Buenos Aires — El Gobierno argentino reconoció que detrás de la competencia de monedas que venía pregonando se esconde en realidad una propuesta inédita de dolarización. El propio Javier Milei explicó la semana pasada que esa “dolarización endógena” sería la puntada final del esquema monetario que venía tejiendo en silencio y ante las aparentes dudas del propio Fondo Monetario Internacional.
Dos semanas atrás, el Fondo reconoció por primera vez su aceptación tácita a una competencia de monedas. Lo hizo al publicar un comunicado en el que anunciaba que había alcanzado un acuerdo a nivel técnico con el país por la octava revisión del programa. Pero apenas una semana después, al participar del 41° Congreso Anual del IAEF, Milei redobló la apuesta y anunció esa “dolarización endógena” de la economía como eslabón final de su programa.
Se trató de la primera vez, desde la campaña electoral, que el oficialismo volvía a hablar abiertamente de dolarizar la economía. La curiosidad del caso es que estas declaraciones llegaron ocho días después del comunicado del FMI y seis días después de que el ahora ex jefe de Gabinete, Nicolás Posse, presentara un Informe de Gestión ante el Senado en el que el Gobierno decía de manera expresa que no estaba en agenda una dolarización.
Dudas en el FMI
Héctor Torres, exrepresentante argentino ante el FMI, revela que dentro del organismo persisten las dudas respecto de esta competencia de monedas inédita que conduzca a una dolarización endógena, que propone Milei.
“Los países miembros del FMI son libres de adoptar el régimen de cambios que más les convenga. Lo único que no pueden hacer es “manipular los tipos de cambio (…) para obtener ventajas competitivas desleales” (Artículo IV, iii del Convenio Constitutivo). Por eso el FMI aceptó la decisión del gobierno de ir hacia una ‘competencia de monedas’”, explica.
Sin embargo, agrega, “al hablar con mis excolegas del Fondo noto muchas dudas sobre cómo podría operar esa ‘competencia de monedas’ con un peso tan débil”.
Torres recuerda que “en Perú hay un sistema bimonetario que funciona bien”, pero subraya que “para tener una competencia de monedas ‘a la peruana’, lo primero que nos haría falta es tener un banco central ‘a la peruana’”.
“El sol puede ‘competir’ con el dólar porque nadie se propone reemplazarlo por el dólar. Competir y ‘dolarizar’ son cosas muy distintas y antagónicas”, remarcó.
Dolarización endógena: qué es, ventajas y riesgos
Si bien no ahondó en detalles ni precisó cuándo se pondría en marcha, Javier Milei adelantó que una vez que pueda levantar el cepo cambiario buscará poner en marcha un esquema de competencia de monedas, donde convivan el peso y el dólar, pero en el que la cantidad de pesos se mantendrá inmovilizada.
Durante su participación en el Congreso Anual del IAEF, el ministro de Economía, Luis Caputo, también mencionó a la dolarización como “una meta” aunque expresó que “a lo que vamos es a una competencia de monedas”.
“El esquema que diseñamos va a implicar que no va a haber más emisión por déficit y no va a haber emisión por pasivos remunerados. El bien escaso va a ser el peso”, indicó.
Una vez que eso ocurra, adelantó el presidente Milei, se buscará remonetizar la economía con los dólares que los argentinos ya atesoran, dejando entrever que sería mediante los dólares que la sociedad tiene ‘bajo el colchón’.
Según estimaciones del Indec, el sector privado no financiero argentino tiene activos en dólares fuera del sistema financiero local por casi US$400.000 millones. De ese monto, calculó la consultora 1816, unos US$200.000 millones están ‘bajo el colchón’. El ingreso de esos dólares físicos al sistema sería crucial para la implementación del programa que propone Milei.
Además de remarcar que se trata de una propuesta “inédita” y “que no tiene precedente en la historia económica mundial”, los analistas de 1816 consideraron en un informe a clientes enviado el viernes pasado que “el plan que describe Milei es audaz” ya que representa “una apuesta a ‘todo o nada’”.
“Si sale bien, eliminaría por completo la inflación. Si sale mal, no puede descartarse una fuerte aceleración de los precios en moneda local si es que, con el dólar como moneda de curso legal, se derrumba la demanda de pesos y además el mercado desconfía de que la eliminación de la emisión monetaria sea permanente”, concluyeron.
“Una vez eliminada la emisión, el plan requeriría que el Congreso apruebe la prohibición de imprimir y que la gente saque los dólares del colchón para que crezca la base monetaria amplia y la economía no vaya a una recesión deflacionaria”, alertaron.
Otro de los puntos salientes del trabajo busca abordar una de las principales dudas que quedó del nuevo plan dolarizador de Milei: qué pasará con el tipo de cambio en este esquema.
“No es claro qué sucedería con el valor del peso en relación al dólar: mientras que la oferta de pesos estaría fija, no es fácil predecir cuál sería el piso de su demanda una vez que se liberen todas las restricciones y que el dólar se vuelva moneda de curso legal. En este sentido, sería el propio mercado quien defina la velocidad de desmonetización del peso y cuán pronto (o tarde) se avanzaría a la dolarización final”, escribieron.
¿Qué pasa con el swap?
Estas dudas que resurgen en torno al esquema monetario que plantea el Gobierno se suman a la incertidumbre que persiste en torno a los abultados vencimientos del tramo utilizado en 2023 del swap de reservas con China.
Casi tres semanas atrás, el Banco Central argentino reveló que el Gobierno de deberá afrontar, o renegociar, vencimientos por unos 35.000 millones de yuanes entre junio y julio, equivalentes a más de US$4.800 millones.
Al publicar los estados contables correspondientes al ejercicio 2023, la entidad que preside Santiago Bausili reflejó que deberá afrontar vencimientos por 21.000 millones de yuanes en junio (casi US$2.900 millones) y 14.000 millones de yuanes en julio (unos US$1.930 millones).
La semana pasada, la canciller Diana Mondino relativizó la importancia de esos vencimientos al considerar que “no es un problema” y dejó entreabierta la posibilidad de que se paguen o se renueven. “La plata está. Las reservas ya han sido recompuestas lo suficiente para pagar eso”, dijo antes de agregar que en el primer trimestre del año Argentina ya estuvo pagando otros compromisos financieros por más de 5.000 millones de dólares.
“Esa es la esencia: Argentina tiene que cumplir, cumplir, cumplir y después contar que ya cumplimos. Y no al revés”, expresó.
Días atrás, en diálogo con este medio, una fuente del sector financiero, que pidió reserva, dijo que una posibilidad que estaría sobre la mesa de negociación sería que el Banco Central cancele un tramo de esos casi US$5.000 millones que vencen entre junio y julio. La opción que se negocia, precisó, sería que Argentina pague el equivalente a US$2.000 millones y pueda renegociar los US$3.000 millones restantes.
Tras el viaje de Mondino y Bausili a China, fuentes del equipo económico habían dicho a Bloomberg Línea que durante las reuniones se establecieron los equipos técnicos que continuarían el diálogo sobre los próximos pasos. En ese sentido, se negaron a brindar mayores precisiones al respecto argumentando que la negociación había entrado en una etapa de conversaciones sensibles que no debían comentarse públicamente ya que publicaciones imprecisas podían interferir en ese diálogo.