Buenos Aires — Luego de un año con marcados cambios en el rumbo económico y político en Argentina, el mercado tienen buenas perspectivas de cara al 2025, más allá de los desafíos que persisten para el Gobierno de Javier Milei.
“Nuestra visión para 2025 es optimista. Si bien creemos que el ritmo de desinflación será menor desde estos niveles, creemos que existen varios factores que jugarán a favor. En primer lugar, la inercia es mucho menor y los ajustes salariales ya no contemplan una inflación pasada tan elevada, aunque su recuperación puede influir sobre el ritmo de desinflación. En igual sentido, la reactivación de la economía (necesaria a su vez para el aumento real de los salarios) también puede reducir el ritmo de desinflación”, consideró el último reporte de Consultatio.
Además, puntualizó que “el menor ritmo de depreciación funcionó como ancla durante 2024, pero con una mayor transmisión impactará en la dinámica de precios durante 2025″.
Buenas perspectivas para la economía en 2025
“Tras la caída en el primer semestre, la economía se recuperó a un ritmo mayor al inicialmente previsto. Durante el primer y el segundo trimestre el PBI se contrajo 2,1% y 1,7% respectivamente, mientras que el consumo anotó una merma de 2,4% y 3,4% en dichos períodos. Pero en el tercer trimestre, la economía se recuperó un 3,9%, por encima de las propias estimaciones iniciales de Indec, con una incidencia del consumo privado de 3,3 puntos, habiendo rebotado 4,6%”, analizó.
Además, aseguró que “la reversión del ciclo recesivo comenzó a su vez a reflejarse en el mercado laboral, donde en septiembre se registró la segunda suba mensual (sin estacionalidad) del empleo privado, y los datos de la Encuesta de Indicadores Laborales anticipa que otra suba tuvo lugar en el mes de octubre”.
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Ante ese escenario, consideró que “las perspectivas de corto plazo también han mejorado significativamente”. “En el caso de la construcción privada y los supermercados (proxy de consumo) las expectativas de mejoría en la actividad superan a las de empeoramiento. En contraste, las empresas dedicadas a la construcción pública y la industria se mantienen algo negativas, pero se recuperaron fuertemente del pesimismo que reinaba unos meses atrás”, evaluó.
“Nuestra visión es que, con la mejoría de los fundamentals macro, la economía está en mejores condiciones de crecer de la mano del sector privado aunque, como hasta ahora, la recuperación no será necesariamente lineal ni homogénea”, remarcó.
Dólar y brecha
“Nuestra visión se traduce en dos escenarios a los que asignamos distintas probabilidades. En concreto, ninguno asume grandes disrupciones, aunque difieren en la velocidad de convergencia”, explicó Consultatio.
El análisis aclaró que “la principal diferencia se materializa en la brecha”. “Nuestro escenario base asume una ampliación durante el verano de la mano de la mayor demanda del turismo para luego regresar al orden del 5% y el escenario alternativo asume que la brecha no vuelve a bajar. En este contexto, el BCRA sube las tasas para mantener la brecha y la inflación bajo control”.
“Ambos escenarios comparten la premisa de que el Gobierno disminuirá el ritmo de crawling para inducir una baja de la inflación, aunque en el alternativo la inflación es más persistente por el impacto de la brecha, llevando a un tipo de cambio real más atrasado. En ambos casos, asumimos que el esquema 80-20 es levantado para permitirle al Central acumular reservas”. El esquema 80-20, o dólar blend, es el que le permite a los exportadores liquidar un 80% al tipo de cambio oficial en el mercado de cambios y el 20% restante liquidarlos al CCL.
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Un informe elaborado por Mega QM coincide en la proyección de baja en el ritmo de actualización del dólar. De esa manera, prevé “la continuidad del esquema actual con descenso del ritmo de crawling peg, buscando una convergencia hacia niveles más bajos de inflación”.
El escenario base que plantea el trabajo descarta un salto cambiario y espera una “recuperación gradual de la demanda real de dinero”. Ello estaría acompañado de una remonetización tanto en pesos como en dólares.
En cuanto a la brecha cambiaria, pronosticó que si bien será decreciente, no desaparecería completamente debido a las persistentes restricciones en el mercado.
Los riesgos y desafíos de 2025
Entre los riesgos clave, MEGA QM señaló el impacto político del proceso electoral, que podría generar volatilidad en los mercados.
Además, apuntó al atraso del tipo de cambio real con impacto sectorial y al riesgo externo por la “inestabilidad geopolítica” o por el “fortalecimiento del dólar”.
En el contexto internacional también se encuentra Brasil, que emerge como una variable a monitorear debido a sus desafíos fiscales y su rol como principal socio comercial. Los déficits brasileños podrían tener repercusiones en el comercio bilateral y, por lo tanto, en el desempeño económico argentino.
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