de un exceso global
“El proyecto ha sido pre-aprobado y ya hemos gastado dinero, pero la aprobación definitiva está sujeta a los permisos de la provincia y a la aplicación final del proyecto RIGI, porque queremos saber la condición a la que este proyecto será elegible en términos de condiciones fiscales y económicas”, dijo desde Salta Christel Bories, CEO de Eramet.
Negocio del litio
Bories precisó que el EBITDA calculado para esta primera planta de producción de carbonato de litio oscila entre los US$210 millones y US$315 millones al año, calculando un precio de entre US$15.000 y US$20.000 la tonelada de litio.
La capacidad máxima se alcanzará el año próximo y exportarán los recursos desde Chile, transportando el mineral por Atacama. La producción de la mina demandará 350 empleos directos y 1200 indirectos. La construcción demandó 2500 empleos directos de los cuales el 80% fueron salteños, precisó la empresa. Estiman, a su vez, que todos los años la producción generará contribuciones para Salta y Argentina por US$160 millones.
Respecto a la importante caída que sufrió el precio del carbonato de litio, que en algunos contratos alcanzó los US$80 mil por tonelada a finales del 2022 y hoy se negocia entre los US$15 mil y US$20 mil, desde la empresa explicaron que “lo que pasó hace dos años fue una anomalía, porque el mercado estaba empezando a enloquecer con todos los anuncios de los gobiernos”, y que ellos proyectaban un mercado más cercano a los US$15 mil.
En ese sentido, Nicolas Carre, CFO de Eramet, dijo en una entrevista con Bloomberg Línea que “el costo en efectivo se sitúa entre US$4.500 y US$5.000 dólares por tonelada, esto significa que incluso con un precio de 15.000 dólares por tonelada, seguimos teniendo un margen de US$10 mil”.
Además, precisaron que en una primera instancia los principales mercados serán los asiáticos, donde domina China pero también compiten Corea del Sur y Japón.
VER MÁS: Las 41 empresas que apuestan al litio en Argentina: cuánto exportarán y qué esperar del precio
Necesidad de estabilidad
“No necesitamos incentivos, necesitamos estabilidad”, dijo Bories, CEO de Eramet. “Hacemos pronósticos con determinadas reglas, entonces cuando se cambian esas reglas, y para peor, generan problemas”, agregó, en referencia al contexto macroeconómico de Argentina y al Régimen de Incentivos a Grandes Inversiones sancionado en el Congreso.
Alejandro Moro, CEO de Eramine Sudamérica, agregó su rechazo al cambio impuesto en el paquete fiscal por el cual se le permite a las provincias subir el tope de las regalías mineras del 3% al 5% y aseguró que no cree que ese cambio vaya a ocurrir en Salta, que fue calificada como una de las mejores regiones de Latinoamérica para inversiones mineras.
“A los inversores les interesa además la seguridad jurídica. Más allá de la oportunidad de los recursos y el talento, quieren poder repatriar las divisas, que es clave para tomar la decisión de saldar deudas y recompensar a los accionistas. Para reinvertir, tenemos que tener un tipo de cambio libre. La devolución del IVA es otro desafío”, dijo Bories.
