Bloomberg — La economía argentina se expandió en agosto a pesar de una fuerte devaluación de la moneda que desató una espiral de precios no vista en tres décadas.
La actividad económica creció un 1,3% en agosto respecto al mes anterior, según datos del Gobierno publicados el martes. Frente a igual mes del año pasado, el indicador, una aproximación del producto interno bruto, aumentó un 0,3%, lo que se compara con la mediana de las estimaciones de los economistas de una caída del 2,2%.
La sorpresiva victoria del Javier Milei en las elecciones primarias a mediados de agosto provocó el desplome del peso, los bonos y las acciones del país y llevó al actual Gobierno a devaluar el tipo de cambio oficial un 18% y aumentar la tasa de política monetaria en 21 puntos porcentuales. La inflación mensual en agosto se aceleró un 12,4%, un nivel no visto desde que Argentina salía de la hiperinflación a principios de los años 1990.
En las elecciones generales del domingo, el ministro de Economía, Sergio Massa, venció a Milei, lo que representa el peor escenario para los mercados de cara a la segunda vuelta que se realizará en noviembre. Se espera que el próximo Gobierno herede una recesión acompañada de una inflación de tres dígitos.
El producto interno bruto de Argentina cayó un 2,8% en el segundo trimestre, el mayor descenso desde el peor momento de la pandemia a principios de 2020. Una sequía histórica que acabó con US$20.000 millones en exportaciones agrícolas y aceleró la inflación de los alimentos tuvo un fuerte impacto en la economía. Los economistas encuestados por el banco central prevén que el PIB caiga un 2,8% este año y que se vuelva a contraer en 2024.
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