Buenos Aires — Dos de cada tres dólares de la deuda récord que acumula el Banco Central (BCRA) con importadores son “exigibles”. Eso significa que de los US$54.000 millones a los que ascendió la deuda con importadores de bienes y servicios, más de US$35.000 millones (66%) no tienen vencimiento pactado o bien un vencimiento inferior a los tres meses, lo que implica que podrían ser demandados en el corto plazo.
Esta deuda, superior al crédito que tomó la Argentina del Fondo Monetario Internacional (FMI) en 2018, bien podría verse como un riesgo inminente para la autoridad monetaria. En especial si se tiene en cuenta que, según estimaciones de consultoras privadas, sus reservas netas podrían caer a la zona de US$10.000 millones negativos antes del balotaje.
Sin embargo, para los analistas de Romano Group ‑autores de un detallado informe sobre la deuda con importadores- el desarme de esta deuda “no necesariamente será una prioridad para el BCRA”. Si bien indican que “supone un mayor estrés cambiario”, marcan que la entidad que preside Miguel Ángel Pesce “ha decidido no otorgar las divisas para los compromisos que ya son exigibles”.
Esta decisión, no obstante, no será gratuita. La variable de ajuste, dicen desde la consultora, radica en las empresas que no pueden seguir importando ya que el financiamiento del exterior se ha cortado. Por ello, advirtieron que “los faltantes podrían ser la normalidad”.
Pero además, concluye el trabajo de Romano Group, al no garantizar el acceso al mercado de cambios, los importadores podrían tomar coberturas “para hacer frente a alguna eventual deshonra de compromisos por parte del BCRA”. Ante esa posibilidad, alertaron que “este tipo de coberturas termina impactando en los precios que paga el consumidor, vía traslado de precios, donde los precios mayoristas de importados se encuentran linkeados al dólar financiero”.
Aun así, desde la consultora creen que, a pesar de que el BCRA se encuentra en estado de estrés elevado, no otorgarán acceso a los US$24.000 millones que permitirían reducir el stock de deuda actual para llevarlo al promedio histórico. Hacerlo, dicen, “supondría un balance caótico para la autoridad monetaria”, y por eso no ven viable en el corto plazo la reducción drástica de este stock.
Lo que está ocurriendo con esta deuda, explica Salvador Vitelli, jefe de research de la firma, es que “se importa pero no se paga”, lo que obliga a que “el resto del mundo nos financie las importaciones”. “Por eso también es que creció la inversión extranjera directa”, marca al respecto.
“Es una deuda que fue creciendo, sobre todo a partir de diciembre de 2021. Pero el Banco Central ya da indicios de que no tiene demasiadas intenciones de disminuir el stock actual que tienen los importadores, de unos 54 mil millones de dólares. Es un exceso, con respecto al promedio habitual, de unos 24 mil millones de dólares. Pero teniendo en cuenta las normativas del Banco Central, la escasez de dólares y el raquítico balance de la autoridad monetaria, parecería que la primera prioridad no va a ser brindar el acceso a dólares a los importadores”, añadió al respecto.
Santiago Manoukian, economista jefe de Ecolatina, comparte esta expectativa de que la deuda con importadores se mantendrá en niveles elevados durante algún tiempo. Al respecto, aporta que más del 60% de la nueva deuda comercial con importadores de bienes provino de acreedores relacionados, que puede entenderse como empresas emparentadas o del mismo grupo.
Por ese motivo, y teniendo en cuenta que estas empresas cuentan con mayores márgenes para extender los plazos y rollear los vencimientos frente a las exigencias que impone el Gobierno, es que cree que la próxima administración buscará administrar los stocks acumulados.
En Ecolatina también se habían referido a esta creciente deuda en un informe reciente. A fines de octubre, desde la firma habían señalado que mientras que el saldo comercial devengado (ICA) acumuló un rojo entre enero y agosto de US$6.200 millones, el BCRA logró acumular un resultado neto positivo por bienes por unos US$4.900 millones en ese mismo lapso. Esto, explicaron, se debía “al crecimiento exponencial de la deuda comercial de bienes, que estimamos ya supera los US$10.500 millones de nueva deuda neta en 2023″.
También a esta dinámica se había referido a fines de agosto el FMI, cuando publicó su último staff report luego de haber aprobado el desembolso de US$7.500 millones para el país. “Desde junio de 2022, mientras que las importaciones acumuladas mensuales han promediado US$6.600 millones, los pagos mensuales en divisas han sido de US$5.400 millones en promedio”, marcaron desde el organismo.
Composición de la deuda con importadores, bajo la lupa
Otro de los puntos salientes del citado informe de Romano Group sobre la deuda récord acumulada con importadores es que la tendencia sigue siendo creciente. Solo en septiembre, marca el trabajo, la deuda con importadores de bienes creció US$2.500 millones, el segundo mayor incremento mensual en la gestión de Alberto Fernández.
Además, marcaron que el promedio para la deuda de bienes, desde diciembre de 2007 hasta el mismo mes de 2021 fue de US$21.800 millones. Eso implica que el stock actual de deuda con importadores de bienes, que alcanzó los US$43.000 millones es de un 100% adicional. Los US$11.000 millones restantes, detallan, corresponden a la deuda con importadores de Servicios.
De acuerdo al informe, los principales sectores deudores son la industria manufacturera, con el 47% (US$22.500 millones) del stock total, seguida por el sector de comercio y automotor con un 22% (US$10.500 millones). “Entre ambos representan el 70% del stock total, lo que reduce drásticamente los actores involucrados”, precisaron.
Respecto de los principales acreedores, desde Romano Group señalaron que se reparten entre Exportadores y fuentes privadas, que representan el 60% de la deuda total con US$28.400 millones; Fuentes oficiales -como gobiernos y organismos internacionales- con US$17.400 millones o un 36% del total.
