Buenos Aires — En los primeros ocho meses del año, Estados Unidos se ubicó como el cuarto destino de las exportaciones argentinas (US$4.605 millones) y el tercero en importaciones (US$4.892 millones). En el primer trimestre del año, fue el tercer origen de los flujos de inversión extranjera directa por detrás de Brasil y España, con US$1.022 millones.
En exportaciones se ubicó US$400 millones por detrás de China y en importaciones US$3.000 millones menos. En inversiones directas lo superó por US$600 millones.
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El resultado de la elección de este martes 5 de noviembre será clave para el Gobierno argentino de Javier Milei, que ha apoyado al candidato republicano Donald Trump y que ha ratificado su alineamiento con Estados Unidos e Israel.
Marcelo Elizondo, presidente de la International Chamber of Commerce (ICC) en Argentina, explica que el vínculo con el país norteamericano es “eminentemente geopolítico” en este tiempo, en un contexto en el que se ha producido un relativo movimiento concentrador del comercio entre socios (creció el vínculo entre países alineados y disminuyó entre socios “menos amigables”). Y en un mundo en el que aún no se concretó el anunciado ‘nearshoring’, “porque el comercio internacional se intensifica entre ‘amigos’ (‘friendshoring’) más allá de que están más o menos cerca”.
Argentina avanza en la explotación de sectores estratégicos como el gas y petróleo de Vaca Muerta y en la minería: principalmente el litio y el cobre. En ese sentido, dos noticias de fusiones y adquisiciones y ventas se han producido en las últimas semanas. Arcadium Lithium, empresa fruto de la fusión de Livent (Estados Unidos) y Allkem (Australia) fue adquirida por Rio Tinto (Australia). Además, se confirmó la venta de los activos de Exxon Mobile (Estados Unidos) en Vaca Muerta a la petrolera local Pluspetrol.
“Las empresas pivotean en un trípode de adaptabilidad innovativa (la tecnología supera a la geografía), desarrollo de capacidad productivo-corporativa internacional y la preferencia por la confianza política”, dice el informe de Elizondo. Es así que las empresas “han comenzado a ponderar a la geopolítica como circunstancia relevante”.
Y si bien impacta más en las grandes economías, “para Argentina ésto es un componente crítico para su definición internacional”, concluye el informe de Elizondo.
