Elecciones 2023: Siete urgencias económicas que esperan al nuevo gobierno de Javier Milei

Expectativas de devaluación, brecha, cepo, negociación con el FMI, inflación y tarifas atrasadas, entre los principales desafíos que esperan al flamante presidente electo de la Argentina

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Buenos Aires — El tiempo de festejos para Javier Milei no podrá extenderse. Los múltiples desequilibrios que fue acumulando la economía argentina le demandarán al nuevo Gobierno soluciones urgentes y el presidente electo del país difícilmente cuente con el tácito período de gracia que la sociedad suele dar a las administraciones entrantes.

La economía argentina parece haber llegado a la crucial elección del domingo con el último aliento. Las delicada situación en que se encuentran reservas netas del Banco Central, la deuda récord con importadores y las alarmas por desabastecimientos, el acuerdo con el FMI, la inflación del 140% interanual incluso con precios reprimidos, la brecha cambiaria en niveles del 180% y un déficit para el que se agotaron las vías de financiamiento son solo algunos de los problemas que esperan a la puerta del despacho que ocupará Javier Milei desde el 10 de diciembre.

Negociación con el FMI y vencimientos de deuda

Uno de los primeros escollos que deberá afrontar el nuevo Gobierno es la renegociación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El acuerdo en las condiciones actuales, coinciden economistas privados, está virtualmente caído y en el primer mes del próximo año el país debe hacer frente a un pago de casi US$1.950 millones al organismo, para los que no tiene reservas suficientes. Ese mismo mes se suman, además, los compromisos de deuda con acreedores privados, que superan los US$1.500 millones.

El problema no termina ahí. Las necesidades de dólares de la nueva gestión en los primeros 13 meses, señaló un reciente informe de la consultora Eco Go, alcanzan un total de US$11.500 millones, de los cuales US$2.600 millones corresponden al período que va desde diciembre a marzo. Dicha cifra abarca a los pagos netos de deuda de nación, provincias y corporativos.

Aun si se hicieran efectivos los desembolsos del FMI de diciembre de este año y en marzo del año que viene, estos no alcanzan para cubrir los pagos de deuda actualmente vigentes”, marcaron desde la consultora.

Ante ese panorama, advirtieron: “Sabiendo que para ello no se cuentan con dólares propios, la solución reside en un acuerdo rápido con el FMI para conseguir el desembolso y/o algún financiamiento extra que se pueda conseguir del mercado, particularmente las cerealeras. Ambas situaciones requieren un salto cambiario enmarcado en un programa de estabilización”.

Dólares paralelos y expectativas de devaluación

Con el triunfo del candidato libertario, que antes de las elecciones generales de octubre había expresado que el peso valía “menos que excremento”, se espera que los dólares paralelos vuelvan a avanzar con fuerza desde esta semana.

En caso de que este avance del dólar blue, el dólar MEP y el contado con liquidación que anticipa el mercado termine materializándose, se ampliará todavía más a una brecha cambiaria que ya se ubica en niveles del 169%.

Esa diferencia, sumada a las necesidades de dólares que tendrá el nuevo gobierno, supondrá una presión adicional para el tipo de cambio oficial. Las expectativas de un salto abrupto también posiblemente se vean reflejadas desde estos días en el mercado de dólar futuro.

Brecha, reservas y cepo

Para Francisco Ballester, director de MindY-Economics, “la brecha cambiaria es el desafío más urgente que le deja Massa al próximo gobierno”. De acuerdo al economista, el será “esencial resolver esto para recomponer reservas y evitar una crisis” y recordó que “la última vez que se intentó bajar una brecha de este tamaño, entramos a un régimen de alta inflación que duró 15 años.

El principal problema son las reservas. El BCRA tiene que empezar a sumar y con la brecha así está muy complicado”, expresó Ballester. Ante ese panorama, consideró que el próximo gobierno tendrá tres opciones: endurecer el cepo a las importaciones, ya muy pisadas, lo que generará “un derrumbe” en la actividad; devaluar con cierta simplificación del cepo; y avanzar hacia una unificación cambiaria.

