Buenos Aires — La deuda del Banco Central (BCRA) no detiene su ascenso. Acumula un incremento de casi el 100% desde que comenzó el año y superó esta semana, por primera vez, la barrera de los $20 billones, cifra que equivale a unos 11 puntos del PBI.
Al 11 de septiembre, último dato oficial disponible, el stock de pasivos remunerados del BCRA había alcanzado un nuevo máximo nominal de $20,048 billones, producto de $5,332 billones alocados en pases pasivos y $14,716 en Leliq. De esta manera, los instrumentos de deuda que utiliza el Central para absorber el excedente de pesos presentan un aumento de 99,8% respecto de los niveles en los que terminaron el año pasado, lo que implica que crecieron por encima de la inflación acumulada en 2023.
El aumento de la llamada “bola de Leliq” no es exclusivo de este año. Ya en el tramo final de 2022 se había acelerado, ante la necesidad del Gobierno de absorber el excedente de pesos emitidos para asistir al Tesoro, comprar títulos en pesos en el mercado secundario, pagar los intereses de la deuda del BCRA y para darle un tipo de cambio diferencial al complejo sojero durante los llamados programas de dólar soja 1 y 2.
Todas estas vías de emisión se mantuvieron desde entonces, y desde que Sergio Massa tomó las riendas del Ministerio de Economía, en agosto de 2022, el crecimiento de la deuda de la autoridad monetaria es del 199%, por lo que se triplicó en apenas 13 meses.
Deuda del BCRA, un récord que preocupa
A fines de agosto, un informe del bróker Facimex Valores había alertado acerca del crecimiento de la deuda del BCRA en relación a la base monetaria. El trabajo señalaba que los pasivos remunerados del BCRA ya triplican a la base monetaria, y marcaba que se trataba de un “fenómeno inédito en los últimos 40 años”.
En esa misma línea, el informe advirtió que hace tiempo que los intereses de los pasivos remunerados son el principal motor de emisión monetaria. Por eso, añadía, “revertir su dinámica será clave para reducir la inflación de manera sostenible”.
A esa misma dinámica se había referido Marina Dal Poggetto, titular de la consultora Eco Go, al participar la semana pasada del Latam Economic Forum. Para la economista, el principal problema de la economía argentina podía resumirse en que sobran pesos y faltan dólares, y agregó que dos tercios de esos pesos que sobran son pasivos remunerados del Central, que crean pesos a un ritmo de $1,8 billones por mes.
Desde que empezó el año, los intereses acumulados de las Leliq y pases se ubican apenas por debajo de los $8 billones. Ese déficit cuasifiscal es justamente uno de los argumentos por los que el mercado no espera nuevas subas de tasas del BCRA a pesar de la inflación récord que se espera que dé a conocer el Indec este miércoles, cuando publique el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de agosto.
Esa misma perspectiva de que el Central no contempla una suba de tasas había sido adelantada a Bloomberg Línea por una fuente del propio BCRA el viernes pasado y confirmada por Agustín D´Atellis, director de la entidad, en declaraciones radiales el lunes.