Buenos Aires — La devaluación fiscal que puso en marcha el Gobierno argentino cosechó otras dos críticas de peso. Tanto la Unión Industrial Argentina (UIA) como la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) rechazaron las medidas oficializadas en las últimas horas a través de sendos comunicados, en los que dejaron en evidencia su disconformidad respecto de las últimas decisiones económicas del equipo que encabeza el ministro Sergio Massa.
Apenas unas horas después de que se conocieran las medidas, calificadas como “positivas” por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI), la UIA alertó que las mismas “impactan negativamente en la producción”, al tiempo que adelantaron que “afectarán la actividad, con fuerte impacto en las PyMEs”. La BCR, en tanto, señaló que “este tipo de medidas coyunturales y de corto plazo dañan severamente a la actividad agroindustrial”.
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Efectos de la devaluación fiscal
Desde la Unión Industrial Argentina remarcaron la necesidad de que la Argentina cuente con un plan macroeconómico a mediano y largo plazo, para lo cual consideraron “muy importante” lograr un acuerdo con el FMI ya que eso “aportaría previsibilidad a los compromisos externos y a la administración de las reservas”.
A través del mencionado comunicado, la UIA recordó que el país atraviesa una “coyuntura macroeconómica compleja”, con dificultades que se acumularon en los últimos años. Entre ellas, una restricción de divisas y reducidas reservas internacionales, elevada inflación, déficit fiscal y restricciones de financiamiento tanto local como internacional. “Sumado a este panorama adverso, la fuerte sequía que atravesó el sector agrícola afectó severamente las proyecciones económicas para el año, tanto por el impacto (directo e indirecto) sobre la actividad, como por la caída sobre las exportaciones y la recaudación”, indicaron.
Pero en este contexto, consideraron que “las últimas medidas adoptadas por el Gobierno nacional impactan negativamente en la producción, limitando aún más el acceso a insumos necesarios para la industria”.
“Los anuncios de estos últimos días, que esperamos sean de carácter transitorio producto de la escasez de divisas, afectarán la actividad, con fuerte impacto en las PyMEs, a partir de una mayor presión fiscal al sector productivo, mayores costos y pérdida de competitividad para la exportación. Resulta fundamental evitar el sesgo antiexportador y las distorsiones de precios que generan estos esquemas que impactan aleatoriamente en las cadenas de valor”, subrayó la UIA.
Ante ese panorama, consideraron que las consecuencias inmediatas de estas medidas serán el quiebre de la cadena de pagos y afecta la competitividad de las exportaciones por el encarecimiento de los fletes.
Respecto del primer punto, recordaron que el nuevo impuesto aplica sobre importaciones pautadas con anterioridad generando costos retroactivos que no tenían cobertura cambiaria y un quiebre en la cadena de pagos de los sectores afectados.
Y por último, señalaron que aún no se conoce la normativa para saber el alcance de la excepción del Impuesto PAIS para insumos y bienes intermedios vinculados en forma directa a productos de la canasta básica alimentaria y para combustibles, lubricantes, bienes vinculados a la generación de energía. “No se ha contemplado eximir a todo lo que está en el marco de acuerdos de Precios Justos lo que presionará aún más sobre costos y precios. Existe, además, la dificultad para exceptuar a todas las materias primas, insumos y bienes intermedios asociados a los bienes de canasta básica”, advirtieron.
Rechazo al dólar agro
Desde el sector agropecuario también vertieron críticas hacia una de las últimas medidas anunciadas por el Gobierno argentino. A través de un comunicado, la Bolsa de Comercio de Rosario rechazó el nuevo dólar agro, expresando que “este tipo de medidas coyunturales y de corto plazo dañan severamente a la actividad agroindustrial”.
La BCR recordó que la primera versión de este Programa de Incremento Exportador, de septiembre de 2022, había sido presentada como un mecanismo excepcional para recomponer divisas, pero que ahora “se terminó transformando en una herramienta periódica de intervención de los mercados, cuyos resultados ya conocemos: pérdida de transparencia en el proceso de formación de precios, distorsiones y asimetrías hacia el interior de toda la cadena de producción y comercialización granaria”.
Por esto, la Bolsa de Comercio de Rosario instó al oficialismo “a dejar de lado esta clase de disposiciones distorsivas” y de “establecer un marco general con reglas claras, simples y de largo plazo que den previsibilidad a la producción e inversión”.