Buenos Aires — Los dólares paralelos todavía resisten por debajo de los $500. A fuerza de intervenciones y algunas señales que trajeron cierto alivio al mercado, el Gobierno argentino logró en las últimas semanas una endeble estabilidad en el precio de una divisa que, como siempre, jugará un rol fundamental en la recta final rumbo a las elecciones.
Más allá de que el cierre de listas y la confirmación del pago al FMI disiparon temores de corto plazo y permitieron que la brecha perfore el 100%, el horizonte cambiario sigue presentando nubarrones y amenazas. Es que a la escases de reservas en las arcas del Banco Central y a los desequilibrios acumulados se le sumará la caída estacional del ingreso de dólares y la propia dinámica electoral.
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Reservas se agotan y sobran pesos
Lorena Giorgio, economista jefe de Equilibra, advierte que “el frente cambiario se está adentrando a lo que serán las semanas más complejas y tensas del año electoral”.
Según explica la economista, hasta ahora la brecha cambiaria se mantuvo contenida a costa de que el BCRA haya tenido que destinar unos US$30 millones diarios de sus reservas a intervenir en el mercado de bonos. Si bien aclaró que este monto se mantiene por debajo de la venta diaria de US$70 millones promedio de la primera semana de mayo, en plena turbulencia financiera, “el problema es que cuando uno analiza a cuánto debería estar hoy el dólar contado con liquidación, teniendo en cuenta la base monetaria ampliada, este número rondaría los $545″.
Hacia las PASO, calcula, ese número podría trepar a la zona de $600. Y si bien aclara que “este cálculo es solo una evolución tendencial”, recuerda que “históricamente no suele desacoplarse tanto de lo que finalmente ocurre”.
Para Giorgio, eso significa que cada vez será cada vez más costoso para el Banco Central en términos de reservas, mantener un tipo de cambio financiero tan desacoplado de su línea tendencia.
A esas reservas que pierde para intervenir en la brecha, agrega la economista jefe de Equilibra, deben sumarse los 90 millones de dólares diarios que viene perdiendo, en promedio, en las últimas cinco ruedas en el mercado oficial de cambios. “En las últimas ruedas estamos viendo que el central está usando muchos más yuanes”, aclaró al respecto.
“La pregunta del millón es hasta cuándo alcanzarán los dólares del Banco Central y cómo terminará siendo finalmente este trade-off de dólares para importar o dólares para intervenir”, analizó. “Cuánto se pueda tirar de la cuerda dependerá en última instancia del sector privado que suele dolarizar portafolios en vísperas electorales sumando presión al mercado cambiario financiero y tiene depósitos en dólares por casi 15 mil millones que podría retirar en caso de que perciban que no hay reservas suficientes como para respaldarlos”, añadió al respecto.
Según cálculos de la consultora 1816, tras el pago de US$2.700 millones al FMI, las reservas netas del BCRA quedaron en US$-5.200 millones. Y los analistas de la firma advierten que “aún asumiendo que se terminará arreglando con el Fondo, las reservas netas irán a mínimos históricos a fin de año”.
Menos dólares del agro
Estacionalmente, a partir del segundo semestre suele observarse una caída en el ingreso de divisas tras el fin de las liquidaciones de la cosecha gruesa. Esto lleva al BCRA a pasar de ser comprador neto de divisas a vendedor. El problema es que este año, principalmente por la sequía pero también por las mencionadas intervenciones para contener a los dólares paralelos, el Central no solo no sumó ese colchón de reservas sino que acumula ventas netas por unos US$2.600 millones. Esto se da, encima, en un escenario de reservas netas negativas.
Salvador Vitelli, jefe de research de Romano Group y especialista en agronegocios, explica que ya en julio comienzan a bajar las liquidaciones: “A partir de julio, por estacionalidad, las liquidaciones del agro comienzan a mermar, porque la gruesa ya culmina y todo lo que queda sin liquidar se va haciendo en un transcurso normal y relativamente lento ya que falta demasiado tiempo para la próxima gruesa”.
Esa merma, señala, “se ve de manera bastante explícita en el balance cambiario del BCRA, que a partir del segundo semestre comienza a estar del lado vendedor”.
Cada año, el Banco Central suele aprovechar la temporada alta de liquidaciones de divisas para armar una suerte de colchón de reservas para afrontar después el segundo semestre. Las estadísticas oficiales, de hecho, demuestran que el BCRA logró sumar reservas en el primer semestre de 9 de los últimos 10 años. En el segundo semestre, en cambio, terminó vendedor en 7 de los últimos 10 años.
Por todo ello es que Vitelli advierte que “por estacionalidad se viene un segundo semestre complicado para el balance cambiario del Banco Central”.
Otra deuda que crece y sumará presión
Matías Surt, economista jefe de Invecq, cree que por estos días se está observando una combinación de dos factores que tienen sentidos contrarios. Por un lado, dice, desde el punto de vista de las expectativas, “el cierre de listas fue mejor de lo que se podía esperar” ya que “la fórmula del oficialismo es que menos puede llegar a asustar al mercado”. Eso, por lo tanto, generó una tendencia estabilizante sobre las dinámicas cambiarias de los mercados paralelos.
Pero siguiendo la lógica de la economía real, marca que ahí es donde se observa el problema. El balance comercial, explica, viene deteriorándose en relación al año pasado, producto de exportaciones que están muy bajas respecto del año pasado e importaciones que se sostienen en niveles elevados.
“A fines del año pasado, el Gobierno había amagado con restringir mucho las importaciones y hacer cerrar el balance cambiario por ese lado. Pero ahora eso no está pasando: el nivel de importaciones está sosteniéndose muy alto, en gran medida porque estamos importando y no pagando importaciones”, señaló.
Para el economista “se está acumulando una deuda comercial en las importaciones muy alta”, lo que “va a ser un problema también para el gobierno que venga”. Incluso en el caso de que se consiga algo de financiamiento, dice, “se están consumiendo dólares por ese lado”.
Surt recuerda que “las reservas netas ya están en claro terreno negativo” y advirtió que “eso no tiene manera de mejorar en los meses que quedan”.
“Va a seguir empeorando necesariamente: lo que está en duda es a qué velocidad va a empeorar, si nos vamos de US$1.500 o US$2.000 millones de reservas netas negativas a US$10.000 millones o si vamos a un ritmo un poco más lento, a US$6.000 o US$7.000 millones negativos para fin de año”, proyectó. En cualquiera de los dos escenarios, dijo, la situación es “muy preocupante” y va a afectar las expectativas.
“Si la dinámica de pérdida de reservas no se detiene, no importa ya quiénes son los candidatos. Gane quien gane, el mercado en algún momento se va a dar cuenta que este mercado cambiario no cierra”. Eso, añadió, también hará mucho más difícil la salida del cepo en un nuevo mandato.