Buenos Aires — Con la tarea de desafiar los obstáculos y en busca de un futuro más equitativo por fuera del mercado laboral tradicional, los emprendimientos liderados por mujeres crecen como una fuerza transformadora en Argentina.
“De acuerdo con datos de la Asociación de Emprendedores de Argentina, seis de cada diez emprendedoras declararon no haber accedido a un mejor puesto laboral que merecía en algún momento de su trayectoria laboral”, remarcó Valeria Henn, fundadora de BE-E, una plataforma de e-commerce que ofrece fragancias concentradas de calidad a emprendedores de todo el país.
Mujeres emprendedoras
“A la hora de emprender los desafíos pueden ser los protagonistas pero, dependiendo de como lo veas, también pueden ser una invitación a demostrarnos que para esos desafíos que nos sacan de nuestra zona de confort, los imposibles no existen”, contó a Bloomberg Línea Violeta Muñoz, fundadora de la marca de indumentaria y trajes de baño Caipi Style.
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En ese sentido, señaló: “Como emprendedora no he enfrentado grandes desafíos por el hecho de ser mujer, pero sí he notado que en situaciones, cuando vas acompañada por un hombre, te miran de otra manera. Con más respeto, con más peso y en muchas ocasiones directamente se dirigen a él”.
“También soportar los típicos comentarios como `todo con ayuda de papi`, y a pesar de que estemos en el siglo XXI mucha gente sigue creyendo que las mujeres, más aún siendo jóvenes, tengo 24 años recién cumplidos, no son capaces de llevar un negocio adelante. Por suerte, eso está cambiando y seguimos haciendo historia. Mi superación está ligada con la confianza en mí misma, las ganas de comerme el mundo, y tener muy en claro lo que soy capaz de lograr”, explicó.
En cuanto a su inspiración para emprender, manifestó que se dio por un viaje: “A los 19 años trabajaba bajo dependencia y me fui de vacaciones completamente sola a Punta Cana. Me sentí tan libre, que necesitaba esa libertad para mi vida. La playa, el sol, el mar, y El Caribe fueron mi inspiración para crear Caipi Bikinis”.
“Sin capital, pero con muchas ganas, me fui al barrio porteño de Once con $2.000 - cuenta entre risas- y empecé a traer bikinis por encargue revendiéndolas. Tiempo después pude renunciar a ese trabajo para dedicarme full time al emprendimiento. Todo el recorrido fue acompañada de Tiendanube para hacer llegar mis prendas a cada rincón del país.
En cuanto a la modalidad de comercialización, evaluó: “Tener una tienda online es fundamental para automatizar nuestro trabajo, poder abarcar otras áreas, que la experiencia de compra sea completa, fácil, y rápida para nuestras clientas. Y además las ventas no se enfrían, pueden realizarla desde cualquier lugar y horario”.
“Hoy contamos con una comunidad de mujeres enorme. Somos más de 150.000 y producimos nuestras bikinis en seis talles. Y la evolución ha sido increíble. Mi frase de cabecera es `mové lo chiquito que lo grande se mueve solo` y Caipi es un claro ejemplo de eso”, expresó.
Por su parte, Romina Giboudot, fundadora de la marca de decoración e iluminación Moiso, explicó a este medio: “Apoyándome en mi experiencia de haber sido despedida estando embarazada, he encontrado una conexión profunda con otras mujeres. Aunque la mayoría de mi público es femenino y me siento respaldada desde ese lado, aún enfrento situaciones como las del ferretero, que cada vez que voy a comprar herramientas me dice `qué bien te indicó el electricista`”.
“Mi despido durante el embarazo me empujó a buscar una nueva vía, así que comencé con la reventa en MercadoLibre. Hoy, diseño mis propios productos y tengo mi propia tienda en Tiendanube. La venta online durante la pandemia explotó y me encontré respondiendo mensajes privados y compartiendo mi CBU, pero con mi tienda online, ahora puedo vender mientras duermo o disfruto en la pileta”, recordó.
Giboudot destacó, de ese modo: “Aunque mi camino empezó por circunstancias adversas, estoy orgullosa de cómo ha evolucionado mi negocio”.
En tanto, Gapsi Pizzoleo, fundadora de la marca de zapatos Aurora Alfonso, aseguró que siempre fue emprendedora, “hasta en trabajos de relación de dependencia” y en “todos los aspectos de la vida”.
“Ser emprendedor no se debe llevar solo al ámbito de negocios, uno puede ser emprendedor con cualquier cosa y yo siempre tuve esa energía de crear en cualquier aspecto de la vida. Desde que tengo memoria, siempre me gustó desafiar las reglas, pensar que había una mejor forma de hacer las cosas o proponer algo que no sea convencional y que mejore la propuesta”, remarcó.
“Decidí crear Aurora Alfonso en 2018, tras el nacimiento de mi tercera hija. Yo venía de trabajar en la generación de contenidos de para redes sociales dentro de una agencia y pasaba mucho tiempo con el teléfono atenta a las redes, tenía un rol mucho más expectante y eso no va con mi naturaleza. Por un lado, decidí canalizar el espíritu emprendedor y, por el otro, desconectarme de lo digital y pasar a hacer algo manual que me conecte con la creación y con la manualidad de los procesos. Yo quería que mis redes mostraran lo que yo estaba haciendo desde lo más intrínseco de mí y fue ahí cuando hice un curso de zapatería y empecé de a poco a vender”, puntualizó.
Pizzoleo resaltó no haberse sentido en “desventaja” por el hecho de ser mujer y argumentó: “Personalmente, nunca he dado espacio a este tipo de condicionamientos y tampoco he sentido un impedimento para hacer nada en esta vida por el hecho de ser mujer. Me parece que eso se transmite y es un poco el ADN de Aurora Alfonso, que hace que hoy seamos una empresa manejada íntegramente por mujeres”.
“Lo que te posibilita una plataforma de venta online es que realmente no tenes excusa para no arrancar, es autogestionable y los pasos son a tu ritmo. La mayoría de los emprendedores tienen esta vocación y esta fuerza que te sale de adentro de querer crear, pero muchas veces, en la gran mayoría de los casos, falta estructura y gestión, que son una arista muy importante al momento de emprender. Sobre todo cuando uno quiere escalar un negocio en un contexto tan desafiante”, analizó.
