Bloomberg — La administración Biden apoyaría el adelanto de los desembolsos del programa de Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI) de US$44.000 millones, en caso de que las autoridades del país logren negociar con éxito un nuevo calendario con el prestamista, según funcionarios estadounidenses familiarizados con el asunto.
De acuerdo al programa actual, Argentina debe recibir US$10.600 millones del FMI entre junio y diciembre. Sin embargo, el Gobierno argentino presionado por un balance de reservas internacionales cada vez más escasas, una inflación fuera de control y una sequía sin precedentes, pretende adelantar parte o la totalidad de la financiación del FMI a junio.
Elecciones 2023 en Argentina
EE.UU. estaría a favor de adelantar los pagos porque ve la necesidad de evitar que la crisis económica de Argentina empeore, dijeron los funcionarios, que pidieron no ser identificados sin permiso para hablar públicamente.
El Gobierno argentino tiene previsto argumentar ante el FMI que la grave sequía que sufre el país escapa a su control y que necesita los fondos lo antes posible para atajar la crisis.
El apoyo de Estados Unidos es importante, dada su condición de mayor accionista del FMI y el deseo del Fondo de tomar decisiones por consenso.
Las condiciones que pondría el Fondo
Pero negociar la distribución anticipada del préstamo con el personal del FMI no será tarea fácil para Argentina. Es probable que el Fondo exija condiciones que podrían ser difíciles de cumplir para el país, y Argentina tiene un largo historial de incumplimiento de los objetivos que le fija el FMI.
Otro funcionario estadounidense advirtió de que Estados Unidos tendría que revisar cualquier acuerdo del personal y consultar con la dirección del FMI y otros miembros del directorio antes de adoptar una postura oficial.
El Departamento del Tesoro, el Consejo de Seguridad Nacional y el Ministerio de Economía de Argentina declinaron hacer comentarios.
Los bonos argentinos se han hundido profundamente en territorio de dificultades en los tres años transcurridos desde que la nación reestructuró US$65.000 millones en deuda externa. Los títulos con vencimiento en 2030 subieron 0,7 centavos el miércoles a unos 25,6 centavos por dólar, mientras que el tipo de cambio paralelo de la nación, conocido localmente como el canje de blue-chips, se fortaleció hasta un 2,5% a unos 450 pesos por dólar.
Una portavoz del FMI dijo que el Fondo sigue trabajando muy estrechamente con las autoridades argentinas para fortalecer el programa del país en el contexto de la sequía, y que las discusiones sobre la próxima revisión están en curso y continúan de manera constructiva.
Argentina es el mayor prestatario del FMI y tiene una historia complicada con el fondo después de que 22 programas diferentes en casi 70 años hicieran poco por arreglar una economía propensa a las crisis.
El programa actual ya está mal encaminado, ya que es probable que el gobierno no haya alcanzado los objetivos clave hasta finales de marzo, mientras que la inflación anual alcanzó el 104% y el peso se desplomó en los mercados paralelos. Estos contratiempos obligaron a los responsables políticos a volver a la mesa de dibujo para revisar el préstamo.
Argentina también se enfrenta este año a unas elecciones presidenciales inestables, y la oposición podría considerar que aceptar un programa financiero menos estricto favorece al gobierno de cara a las elecciones de octubre.
Historia complicada
Aunque inusual para sus estándares, el FMI ha adelantado efectivo a Argentina antes. En 2018, el FMI aprobó adelantar desembolsos al gobierno del ex presidente Mauricio Macri mientras la economía se hundía en una crisis monetaria desencadenada por otra importante sequía. Sin embargo, más efectivo por adelantado no estabilizó la economía y el programa se suspendió en torno a las elecciones presidenciales de 2019.
Para complicar más las cosas, la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, que a lo largo de los años ha criticado repetidamente al FMI, culpó la semana pasada al programa existente del malestar económico del país, quejándose de que las normas del fondo impedían al banco central intervenir para frenar la caída del peso.
La economía argentina afronta uno de sus momentos más graves, con la sequía llevando la actividad a la recesión y las reservas internacionales desplomándose incluso después de que el Fondo desembolsara 5.400 millones de dólares en financiación fresca a principios de abril, con lo que los desembolsos en el marco de la facilidad ampliada del Fondo ascienden a 28.900 millones de dólares.
Con la colaboración de Patrick Gillespie y Scott Squires.
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