El gráfico que muestra cómo se viene frenando el gasto de argentinos en supermercados

Los últimos datos oficiales reflejan una desaceleración en el consumo, que solo se sostiene por anabólicos como el programa Precios Justos o las promociones de las grandes cadenas

Por

Buenos Aires — La recesión empieza a asomar en la Argentina y amenaza con impactar de lleno en una dinámica crucial para el Gobierno. Pese a que el FMI aún espera que el país crezca un leve 0,2% este año, economistas privados coinciden en que la economía argentina se contraerá durante 2023, en un escenario de persistente inflación y elevadas tasas de interés que provocarían una caída en el consumo masivo, dinamitando las posibilidades del oficialismo de cara a las elecciones 2023.

Pero esta merma en el nivel de consumo empezaría a verse recién a mediados de este segundo trimestre del año, en la antesala de las elecciones PASO. Por lo pronto, los últimos datos oficiales difundidos por el Indec ya empiezan a dar cuenta de una desaceleración en el consumo en supermercados, aunque las expectativas son que la contracción podría hacerse más evidente en los próximos meses.

Tres de las últimas seis encuestas de supermercados difundidas por el Indec reflejaron una caída en las ventas respecto del mismo mes del año anterior. Las variaciones interanuales registradas fueron de -0,2% en agosto, +0,8% en septiembre, -1,5% en octubre, +2,5% en noviembre, -2% en diciembre y +0,8% en enero, último dato oficial disponible.

A pesar de esta desaceleración de los últimos meses, el saldo del año pasado terminó siendo favorable en lo que respecta a ventas en supermercados: el acumulado enero-diciembre de 2022 presentó un aumento de 1,6% respecto a igual período de 2021.

--- Seguínos en las redes sociales de Bloomberg Línea Argentina: Twitter, Facebook e Instagram ---

Panorama hacia adelante y luces de alarma

El hecho de que el deterioro en el nivel de ingresos no se haya trasladado todavía con mayor fuerza al consumo en supermercados se explica principalmente por la presencia de “anabólicos” que mantienen la demanda: entre ellos, el programa de Precios Justos que impulsó el Gobierno o las promociones y la diversidad de medios de pago que ofrecen las cadenas más grandes.

Andrés Borenstein, economista jefe de Econviews, explica que la dinámica de ventas en supermercados “viene sostenida por Precios Justos en algunos rubros, pero la tendencia es declinante”. Es que, según sus estimaciones, la economía caerá 4,5% este año, por lo que anticipa que es “difícil que mejore” el desempeño. “Con suerte no empeora”, agregó.

Calculadora de Inflación Acumulada

Similar diagnóstico realizó Santiago Manoukian, economista jefe de Ecolatina. “El freno en el consumo masivo ya comenzó a vislumbrarse desde finales de 2022, aunque escondiendo en su interior que el desempeño del consumo viene siendo más favorable en las grandes superficies. Es decir, en supermercados e hipermercados”, indicó.

“De acuerdo con datos de Scentia, en 2022 el consumo en los supermercados trepó 3,1% i.a., mientras que en autoservicios independientes subió 0,8%. Esta diferencia se ha ido agudizando en los últimos meses: en el primer bimestre, las ventas en supermercados suben 8% i.a., cayendo 9% i.a. en autoservicios. Esta dinámica se encuentra explicada en gran medida por las promociones (incluyendo la vigencia de Precios Justos) y la diversidad de medios de pago que ofrecen las cadenas más grandes”, explicó.

Isaías Marini, de Econviews, también señala que, de momento, “el consumo privado no acusó recibo del impacto de la sequía”. Sin embargo, recordó que “la dinámica inflacionaria viene empeorando y nada indica que los salarios le ganarán este año”.

Ante ese escenario, agregó que “el enfriamiento indefectible de la economía implicará una caída del empleo -especialmente el informal- que había sido uno de los factores de sostén y crecimiento del consumo durante 2022″. Por todo ello, anticipó que “es probable que se empiecen a ver signos más evidentes de contracción en el consumo y la actividad desde mediados del segundo trimestre”.

También un reciente informe de BBVA Research se refirió a la dinámica del consumo privado y proyectó una contracción de 3,3% en 2023 y de otro 4,4% en 2024. “El endurecimiento de las restricciones a las importaciones complica la producción industrial y la cadena de pagos. Además, la alta inflación seguirá erosionando los salarios reales presionando a la baja del consumo privado y perjudicando a una actividad que ya siente el efecto de la sequía. Así, la actividad caería 2,5% en 2023″, advirtió el trabajo.

Elecciones en Argentina 2023

Caen consumos con tarjeta de crédito

En ese sentido, cobra especial relevancia un reciente informe de First Capital Group (FCG) titulado “El uso de tarjetas de crédito se desacelera por menor oferta de cuotas”. Según reflejó el trabajo, las operaciones con tarjeta de crédito registraron en marzo un aumento de 5,2% nominal respecto del mes anterior, cifra que se ubica por debajo de la inflación esperada para este período.

“A pesar del incremento de los precios de los bienes que se adquieren con tarjeta de crédito, observamos que los saldos financiados no crecen en el mismo ritmo”, señaló Guillermo Barbero, socio de FCG.

“Pensamos que varios factores influyen para que se de este fenómeno: una menor oferta de cuotas por parte de las Entidades Financieras debido al alza del costo de los fondos para las mismas, una autolimitación por parte de los consumidores a comprar en cuotas debido a los mayores costos por financiamiento, un parque de tarjetahabientes que tiende a achicarse por el incremento del riesgo crediticio y por último, pero no menos importante, límites de crédito que no crecen con la frecuencia y en el importe necesario para absorber los mayores gastos”, agregó.