Dos empresas firman acuerdo para desarrollar cártamo para biocombustibles en Argentina

Las filiales argentinas de Bunge y Moolec buscan potenciar el cártamo desarrollando variedades que mejoren la productividad del cultivo para su uso en biocombustibles y otros mercados

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Bloomberg — La comercializadora de materias primas Bunge Global SA y la empresa de agricultura molecular Moolec Science SA editarán conjuntamente genes de cártamo con el objetivo de mejorar esta oleaginosa para aplicaciones en biocombustibles.

Las filiales argentinas de ambas empresas buscan potenciar el cártamo desarrollando variedades que mejoren la productividad del cultivo para su uso en biocombustibles y otros mercados, según un comunicado conjunto emitido por Moolec.

“En Bunge buscamos continuamente nuevas opciones sostenibles para materias primas para destinar a biocombustibles”, señaló en el comunicado Jorge Bassi, gerente de desarrollo de nuevos negocios en Argentina de Bunge, y agregó que la iniciativa Moolec podría extenderse a soja.

La colaboración forma parte de un esfuerzo de la industria para formular nuevas formas de aprovechar al máximo los cultivos para ayudar a satisfacer la creciente demanda de combustibles más limpios. El diésel renovable, un biocombustible químicamente equivalente al combustible derivado del petróleo, suele considerarse una de las mejores formas de reducir las emisiones del sector del transporte pesado, que es difícil de electrificar.

Moolec ya ha trabaja para adaptar el cártamo a regiones donde no está tan extendido entre los agricultores, explicó Martín Salinas, director de tecnología de Moolec. No es la primera vez que los científicos de la empresa diseñan cártamos: en el pasado, desarrollaron variedades para producir una enzima para la fabricación de queso y un ácido graso con usos médicos.

Moolec es más conocida por sus esfuerzos por insertar genes animales en plantas para crear cultivos ricos en proteínas que puedan utilizarse en carnes alternativas. La empresa forma parte de Bioceres Group, que, a través de otra de sus unidades, se ha propuesto comercializar el primer trigo modificado genéticamente del mundo.

Otros gigantes de la agricultura también han experimentado con biotecnologías y startups para centrarse en el medio ambiente y la salud. Archer-Daniels-Midland Co. se asoció el año pasado para desarrollar carne cultivada en laboratorio y elaborar alimentos que mejoren la salud intestinal. Este año, Cargill Inc. anunció una empresa de distribución de chocolate sin cacao tras haber invertido previamente en carne de origen vegetal.

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