Y respecto de estos dos últimos puntos, advirtió: “Van a implicar aceleración inflacionaria con seguridad. La pregunta es si eso se convierte en una espiralización (Rodrigazo) o no y la respuesta a eso va a depender del plan integral que se use para anclar las expectativas”.

Deuda con importadores

Levantar las restricciones cambiarias vigentes en Argentina no será tarea sencilla, más allá de que economistas privados coinciden en la necesidad de hacerlo para fortalecer el nivel de reservas.

Entre otros motivos, apuntan a la deuda récord con importadores, superior a los US$54.000 millones de acuerdo a estimaciones de Romano Group. En un reciente informe, desde la firma incluso habían advertido que dos de cada tres dólares de esta deuda récord que acumula el Banco Central (BCRA) con importadores son “exigibles”.

Eso significa que de los US$54.000 millones a los que ascendió la deuda con importadores de bienes y servicios, monto superior al crédito que tomó la Argentina del Fondo Monetario Internacional (FMI) en 2018, más de US$35.000 millones (66%) no tienen vencimiento pactado o bien un vencimiento inferior a los tres meses, lo que implica que podrían ser demandados en el corto plazo.

Inflación y precios reprimidos

Otra de las principales urgencias que deberá enfrentar Javier Milei cuando asuma la Presidencia de la Argentina es el de una inflación que ya viaja al 140% interanual y que, según proyectan los analistas, podría cerrar 2023 por encima del 185%.

Pero además del esperado salto del tipo de cambio, otro factor que sumaría combustible a los precios es la “inflación reprimida”, que según estimaciones de la consultora 1816, sería de al menos el 43%.

Según Salvador Vitelli, jefe de research de Romano Group, la inflación reprimida durante la actual gestión representa una “olla a presión”. Es que según calculó, los precios regulados en la gestión actual acumulan una caída del 33% en términos reales.

Tarifas y distorsión de precios

La dinámica de los precios en Argentina también ha dado lugar a una serie de peculiaridades. Entre ellas, una significativa distorsión de precios. A esta dinámica se refirió la consultora Focus Market en un reciente informe, en el que precisó que estas distorsiones serán “un verdadero problema” para la siguiente administración.

Argentina viene tomando como política pública hace más de 15 años la intervención en el mercado con la regulación de precios. Esto ha llevado a menos mercado con precios más altos sin abordar las causas fundantes de la inflación”, evaluó Damián Di Pace, director de la consultora.

Según el reporte, entre los “desfasajes importantes” se encuentran que un kilo de yerba mate equivale al mismo valor que una factura de luz, o un kilo de uvas equivale a 20 litros de nafta súper.

A su vez, el informe reflejó que “una pizza vale lo mismo que 200 boletos de tren y un kilo de helado es igual a 115 boletos de colectivo”. Otro de los ejemplos apuntan al kilo de asado, que cuesta lo mismo que 1,5 boletas de gas subsidiado.

Déficit y deuda pública

Una última urgencia que deberá afrontar Milei, acaso la madre de todas las batallas en materia económica, será poner fin al déficit fiscal que desde hace años aflige a la Argentina.

Ya agotadas las vías del financiamiento monetario del déficit y del endeudamiento, desde La Libertad Avanza deberán impulsar un saneamiento de las cuentas públicas, deficitarias en 113 años de los últimos 123. Desde el espacio que conduce Javier Milei, cabe recordar, han prometido en reiteradas oportunidades un recorte del gasto en modo motosierra, lo que permitiría una reducción de 15 puntos del producto.

Según datos de Francisco Ballester, el déficit fiscal primario trepó en la actualidad al 3,2% del PBI desde el 2,4% cuando asumió Massa.

El nivel de deuda pública, además, trepó en octubre por encima de los US$419.000 millones, US$106.000 millones más que el stock a diciembre de 2019, cuando asumió Alberto Fernández y US$39.000 millones por encima de los niveles que exhibía cuando Massa llegó al Ministerio de Economía.

De ese monto, 35,9% corresponde a deuda en pesos y el 64,1% restante a compromisos en moneda extranjera. De la deuda en pesos se destaca que un 98% está indexada ya sea a la evolución de los precios, del tipo.